23 de julio 2018
Los obispos de la Conferencia Episcopal calificaron de “falsedades” los señalamientos del presidente Daniel Ortega de que han promovido el uso de armas durante las protestas, e indicaron que han sido mediadores imparciales en el conflicto que vive Nicaragua, pero aclararon que tampoco pueden cerrar los ojos ante la injusticia.
“No es verdad que a los obispos nos mueven intereses políticos”, dijo monseñor Silvio Báez en su homilía este domingo. A su vez aseguró que las iglesias católicas son “refugios de caridad”. Esta fue su respuesta ante los señalamientos por parte del Gobierno de Daniel Ortega que acusan a los sacerdotes católicos de guardar armas en los templos y usarlos como lugares de tortura.
El cardenal Leopoldo Brenes manifestó que la “única arma de los obispos” era el crucifijo y la oración, y que la acusación que les hace el Gobierno “es una falsedad”.
“Yo le dije a los sacerdotes que abramos los templos, (...) que los templos puedan convertirse en hospitales, en tiendas de campañas, como dice el papa Francisco. Eso hemos querido hacer. No creo que un obispo haya dicho entren con armas. No podemos permitir que alguien entre con armas, eso no es voluntad de un obispo”, aclaró el cardenal Brenes a los periodistas minutos después de la misa dominical en la Catedral Metropolitana de Managua.
“A mí me tocó acompañar a los jóvenes que venían a Catedral y lo primero que yo les dije fue que nadie puede subirse al bus ni entrar a la Catedral con un arma y ellos obedecieron. Ahí me pusieron a los pies míos y ahí fueron poniendo todo... esa cosa de los morteros. El señor Nuncio estaba en la puerta de los autobuses, fijándose que nadie se nos filtrara con un mortero de esos”, agregó Leopoldo Brenes.
Que se detenga la “cacería”
El presidente Daniel Ortega tildó de “golpistas” a los obispos de Nicaragua en su discurso del 19 de julio. El mandatario sandinista manifestó que los sacerdotes estaban “comprometidos con los golpistas” y ellos además “eran parte del plan”, que según él es orquestado por Estados Unidos y tiene como fin derrocar a su Gobierno.
Ante las acusaciones del mandatario Ortega, el cardenal Brenes contó que su primera reacción fue “orar y pedir no albergar odio”. “Ante palabras feas yo no puedo albergar sentimientos feos”, manifestó.
Por su parte, monseñor Silvio Báez respondió: “Nosotros no estamos aquí promoviendo un golpe. Un golpe de Estado es una acción violenta e inconstitucional para tomar el poder. Aquí nosotros no estamos queriendo tomar el poder ni estamos con medios violentos e inconstitucionales”.
En la homilía, monseñor Báez “imploró” que se detuviera la “cacería humana de jóvenes y adultos”. Cada día los organismos de derechos humanos reportan detenciones arbitrarias por parte de paramilitares y de policías hacia personas relacionadas con las protestas en el país, las cuales iniciaron desde el 19 de abril y han dejado un saldo de 292 muertos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
También reiteró que, a pesar de ser mediadores del Diálogo Nacional —que pretende buscar una salida pacífica a la crisis de Nicaragua—, no pueden “cerrar los ojos” ante el “sufrimiento del pueblo”.
Obispos continuarán como mediadores
Pese a la actitud amenazante de Ortega, la criminalización de la protesta y el recrudecimiento de la represión, los obispos de Nicaragua están dispuestos a continuar como mediadores y testigos del Diálogo Nacional. Sin embargo, hasta el momento el Gobierno no se ha pronunciado oficialmente sobre la reanudación de las mesas de trabajo.
Leopoldo Brenes, afirmó que en los próximos días tendrá una reunión con los obispos de la Conferencia Episcopal para analizar la situación del Diálogo Nacional y su futuro. De igual manera, afirmó que seguirán como mediadores, pues no les han “notificado lo contrario”.
Obispos de la Conferencia Episcopal fueron agredidos el nueve de julio cuando llegaron a Diriamba a mediar ante los ataques de paramilitares. Monseñor Silvio Báez resultó con una herida en el brazo izquierdo, realizada por una cuchilla. Tras el ataque manifestó: “Lo que nosotros hemos sufrido no es nada, comparado con lo que ha sido víctima la mayoría de los nicaragüenses”.
Desde ese día, la persecución a la Iglesia Católica no ha parado. Los obispos de Nicaragua han denunciado profanación en sus templos, saqueos y asedio a sus religiosos.
"Seamos prudentes, pero no tengamos miedo. No dejemos que el miedo nos paralice (...) No dejemos que Nicaragua sea lo que unos pocos quieren", dice monseñor @silviojbaez finalizando su eucaristía. @confidencial_ni
— Franklin V. Bravo (@franklinvb) 22 de julio de 2018
En Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez exhortó el domingo desde el Santuario del Divino Niño, a no caer en la “desesperanza” y que “Cristo hará triunfar la justicia”.
“El señor está con su pueblo, actúa con su pueblo y no abandona a su pueblo”, sentenció el obispo de la Diócesis Matagalpa.
El domingo también se convocó a una “jornada de oración” por parte de los obispos de América Latina y el Caribe. El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) envió un mensaje dirigido a los obispos de Nicaragua: “Les invitamos también a no cerrar los oídos ante el clamor y sufrimiento de nuestros pueblos y a continuar siendo los líderes valerosos por medio de los cuales Dios se hace presente y guía la historia de su pueblo”.
Veintidós conferencias episcopales de América ofrecieron sus eucaristía “por el pueblo de Nicaragua” y en apoyo a los curas nicaragüenses.
Alcaldesa de Managua no bailará a Minguito
Los sacerdotes Boanerges Carballo y Juan José Nolazco serán los mayordomos de la bajada de Santo Domingo de Guzmán, el santo patrono de Managua. Esta es la primera vez en quince años de alcaldías sandinistas que una de sus alcaldes no coordinará la festividad.
Según el cardenal Brenes, esta es una decisión que “se ha venido aplicando” en otros departamentos. Ahora le toca el turno a Managua. Los sacerdotes Carballo y Nolazco estarán acompañados del comité de cargadores y un delegado de la Alcaldía que no ha sido revelado.
Brenes dio a conocer la decisión durante la eucaristía del domingo en la Catedral Metropolitana. “Por la situación que estamos viviendo en Managua yo tomé la decisión que fueran estos dos sacerdotes”, manifestó.