1 de mayo 2020
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En el asilo de ancianos Sor María Romero, de la residencial Las Colinas, en Managua, nadie entiende cómo y en qué momento el señor de 66, que el Ministerio de Salud (Minsa) registra como el cuarto fallecido por covid-19, pudo contagiarse de la enfermedad. Sin embargo, la directora del centro, María Lourdes Chacón, está segura que el contagio no ocurrió dentro del asilo y teme que el escándalo pueda afectar a los otros 35 residentes del Hogar de Adultos Mayores.
Chacón descarta que el contagio haya ocurrido en el asilo, porque asegura que el lugar permanece en cuarentena voluntaria desde el pasado primero de abril, por lo que nadie ha entrado o salido del asilo en el último mes. Además, afirma que el señor padecía diabetes, hipertensión, Alzheimer y fue llevado al hospital Fernando Vélez Paiz debido a una infección en “un raspón que tenía en el costado derecho”.
El traslado del paciente desde el asilo al hospital ocurrió hace una semana, precisó. Desde entonces ella mantuvo comunicación telefónica con el hijo del residente, quien le habría informado que su padre sería trasladado hacia el Hospital Alemán Nicaragüense, en ese lugar le practicaron la prueba de covid-19. “Lo raro es que el muchacho (hijo) estuvo en contacto con él y también el personal del asilo y nadie está contagiado, ninguno tiene síntoma”, analiza.
Además, muestra el acta de defunción entregada por el Minsa en la que dice que el paciente falleció por causa de un shock séptico y neumonía necronizante. “En ningún lugar dice covid-19”, señaló. Sin embargo, fue el secretario general del Minsa, Enrique Sáenz, quien informó sobre la muerte del nicaragüense de 66 años, el pasado 28 de abril. Y la información es sostenida por el Gobierno, que lo ha incluido en su estadística oficial de 14 casos positivos y cuatro fallecidos, mientras continúa negando el registro de otros dos fallecidos.
Minsa solo llegó a ver
Desde que el hombre enfermo fue trasladado al Hospital Alemán Nicaragüense, una delegación del Minsa llega todos los días al asilo Sor María Romero para inspeccionar el lugar, afirma Chachón. Sin embargo, también admitió que “a nadie” le han hecho pruebas para determinar si existe algún brote de coronavirus en ese lugar.
Prácticamente “solo nos llegan a ver”, comenta la mujer. Durante las visitas, el Minsa ha indagado sobre “el distanciamiento entre un resiente y otro, entraron a los cuartos a ver como estaban ubicadas las camas, vieron las medidas que se están tomando a nivel interno”.
Aunque Chacón ha recibido las visitas del Minsa, es escéptica sobre el caso del hombre con concovid-19, ya que “esa persona tenía más de un mes de haber ingresado al asilo. Debió haber contagiado a los demás, su hijo ya debería haber presentado algún síntoma, eso no ha sucedido”, insiste.
“Yo como ser humano no voy a poner en riesgo la vida de 35 ancianos, no lo voy hacer”, subraya Chacón. “Si yo tuviera en el asilo un caso covid-19 inmediatamente lo reportaría, pero no es el caso”, insiste. Su preocupación se debe a que la noticia ha generado preocupación entre los familiares de los ancianos, quienes en su mayoría residen en el exterior y aunque quisieran no pueden llegar a buscar a sus parientes ya que todas las fronteras están cerradas debido a la pandemia.
Una cuarentena voluntaria
En una fotografía de la entrada principal del asilo de ancianos se observa un cartel con la leyenda: “No se aceptan visitas, estamos en cuarentena”. El anuncio fue puesto en ese lugar el pasado 1 de abril y según la directora del lugar es una medida “voluntaria”, ya que la Organización Mundial de la Salud ha identificado a los adultos mayores como una población vulnerable ante el covid-19.
Hasta este primero de mayo Nicaragua acumula 14 casos confirmados de covid-19, cuatro de ellos fallecidos, tres permanecen hospitalizados y siete fueron dados de alta por el Minsa; sin embargo, uno de los pacientes recuperados murió este 30 de abril en la ciudad de Estelí, el Minsa no reconoce que la muerte esté relacionada con el coronavirus.
Mientras tanto, el cuerpo del hombre de 66 años fue incinerado y entregado a sus familiares, y en el asilo de ancianos el distanciamiento se aplica rigurosamente y se incrementaron las jornadas de la limpieza.
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