16 de abril 2020
Luego de 34 días de ausencia, en medio de la pandemia mundial de covid-19, y 28 días después de que su gobierno reportó el primer contagio en Nicaragua, el presidente Daniel Ortega reapareció en público sin decretar medidas para enfrentar la crisis sanitaria o aclarar dudas sobre las decisiones tomadas. El mandatario dedicó un discurso de 32 minutos para minimizar el impacto de la pandemia en el país e insistió en poner al sistema de salud nicaragüense como un ejemplo mundial.
Un epidemiólogo consultado por CONFIDENCIAL afirma que la presencia de Ortega fue “decorativa” porque “no dijo nada de salud, ni de prevención” y su discurso en términos sanitarios “no aportó nada”.
“No dijo nada sobre medidas a tomar, ni sobre lo que han hecho realmente para prevenir la pandemia de salud”, declaró el médico que solicitó guardar en reserva su identidad.
Ortega defendió su política de no decretar medidas de aislamiento social para evitar contagios de coronavirus, asegurando que están “librando la batalla” pero “con recursos limitados”. Además, dejó entrever que la cuarentena no es una medida posible en Nicaragua.
“Aquí no se puede dejar de trabajar, si aquí se deja de trabajar el país se muere y el pueblo se muere”, declaró en su discurso televisado en cadena nacional obligatoria, en medio de la censura televisiva recetada a medios independientes.
Insiste con visitas casa a casa
El mandatario sandinista no brindó cifras sobre el covid-19, ni se refirió al manejo de las pruebas de detección, habló vagamente de dos de los nueve casos admitidos por su Gobierno que contra todo pronóstico se recuperaron.
En cambio, Ortega afirmó que las visitas casa a casa, que han sido duramente criticados por expertos de la salud a nivel nacional e internacional, como una estrategia que explica por qué la pandemia de coronavirus “ha avanzado lentamente” en el país.
Según cifras oficiales, más de 2.6 millones de nicaragüenses han sido visitados “casa a casa” por trabajadores de la salud. Ortega dijo que estos “brigadistas” se han movilizado “para explicarles (a los nicaragüenses sobre la pandemia), entregarles folletos y explicarles a la familia como protegerse”.
Insistió en que todos los casos “vienen de afuera” y no hizo referencia a los tres casos de covid-19 reportados por el Gobierno de Cuba, de tres mujeres que estuvieron en Nicaragua antes de ser detectadas con el virus.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) criticó la semana pasada la política oficial del Gobierno de Ortega ante el covid-19. “Tenemos preocupaciones en cuanto a la falta de distanciamiento social, las aglomeraciones masivas, tenemos preocupaciones sobre las pruebas, el rastreo de contactos, sobre el reporte de casos, también nos preocupa sobre lo que vemos cómo inadecuado, en cuanto a control y prevención de la infección”, manifestó la directora del organismo, Carissa Etienne.
“Menos pruebas de las necesarias”
El neumólogo Jorge Miranda, quien ha atendido a dos de los nueve casos positivos del covid-19 confirmados por el Gobierno, explicó que no existe “un dato fidedigno” de las pruebas realizadas diariamente para detectar el virus en Nicaragua.
En entrevista durante el programa Esta Noche, grabado horas antes del discurso de Ortega, el médico afirmó que no hay información oficial sobre cómo utilizarán las 26 000 pruebas rápidas donadas al país por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), pero que con ellas “se aumentó mucho la capacidad, pero no lo quieren hacer”.
“Lo que pasa es que ellos están, de manera deliberada, haciendo menos pruebas de las que deben hacer; la comunidad internacional científica se ha pronunciado al respecto, la misma Organización Panamericana de la Salud ha catalogado esta respuesta del Gobierno de Nicaragua de errática, de inadecuada y, hasta negligente, porque se basa en una estrategia deliberada de no realizar más pruebas teniendo ahora la capacidad para hacerlas”, dijo Miranda.
Descentralizar pruebas de covid-19
El doctor Miranda explicó que en Nicaragua existe la tecnología para correr pruebas rápidas en por lo menos tres hospitales.
Sobre la nueva orientació del Minsa de realizar 50 pruebas diarias a nivel nacional, Miranda dijo que “es completamente insuficiente, no vas a ver la magnitud real de la epidemia, vas a ver nada más la punta del iceberg del problema”, expresó.
Para el especialista por lo menos se deberían estar haciendo de 2000 a 3000 pruebas diarias y con la tecnología de “pruebas rápidas moleculares” se podrían hacer hasta 5000 pruebas.
“La única manera de detener la epidemia, de relajar el confinamiento, la contención, es detectar los casos y aislarlos, para poder bajar la curva epidémica, esto no lo vamos a lograr nosotros con esta estrategia (actual del Gobierno)”, explicó.
Sistema de salud “de primer mundo”
Ortega, en su discurso, tampoco brindó mayores datos sobre la capacidad del sistema de salud para enfrentar el covid-19 y destacó que muchos médicos nicaragüenses se han especializado en Cuba, México, Venezuela, en la extinta Unión Soviética e incluso en Estados Unidos.
“Los hospitales, prácticamente el noventa por ciento están en el ámbito del Estado, están dotando de todos los recursos básicos, para atender hasta donde da lógicamente, la capacidad en cuanto a camas que tienen estos hospitales”, declaró.
Luego agregó que “hay suficientes respiraderos (sic.), pero no ha sido necesario usar todos los respiraderos”, dijo. A su lado, su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo le corrigió: “respiradores”.
El dato oficial sobre el número de ventiladores con los que cuenta el sistema de salud en Nicaragua tampoco está disponible. Ante el brote de coronavirus, conocer la cantidad de respiradores disponibles resulta esencial, porque un 20% de los contagiados en condición crítica podrían requerir de respiración artificial, porque se agravan y presentan insuficiencia respiratoria. Pero en la página web del Ministerio de Salud (Minsa) no se encuentra esa información.
Médicos de hospitales públicos y privados consultados por CONFIDENCIAL coinciden que en Nicaragua el número de ventiladores disponibles y funcionales no sobrepasan los 160.
De acuerdo a la OPS, la capacidad instalada en Nicaragua es de 5,781 camas en hospitales en el sector público, es decir unas 8,1 camas por cada 100 000 habitantes, una de las más bajas del continente.
Las cifras de Ortega
En su discurso Ortega también destacó que Nicaragua tiene el menor número de contagios en la región.
El primer caso de covid-19 en Nicaragua fue confirmado por el Gobierno el 18 de marzo. A cuatro semanas, la estadística oficial reporta nueve casos positivos, la mayoría, afirman, dados de alta, además de un fallecido.
Minutos más tarde, Murillo elevó a 37 los “casos sospechosos” de covid-19, que hasta el miércoles eran 12. El Gobierno, sin embargo, no precisa el tratamiento que da a estos casos, ni brinda detalles más allá de tenerlos en “seguimiento responsable y cuidadoso”.
“Tenemos bastantes hospitales, hemos construido muchos hospitales, incluso los hospitales que nos quemaron en abril (en referencia a 2018), ya lo hemos construido, los puestos de salud que nos quemaron en abril, ya los hemos contruido”, dijo Ortega.
Sin embargo, en un informe presentado por el mismo Gobierno durante lo que califican como “intento de golpe fallido”, en referencia a la Rebelión de Abril, indicaron que se destruyeron edificios públicos y privados, durante las protestas, pero no hace alusión a ningún hospital.