9 de noviembre 2022
El régimen de Daniel Ortega se adjudicó el Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (Conicyt), mediante la iniciativa de reforma a la Ley 582 o Ley General de Educación, presentada con trámite de urgencia el pasado 3 de noviembre, y aprobada este miércoles con 80 votos de la aplanadora orteguista, que domina la Asamblea Nacional.
La reforma introducida por el presidente de la Asamblea, el diputado orteguista, Gustavo Porras, modifica el artículo 80 de la Ley 582 que establecía que el Conicyt “estará adscrito a la Presidencia del Consejo Nacional de Educación (CNE)”; con la reforma será controlado por la Presidencia de la República.
El Conicyt nació en 1995 como un ente desconcentrado, con autonomía administrativa y funcional, “de carácter científico técnico y de duración indefinida” y adscrito al Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific); posteriormente fue asignado a la vicepresidencia de la República, bajo Rosario Murillo. Actualmente el general en retiro Moisés Omar Halleslevens es el titular del Conicyt.
La reforma no explica cuál es el objetivo de pasar la instancia de la vicepresidencia a la Presidencia. En ese sentido, Ernesto Medina, experto en Educación, interpreta la movida como un “pleito” entre Murillo y Ortega, que están “barajando las manivelas del poder”.
“Al final el que pierde es el país, porque esto no significa que va haber más inversión, que va haber más preocupación, mucho menos que va haber más libertad que es lo primero que necesita la comunidad científica para poder desarrollarse”, subraya el experto, que meses antes también cuestionó la reforma a la Ley General de Educación y Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior (IES), que excluyó a la Universidad Centroamericana (UCA) del 6% constitucional otorgado a las universidades y trastocó la autonomía.
Según la exposición de motivos, la reforma busca fortalecer la estructura orgánica estatal “que contribuya a la promoción, sostenimiento y crecimiento de la ciencia y tecnología, procurando una coordinación eficiente entre las diferentes instancias del Estado de Nicaragua”. Sin embargo, en la práctica, no se espera que haya un efecto sobre la situación de la ciencia y tecnología en Nicaragua, según Medina.
El experto considera que el “Conicyt no ha hecho nada frente al descalabro de la ciencia y tecnología en Nicaragua”, aunque tampoco cree que trasladar la institución bajo el mando de Ortega cambie la situación, al considerar “cómo es su estilo de gobernar”.
El texto aprobado este miércoles sin ningún tipo de debate indica como “deber del Estado procurar que la ciencia y la tecnología estén al servicio de los nicaragüenses, mediante la promulgación de los instrumentos jurídicos, que permitan impulsar las políticas, los programas y las actividades requeridas en este ámbito”.
Reforma tras creación de comisión de energía atómica
El general en retiro, Halleslevens, también preside la Comisión Nicaragüense de Energía Atómica con Fines Pacíficos, que fue aprobada por medio del acuerdo presidencial 16-2022 publicado en La Gaceta, diario oficial, el lunes 29 de agosto y funciona en las instalaciones del Conicyt.
El decreto establece que la Comisión tendrá una asignación directa de fondos para su funcionamiento, proveniente del Presupuesto General de la República.
En febrero de 2021, el Parlamento también aprobó la creación de la Secretaría Nacional para Asuntos del Espacio Ultraterrestre, la Luna y Otros Cuerpos Celestes, como una entidad descentralizada, adscrita a la Presidencia de la República y bajo la rectoría del Ejército de Nicaragua, con autonomía técnica y administrativa, patrimonio propio y personalidad jurídica; sin involucrar al Conicyt.
Diversos especialistas han cuestionado estas iniciativas de Ortega debido a que la promoción científica nunca ha estado entre las prioridades del Gobierno y más bien, mantiene un fuerte control en las universidades públicas del país para evitar una explosión social similar a la Rebelión de abril de 2018.