19 de octubre 2024
Nicaragua se sitúa por tercer año consecutivo en el último lugar del Índice de Chapultepec de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), por perseguir a periodistas y medios de comunicación y coartar la libertad de expresión de la ciudadanía.
“Su puntaje fue de 6.51 —el más bajo de los veintidós países del continente americano— lo que indica que no existe libertad de expresión”, detalla el informe de país.
En sólo cinco años, Nicaragua ha perdido diez puntos por el aumento de la represión, al pasar de un índice de 16 en 2020 a 6.51 en 2024. Junto a Nicaragua se sitúan Venezuela con 6.52 y Cuba con 16.94 como las tres naciones de América en las que no hay libertad de expresión.
Mientras, en los primeros puestos se ubican Chile con 79.65 puntos, República Dominicana con 77.25, Canadá con 75.78, Estados Unidos con 68.53 y Brasil con 66.55.
De Centroamérica se ubica en el puesto más alto: Panamá con 61.73 puntos, Costa Rica con 55.23, Honduras con 39.85, Guatemala con 33.98, El Salvador con 31.53 y Nicaragua con 6.51.
En todos los países centroamericanos hay una reducción en el índice de libertad de prensa y de expresión, pero ninguna muestra un puntaje tan bajo como Nicaragua.
Según el informe, que abarca de agosto de 2023 al mismo mes de 2024, al menos 55 casos de periodistas que se vieron obligados al exilio forzado ante las amenazas de detención dentro del país. “Las agresiones se extendieron también a los familiares de los periodistas”, alertan.
Dictadura impone persecución y desinformación
En índice calificó la libertad de expresión de la ciudadana y para acceder a la información. En este aspecto Nicaragua obtuvo 0.93 de un máximo de 30.
Aunque los nicaragüenses buscan formas de informarse a través de los medios de comunicación independientes en el exilio, dicen en el informe, “hay temor de registrar sus visitas. Tampoco hacen comentarios a las noticias y si lo hacen tienen que utilizar seudónimos o perfiles falsos, para evitar ser identificados por el régimen”.
Asimismo, destacan que no hay flujo de información porque la dictadura impone censura a los medios independientes, no hay acceso a fuentes oficiales y continúan los cierres de medios de comunicación.
Mientras, el régimen de Ortega solo informa lo positivo del país y desde la vicepresidencia de Rosario Murillo se “desinforma” a la población, se oculta la realidad del país para aparentar que “todo está bien”.
“La desinformación es utilizada para tapar los hechos de corrupción y atacar constantemente al periodismo independiente, acusando a los hombres y mujeres de prensa como criminales”, cita el informe.
La dictadura impone un clima de hostilidad e impunidad hacia los periodistas con el aumento de encarcelamientos, allanamientos y destierros en este gremio. La represión ya ha alcanzado a influencers, youtubers y cualquier persona que ejerza su derecho a libre expresión.
“En julio del 2024, PCIN (una organización independiente de periodistas), denunció que al menos diez periodistas —en su mayoría jubilados y veteranos—, fueron visitados por la policía, que les advirtió que tenían que reportar cualquier salida de la casa y además se les prohibió publicar en redes sociales”, destacan.
Control a los medios
El Índice de Chapultepec señala que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo han impuesto el control a los medios de comunicación en dos vías: de forma directa e indirecta.
En estos se evidencia en el control absoluto que tienen sobre los medios que son de su propiedad y los que son privados, pero se les impone “obediencia” a la línea editorial del régimen para no ser cerrados y confiscados.
Además, destacan, los medios independientes que están en el exilio son monitoreados, vigilados y atacados desde Nicaragua.
El Ejecutivo es el “cerebro de todo de todo el aparato estatal que ha diseñado y puesto en práctica, con el apoyo de los entornos judicial y legislativo, todas las leyes y políticas represivas que impiden a la ciudadanía nicaragüense expresarse libremente”, sentencian.
Mientras, el Poder Judicial se presta para enjuiciar “a toda persona que se atreva a opinar sobre el régimen y persigue a los periodistas por el solo hecho de informar a la ciudadanía”.