15 de febrero 2024
Desde hace dos años Juan Carlos se dio cuenta que las medicinas para sus dolencias empezaron a escasear. “Si antes me daban unas 120 pastillas al mes, ahora me dan con costo 60”, dice este señor diabético de 68 años.
“Al principio comenzaron a dar menos medicamentos y mis dos hijos me compraban el resto. Pero desde el año pasado cuando llego a la cita me dicen que no tienen las medicinas y toca rogarles, por eso a veces toca comprar todo por nuestra cuenta”, indica.
Asegurados y jubilados de distintas ciudades de Nicaragua denunciaron a CONFIDENCIAL que hay desabastecimiento de medicamentos en las clínicas previsionales del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que afecta directamente en sus bolsillos. Sin embargo, también hay usuarios que reportan reciben sus medicinas completas, pero el INSS no brinda información sobre dónde hay menos acceso a medicinas, qué tipo de medicinas son las que tienen en menor cantidad o por qué ocurre la escasez en determinados centros.
Juan Carlos, quien cotizó por más de 40 años al Seguro Social, detalla que no solamente hay problemas con el medicamento, sino con la atención. “Uno va y tiene que esperar horas para que lo traten mal, como si nos estuvieran haciendo un favor, lo bolean a uno con los medicamentos para que uno se canse de pedirlo”, relata.
Este señor originario de un departamento del sur del país, que pide guardar el anonimato por temor a represalias, dice que “el sentimiento de impotencia es de cualquier pensionado de Nicaragua porque la pésima atención es generalizada”.
“No nos dan medicinas, nos atienden mal, nos alargan las citas y muchos de los que nos quejamos somos pacientes crónicos, así que nuestra vida depende de una buena respuesta que hoy no tenemos”, denuncia Juan Carlos.
Sin datos actualizados de atenciones
Desde el estallido de las protestas sociales de 2018, la información del INSS es cada vez más escasa. Apenas en 2023 divulgaron el Anuario Estadístico de 2021.
De acuerdo a ese último informe, ese año “se registró un promedio mensual de 116 795 jubilados adscritos” y el número de asegurados era de 757 548 personas.
Sin embargo, el último dato que reportó el Banco Central de Nicaragua (BCN) en las estadísticas del mercado laboral indican que en noviembre de 2023 había 795 924 trabajadores inscritos al INSS.
En 2021, según el Anuario Estadístico del INSS se entregaron medicamentos a 139 716 pacientes, de los cuales 43 456 fueron para el programa de alto costo de Oncología.
En marzo de 2023, el INSS anunció que incorporaría 188 productos médicos “para un total de 550 medicamentos que serán entregados por las clínicas que atienden a los asegurados, sus familias y pensionados”.
Aunque no se detalló cuáles son los medicamentos, de acuerdo a los medios de propaganda del régimen de Daniel Ortega, el Comité Médico del INSS estableció que hay “medicamentos de nueva generación para diabetes, hipertensión, reumatología, antibióticos, antivirales, analgésicos, medicamentos para gastroenterología, neumología, obstetricia, ginecología, oftalmología y otorrinolaringología”. También se incluyeron medicamentos para la atención de Psiquiatría.
Nos dicen: “No hay”
Alejandra iba todos los meses a la clínica del INSS a retirar pañales y leche nutricional para doña Lourdes, su mamá. A veces tenía que ir hasta dos o tres veces para lograr recibir esos productos.
Sin embargo, ya desde 2023 la respuesta siempre que iba era: “no hay”. Por eso optó por dejar de ir a retirarlos.
“Es un calvario para muchos viejitos que van solos a retirar sus medicinas o estos productos de uso diario y es una grosería que les digan que vuelvan”, precisa esta mujer originaria de Granada.
Para Martha, lo que están viviendo los asegurados es “un calvario”. Ella trabaja como profesora y no tiene “tanto tiempo para ir a consultas o buscar medicamentos”.
“Uno acude sinceramente cuando ya no le queda de otra, porque la mayoría de veces uno se automedica o busca atención privada”, relata.
Recuerda que entre agosto y diciembre de 2023 acudió tres veces a la farmacia de la clínica previsional que le corresponde para retirar un medicamento, pero siempre le decían que no había.
“Esperé por ese medicamento porque el salario no me daba para comprarlo, pero te imaginas esperar cuatro meses por algo que es necesario para la salud”, lamenta Martha.
Finalmente esta maestra de secundaria de Masaya se dio por vencida y tuvo que prestar dinero “para comprarlo por mi cuenta”.
Un problema generalizado en clínicas del INSS
El desabastecimiento es algo que ocurre en todas las clínicas del INSS, afirma una trabajadora de esa institución que habló con CONFIDENCIAL.
“Es una realidad que no se puede esconder, la gente llega y uno se da cuenta de que lo que le recetan casi nunca está disponible”, explica.
Además, remarca que hay muchas quejas por la lentitud de la reposición de los medicamentos y también la calidad de los mismos. “Parece que es una orden que viene de arriba de gastar cada vez menos en cada paciente”, sentencia.
Una vendedora de una cadena de farmacias privadas indicó que están recibiendo más demandas de medicamentos para enfermedades del corazón, diabetes, parkinson, hipertensión, entre otras. “Son medicamentos que tampoco son baratos”, detalla.
“Nos quitan medicinas”
Alfredo, un paciente de las clínicas previsionales del INSS que se atiende por problemas en la columna y en las extremidades superiores, dice que desde mayo de 2023 “cambiaron la modalidad de entrega de las órdenes de las citas y medicamentos a los pacientes”.
“Antes las órdenes eran entregadas localmente, pero les quitaron ese trabajo a las oficinas departamentales y lo centralizaron en Managua. Ahora las órdenes las envían desde el nivel central, pero a destiempo y el paciente pierde la cita y los medicamentos”, expresa.
En su caso, Alfredo dice que perdió la atención y los medicamentos en mayo y en agosto de 2023. “Ellos quieren que el paciente desista y ya no lleguen a las clínicas para evitarse las atenciones de los médicos y la entrega de los medicamentos”, asevera.
También denuncia que desde 2021 le quitaron parte de los cinco medicamentos que tenía autorizados. “Lo que no tenían en farmacia de la clínica, me daban orden para retirar en farmacia privada con las que tenían contrato. Esos medicamentos costaban más de 5000 córdobas. Pero –reclama– desde 2021 recibo solo dos medicamentos que apenas sobrepasan los 300 córdobas”.