14 de junio 2020
El médico Adán Augusto Alonso Flores, que se dedicaba a atender pacientes con síntomas de covid-19, falleció este domingo a la edad de 62 años en Chinandega a causa del coronavirus SARS-coV-2, informaron sus familiares.
"Con dolor en el alma comunicamos que nuestro padre el Dr. Adán Augusto Alonso, el doctor del pueblo, ha fallecido", indicó su hija, la también doctora Magda Alonso, en un tuit.
Con dolor en el alma comunicamos que nuestro padre el Dr. Adan Augusto Alonso, el doctor del pueblo, ha fallecido.
Descansa papito lindo.
Tu valor, tu dignidad, tu fuerza y tu convicción vivirá en cada nicaragüense que luche por la paz, la verdad y la justicia.
Descansa en paz🙏— Magda Alonso (@DraMagdaAlonso) June 14, 2020
El médico falleció tras 18 días de permanecer en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos del San Antonio, en Chichigalpa, Chinandega.
La policía de León, que encabeza el comisionado Fidel Domínguez impidió que el cortejo fúnebre del Dr. Alonso entrara a la ciudad, obligándolos a usar la pista de circunvalación, que en su mayor parte transcurre sin casas a uno o ambos lados de la vía.
Aunque no quieran la Policía Nacional hace guardia de honor al funeral del Dr Adán Alonso, haciendo presencia en cada calle para evitar que salga del ByePass pic.twitter.com/sGlDK4ExSo
— Radio Dario 89.3 (@RadioDarioNi) June 14, 2020
Decenas de uniformados se situaron en otras vías de acceso a León y acosaron a los ciudadanos, para asegurarse que el sepelio no entraría al casco urbano, para evitar las muestras espontáneas de respeto que estaba recibiendo el llamado “médico del pueblo” de León.
En un video, transmitido a través de Facebook, una mujer dice frente a la cámara que la Policía detuvo el vehículo en que viajaban ella y otros asistentes al sepelio, y que “golpearon la camioneta”.
— Ulises Mendieta (@ulisesmendieta_) June 14, 2020
En el cementerio de León, después de recibir la bendición de un sacerdote, el cuerpo del Dr. Alonso fue trasladado a la capilla donde sería inhumado. Sus familiares y amigos, lo despidieron cantando “Nicaragua mía” y el Himno Nacional, y gritos de “Viva Nicaragua libre”.
Su familia presume que el doctor Alonso Flores se contagió brindando consultas a la ciudadanía que presentaba síntomas de covid-19.
Su hija explicó que su padre presentó los primeros síntomas el 19 de mayo pasado, por lo que decidió irse a cuarentena, aunque siguió atendiendo gratuitamente a los pacientes vía telefónica y de redes sociales.
El segundo médico de la familia que muere
Su salud desmejoró el 28 de mayo pasado y tuvo que ser hospitalizado.
"Descansa papito lindo. Tu valor, tu dignidad, tu fuerza y tu convicción vivirá en cada nicaragüense que luche por la paz, la verdad y la justicia. Descansa en paz", escribió su hija, que transmitió en vivo el entierro de su padre, que fue hecho de inmediato a como establece el protocolo por la pandemia.
Al doctor Adán Alonso Flores es el segundo de su familia que fallece a causa del coronavirus. El 8 de junio murió su hermano, el también médico Guillermo Alonso Flores.
El independiente Observatorio Ciudadano COVID-19 ha recibido reportes de 536 trabajadores de salud con sintomatología asociada o presuntiva de COVID-19, entre ellos 61 que han perdido la vida.
Entre el personal sanitario que ha fallecido presuntamente por coronavirus se encuentran 25 médicos, 16 personal de enfermería, 9 personal administrativo, 2 visitadores médicos, 2 laboratorista y 7 categorizados como "otros".
El Observatorio Ciudadano COVID-19, una red de médicos y voluntarios de toda Nicaragua, contabiliza 1.289 muertos y 4.971 casos sospechosos de dicho padecimiento en Nicaragua.
Hasta el martes pasado, el Ministerio de Salud reportaba 1.464 casos confirmados, 456 activos, 953 recuperados y 55 fallecidos, para una tasa de letalidad del 4 %.
El Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega no ha precisado el número de pruebas que ha realizado y se ha limitado a informar del número de casos confirmados, las muertes y recuperados.
El Ejecutivo ha sido criticado desde diversos sectores por promover eventos masivos y aglomeraciones a contracorriente de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por no establecer restricciones ni haber suspendido las clases en medio de la pandemia.
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