7 de mayo 2023
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El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, exigió la “liberación inmediata” de su homólogo de la diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, de quien dijo está siendo “ultrajado” dentro de la cárcel donde lo mantiene encerrado la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El obispo carmelita, exiliado desde 2019 por amenazas de muerte de fanáticos del partido de Gobierno en Nicaragua, consideró que monseñor Álvarez —quien se encuentra entre las innumerables víctimas de la represión, los presos políticos, los exiliados y perseguidos— es “testigo del evangelio y profeta de Dios, injustamente ultrajado y encarcelado”, por lo que confía que “muy pronto” será liberado.
Durante una misa promovida por la comunidad nicaragüense en Indiana, Estados Unidos, y celebrada en la parroquia de Santa María del Lago, en la diócesis de Chicago, Báez valoró que estos cinco años que han pasado desde la Rebelión de Abril de 2018 han sido “duros y dolorosos” para los nicaragüenses, pero advirtió que “no todo ha sido negativo”.
Los nicaragüenses “nos hemos vuelto más cercanos y solidarios unos con otros, el dolor nos ha hecho madurar como sociedad, nos hemos vuelto más conscientes de nuestra responsabilidad por realizar un cambio social pacifico y construir una sociedad más justa”, destacó el jerarca católico.
Aseguró que “aun en medio de la opresión y la crueldad a la sigue sometido nuestro pueblo”, este ha demostrado su grandeza y su dignidad, su espíritu indomable y su vocación de libertad y de justicia. “Los tiranos no han podido someter a nuestro pueblo recio, noble y creyente, que sigue resistiendo, soñando y luchando”, subrayó.
Iglesia sigue siendo calumniada, perseguida y ultrajada
Monseñor Báez también destacó que la historia de Nicaragua en estos últimos cinco años tampoco se comprende sin la presencia y la misión de la Iglesia, que “sigue siendo calumniada, perseguida y ultrajada por ser fiel a la misión que ha recibido de Jesús, por ser testigo de la verdad de Dios y denunciar la mentira y la injusticia y por defender a las víctimas y la dignidad de las personas”.
Aseguró que en un momento de tanta polarización, en medio de tantas confrontaciones inútiles entre los mismos que sueñan con un ideal de libertad, el camino de la fe puede acercar a la sociedad nicaragüense.
“De poco sirve que nos tildemos de conservadores o progresistas, de ser de derecha o de izquierda. Si queremos construir una sociedad nueva, es otra la opción que debemos hacer. Se trata de plantearnos la propia vida y la relación con los demás desde Jesús”, expresó el obispo
Agregó que “si queremos construir una sociedad nueva” hay que elegir “entre ser cercanos y amables o ser distantes y arrogantes; pensar solo en mis intereses o comprometerse en construir una sociedad mejor para todos; saber escuchar, acoger y creer en la riqueza de la diversidad, o excluir, condenar y querer imponer una uniformidad estéril”.
