10 de junio 2021
La persecución contra opositores y críticos del régimen de Daniel Ortega está en aumento. Entre noviembre de 2020 y abril de 2021, se contabilizaron 1150 hostigamientos, que en su mayoría fueron ejecutados por policías y parapolicías del régimen orteguista, según el informe semestral del Monitoreo Azul y Blanco.
Marlon Caldera, representante del Monitoreo Azul y Blanco, explicó que entre los 1150 hostigamientos hubo: 161 detenciones, 137 judicializaciones, 132 agresiones, 112 amenazas y 72 torturas y malos tratos. El detalle es parte del informe semestral “Hostigamientos, parte de la estrategia represiva del Estado de Nicaragua".
Los datos del informe aún no incluyen las denuncias de las últimas cinco semanas, durante las cuales han continuado las denuncias, incluyendo las detenciones de cuatro precandidatos presidenciales y tres opositores, y las agresiones policiales en contra de periodistas.
Caldera detalló que el 90% de los hostigamientos fueron perpetrados por oficiales de la Policía Nacional, un 6% por parapolicías y el 1.2% por simpatizantes del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Destacó que entre los perpetradores también fueron mencionados -aunque en menor medida- funcionarios de entes estatales, del Ejército de Nicaragua y de los sistemas penitenciarios del país, por lo que indicó “hay una responsabilidad estatal en este hostigamiento”.
Abril, el mes con más hostigamientos contra los opositores
El informe del Monitoreo Azul y Blanco resalta que el mes más violento para los opositores fue abril de 2021, puesto que en esas cuatro semanas se registraron 384 actos de hostigamientos.
Caldera refiere que el aumento de los hostigamientos en abril podrían haberse ocasionado porque en ese mes se conmemoró -desde diferentes acciones de resistencia social- los tres años de rebelión ciudadana contra el régimen orteguista.
Otros de los meses con mayor número de hostigamientos son diciembre (223), noviembre (178) y enero (187).
El informe también indica que los hostigamientos contra opositores se dieron en “todas las cabeceras departamentales y regiones autónomas”. Establece que la frecuencia de dichos hostigamientos fueron: ocasionales (57%), frecuentes (31%) y continuos (12%).
Caldera explicó que la mayor cantidad de hostigamientos fueron “ocasionales” porque las víctimas solo reportaron una vez el acto represivo, pese a que lo sufrieron en más de una ocasión, por lo que aprovechó para animar a los opositores que son víctimas de hostigamiento a denunciarlo cada vez que ocurra y “no normalizar” este tipo de acciones que violentan el derecho al trabajo, a la libre movilidad y libertad de reunión pacífica.
El informe señala que los hostigamientos perpetrados contra los opositores se dieron principalmente en las viviendas (66%) y en otros lugares (34%).
Caldera apunta que todo ese hostigamiento desde las viviendas además de afectar a las víctimas también se convierte en una agresión contra sus familiares y vecinos.
“Se ha ejecutado un modelo de hostigamiento colectivo, porque no solo sufren el hostigamiento las víctimas como tal, sino que se ven afectados los familiares y vecinos”, destacó.
Explica que todo hostigamiento es “una forma de abuso constante que busca someter y condicionar tanto a personas individuales como colectivos” y se ha convertido “en la forma más recurrente de represión del Estado -sistemática y generalizada- en contra del pueblo nicaragüense, principalmente contra opositores”.