10 de agosto 2018
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El Ministerio de Educación (MINED) despidió a la profesora Verónica Martínez Suárez por apoyar “la marcha azul y blanco” en Pueblo Nuevo, Estelí. El delegado municipal, Francisco Acuña, llegó personalmente a su casa para entregarle la carta. No le importó que la docente estuviera a tan solo cinco meses de jubilarse, tampoco su antigüedad (34 años) en el colegio y mucho menos que ella hubiese sido fundadora de los cursos sabatinos de educación a distancia en el Instituto Héroes y Mártires, en ese municipio.
La profesora de 54 años de edad asistió por última vez a su colegio el viernes 3 de agosto. Impartió clases, como de costumbre, y al atardecer fue a la oficina de recursos humanos a retirar su pago, sin embargo, en ese momento le comunicaron que el cheque se había extraviado. “Yo imaginé que iba a pasar algo, pero me vine a mi casa. Le comuniqué al director”, relató la docente a CONFIDENCIAL.
Minutos más tarde, Acuña llegó con el encargado de recursos humanos para entregar la carta de despido. En el documento se explica que la cancelación de su contrato estaba basado en el artículo 32, de la ley 114, Ley de Carrera Docente, numeral cuatro.
El artículo 32 de la Ley de Carrera Docente, habla sobre los motivos de destitución para los profesores en el país. El numeral cuatro refiere que una de las razones “es conducta que contraríe gravemente la ética profesional”, de acuerdo con el Reglamento de esta Ley.
Los demás factores son: abandono de sus labores sin causa justificada por más de tres días consecutivos; perjuicio material causado intencionadamente en los edificios, mobiliarios y bienes de los centros educativos. Ofensas graves a cualquier miembro de la comunidad educativa o daño a su integridad física, y condena por sentencia definitiva que implique privación de la libertad. Según Martínez Suárez, no imcumplió con ninguno de los reglamentos de la Ley de Carrera Docente.
“Fue por haber apoyado la marcha azul y blanco. El Delegado vino hasta mi casa y me quería leer la carta aquí. Le dije, con mucho respeto, que mi hogar no era la oficina del MINED. (También) por no compartir la forma de pensar, respecto a las situaciones difíciles que vive la educación. He trabajado para todo mi pueblo, preparando profesionales. Mis alumnos dirán si soy o no buena maestra”, aseguró Martínez Suárez.
La profesora forma parte del grupo de tres docentes que despidieron la semana pasada en Estelí. Henry Macoy y Ana Valiezka Espinoza Rivas, son los otros dos maestros de larga trayectoria que perdieron su trabajo por manifestar su desacuerdo ante las acciones represivas del Gobierno y por participar en las marchas azul y blanco.
Espinoza tiene un perfil registrado en Twitter. Es muy activa desde su cuenta y a través de esta red social anunció su despido. En ocasiones anteriores ya se había referido al actuar del Gobierno respecto a la represión contra los nicaragüenses que exigen su salida del poder.
Ayer fue dada mi carta de despido por participar cívicamente en las marchas, este gobierno genocida nos quiere callar pero aquí nadie se rinde ni se vende viva Nicaragua libre de dictadura. #SosNicaragua #CIDH#OEA pic.twitter.com/6fXZ56uhhH
— Ana Rivas (@AnaRiva24875326) August 4, 2018
El 29 de julio, Espinoza Rivas escribió en su cuenta de Twitter que había sido amenazada por simpatizantes del Gobierno del presidente Ortega. “No entiendo a la gente que todavía sigue a estos asesinos y tan orgullosos con el arma y la bandera roja y negra, como autoridad me daría vergüenza que este tipo de gente me represente”.
El 8 de agosto la profesora Rivas envió un mensaje esperanzador a sus seguidores. “Necesitamos una Nicaragua libre, no es justo lo que está pasando, nos tienen presos en nuestro propio país y sobre todo violan los derechos humanos”, recalcó.
Participó en proceso revolucionario
Martínez Suárez empezó a trabajar en el colegio Héroes y Mártires de Pueblo Nuevo en 1984. Previo a su integración a este centro de estudios como docente, participó en la cruzada de alfabetización nacional y en los cortes de café.
“Si hablamos de revolución, yo participé. Estuve en la junta nacional de alfabetización porque me pareció bien el lema, porque el padre de la revolución es Carlos Fonseca, y dice ‘enséñales a leer’, lo vi importante para la sociedad”, refirió.
Luego se mudó a la capital a estudiar en la UNAN-Managua la carrera de Ciencias Naturales y Biología. Formó parte de las brigadas ecológicas y estando como docente, niveló a muchos jóvenes que regresaron del servicio militar.
La docente Martínez Suárez estaba cerca a la jubilación. En enero cumpliría 55 años de docencia y además de cumplir con el doble de cotizaciones, la radiculopatía crónica le estaba desgastando. “Me iba a venir bien (la jubilación). Yo me esperaba una situación como esta (el despido), pero no que lo hicieran tan pronto”, insistió la profesora de secundaria.
La profesora no se arrepiente de haber apoyado la marcha azul y blanco, pues “la verdad esa es mi bandera, no es porque estoy en contra de nadie, fui en apoyo a los chavalos que querían sacar esa marcha. Estoy con la frente en alto, mis alumnos dirán si soy buena o mala. Yo estoy en contra de regalar nota y de quitar, porque el maestro debe ser legal, actuar con ética”, mencionó.
Los estudiantes de primaria y secundaria se plantaron el pasado lunes frente a colegios en Condega, Estelí, para protestar contra los despidos arbitrarios de los maestros. En Pueblo Nuevo no hubo marcha, pero sí un desborde de solidaridad y apoyo, en la casa de la profesora Verónica.
“A veces los maestros, aunque no estén de acuerdo con ciertas cosas, se quedan callados, les hace falta mucho (para la jubilación), ellos a lo mejor no podrán apoyar, pero yo me sentí con mi frente en alto, porque no he quemado, no he robado, sentí que contesté lo justo cuando me agredían. Quienes me agredieron fueron profesoras que están en la dirección. Me hablaban mal de los sacerdotes, se reían. Pero eso no me hizo daño a mi, ni me va a hacer, porque yo estoy fortalecida. El Señor es justo, el Señor es grande. Para mí que no pasa nada. Yo no he perdido nada”, refirió.
La profesora Verónica todavía no ha recibido su pago. Sin embargo, contrató a un abogado para que realice las gestiones correspondientes y de esa forma el MINED le pague sus prestaciones sociales, tal y como dicta la ley.
“Dios tiene la justicia, la justicia divina es la mejor, no tengo nada en contra de ellos (el Gobierno, profesoras, delegado), que Dios los bendiga y que sigan adelante”, finalizó la profesora, quien impartía clases a 4to año, en el turno vespertino.
