2 de agosto 2016
Siete hombres y una mujer, que la Policía Nacional presume son de origen africano, fallecieron ahogados en el río Sapoá, y sus cuerpos fueron encontrados en las costas del lago Cocibolca entre este lunes y martes.
Ninguno de los fallecidos portaba documentos de identificación, por lo cual se cree que podrían ser parte de los migrantes africanos a quienes el gobierno del comandante Daniel Ortega les impide el paso desde mediados de mayo, y están varados en la frontera sur de Nicaragua, en su ruta a Estados Unidos. Los siete hombres y la mujer aparentemente intentaban cruzar el país de forma ilegal.
“Por sus características físicas y de vestimenta se presume que son personas de origen africano tratando de llegar a los Estados Unidos de Norteamérica. El dictamen médico legal determina que la causa de las muertes es asfixia por sumersión”, indicó la Policía en una nota de prensa.
La alerta sobre dos de los primeros cuerpos —uno de los hombres y la mujer, ambos menores de 30 años, según se calcula— la dio un poblador del municipio de Cárdenas, del departamento de Rivas, que divisó los cuerpos cuando caminaba por la zona.
Son miles los varados en Costa Rica
La presencia de migrantes africanos varados en la frontera sur de Nicaragua se ha registrado desde mediados de mayo. A ellos, igual que a unos 6,000 migrantes cubanos a finales del año pasado, el gobierno de Ortega les ha cerrado el paso al país. El destino de ambos grupos es Estados Unidos.
Los africanos se embarcan en sus países rumbo a Brasil, de ahí se trasladan a Colombia y luego a Panamá hasta Costa Rica. El gobierno de Guillermo Solís ha instalado dos centros de atención migratoria, sin embargo los migrantes se encuentran en condiciones precarias, debido a su condición de pobreza y los costos del viaje que emprenden.
A finales de julio se calculaba que habían unos 1,400 africanos varados en la frontera nicaragüense, incluyendo mujeres embarazadas y niños. A principios de junio, se reportó la muerte de un hombre por bronconeumonía.
Desde finales del año pasado, miembros del Ejército de Nicaragua y la Policía Nacional mantienen un férreo control en el sector fronterizo de Peñas Blancas, para impedir el paso, primero a los cubanos, y ahora a los africanos.
Sin embargo, algunos de este último grupo han buscado alternativas para cruzar Nicaragua de forma ilegal. Por lo menos una veintena de ellos han sido detenidos por las autoridades en zonas de Rivas, Carazo, e incluso el norte del país.
Durante el primer semestre del año, las autoridades de Migración y Extranjería han reportado la detención de 2,529 indocumentados en las fronteras del país.