12 de diciembre 2020
Daniel Ortega lanzó un discurso confrontativo contra Estados Unidos, en el que acusó a ese país de conspirar junto a sus embajadas con la oposición nicaragüense, para generar un estallido social similar al de abril de 2018 y colocar a un presidente al servicio estadounidese en las las elecciones de 2021.
“Hay gobiernos que quieren, como nosotros queremos, buenas relaciones con los Estados Unidos, relaciones respetuosas; pero que dejen de andar conspirando, como conspiran en las embajadas, buscando cómo reunir a todos los terroristas, los golpistas, los que sacaron las uñas y asesinaron y quemaron, de forma brutal en abril del año 2018, buscando cómo unirlos y ofreciéndoles recursos, para que en las elecciones de 2021 ellos puedan poner a un presidente al servicio, arrodillado, ante la política imperialista”, expresó Ortega, refiriéndose a la ciudadanía que se manifestó en su contra en ese momento.
El presidente Ortega presidió la XXV graduación de oficiales del Centro Superior de Estudios Militares del Ejército de Nicaragua este viernes 11 de diciembre por la noche, y durante su intervención de más de una hora, aseguró que Nicaragua es de los países que en América Latina no “le dicen 'sí señor' a los yanquis”, una afirmación que forma parte de su tradicional retórica antiimperialista.
Esta vez, Ortega calificó a Estados Unidos de "sinvergüenza", porque reclama elecciones democráticas en otros países, pero no atiende los reclamos de las elecciones presidenciales de noviembre pasado. Se refiere a las alegaciones del presidente Donald Trump y sus seguidores, que hablan de fraude sin presentar pruebas. El mandatario nicaragüense se valió de dicha situación para cuestionar la democracia y el sistema electoral de ese país, del que asegura no respeta la voluntad de la mayoría de los ciudadanos.
“Es la hipocresía, la doble moral, estamos viendo lo que es una actitud, como diríamos aquí, de sinvergüenza. Son sinvergüenzas, ¿con qué autoridad andan reclamando en otro país que tienen que haber elecciones democráticas?, ¿con qué autoridad?, que establezcan una verdadera democracia en los Estados Unidos, en primer lugar, porque no existe esa democracia", dijo, en tono airado.
De cara a los comicios presidenciales de 2021, Ortega no ha dado indicios formales de una reforma electoral, pese a que la resolución aprobada por la Organización de Estados Americanos (OEA), en octubre de este año, estableció como plazo mayo de 2021, para que el Gobierno de Daniel Ortega implemente las reformas electorales necesarias para garantizar elecciones libres, justas y transparentes de cara a noviembre de 2021.
No obstante, fuentes vinculadas al partido Frente Sandinista revelaron a CONFIDENCIAL que el presidente Ortega creó un grupo de trabajo para diseñar un proyecto de reformas a la Ley Electoral, enfocado estrictamente en aspectos de “orden técnico”, y que excluye cambios reales en la composición del actual Consejo Supremo Electoral y reformas constitucionales, que han sido demandadas por grupos opositores.
Estados Unidos y potencias europeas cometen "crímenes de lesa humanidad"
Daniel Ortega acusó este viernes a Estados Unidos de cometer crímenes de lesa humanidad. Justamente, el régimen Ortega Murillo ha sido señalado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como perpetrador de crímenes de lesa humanidad.
El GIEI elaboró un detallado informe de la represión estatal cometida por policías y paramilitares contra las masivas manifestaciones de ciudadanos que demandaban la salida del poder de Ortega a partir de abril de 2018. La represión dejó más de 300 muertes, miles de heridos, centenares de presos políticos y decenas de miles de exiliados, así como una seria crisis sociopolítica y económica. El resto de reportes de organismos locales e internacionales de derechos humanos, incluyendo la Oficina de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, también registran graves violaciones y abusos cometidos por el Gobierno de Nicaragua.
"La lucha continúa, no porque nosotros querramos confrontar a los yanquis, no porque no estemos de acuerdo con las barbaridades que se cometen ahí en los Estados Unidos. No estamos de acuerdo con las barbaridades que cometen los Estados Unidos y potencias europeas en contra de los pueblos del mundo en Asia, en África, en América Latina han cometido crímenes de lesa humanidad, pero a ellos, ¿quién los sanciona, quién los castiga, si son potencias?", dijo el presidente, en claro reclamo a las sanciones impuestas por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea a funcionarios de su Gobierno, miembros de su familia, -incluyendo su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo y dos de sus hijos-, y a parte de las empresas ligadas a su familia, por actos de corrupción y violaciones a derechos humanos.
El gobernante ha acusado también a la oposición nicaragüense y a quienes se manifiestan en su contra de cometer "crímenes de odio".
El "milagro" económico
Como parte de su alocución, Ortega recordó la alianza que mantuvo con la empresa privada, la cual terminó con el estallido de abril. Desde que regresó al poder, en el 2007, Ortega trabajó de la mano con los empresarios, los integró en la toma de decisiones junto a las diferentes autoridades de las carteras del Estado. A cambio, los empresarios no cuestionaron el desmoronamiento de la institucionalidad del país. Ortega lo considera un "milagro".
"Desde el 2007 al 2016 se produjo el milagro en Nicaragua de una armonía entre las diferentes fuerzas económicas, las fuerzas sociales, una enorme alianza nacional, y donde nadie hablaba de confrontación ni de guerra. Hasta que, finalmente, bueno, vinieron los conspiradores alimentados desde los Estados Unidos, y provocaron ese baño de sangre en abril del 2018", expresó.
Ortega sigue negando la brutal represión estatal que ordenó para sofocar las protestas de la población que salió a marchar contra la reforma a la Seguridad Social, y posterior, por las demandas de justicia, libertad y democracia.
En cambio, el régimen Ortega Murillo llama "terroristas" a los manifestantes opositores y sostiene su teoría de un "intento de golpe de Estado", una que no ha tenido acogida entre la comunidad internacional, que más bien ha presionado para lograr una transición y salida pacífica a la crisis que persiste en Nicaragua.