2 de abril 2020
Nueva York parece el plató de una película apocalíptica: un buque mastodóntico surcó con urgencia este lunes el río Hudson. La cruz roja que la embarcación lleva pintada en la proa fue divisada con ansias desde Manhattan por las autoridades estatales. El enorme hospital flotante de la Armada estadounidense atracó en la isla con la misión de aliviar el colapso sanitario provocado por el covid-19 en esa ciudad que nunca duerme, pero que ahora está detenida, en trance por el coronavirus. La nicaragüense Norma Castillo vio la llegada del barco y la instalación de un hospital de campaña en el Central Park, y se sintió tan cerca y tan lejos de esos sucesos históricos provocados por la pandemia. Tan cerca porque vive en Manhattan, y tan lejos porque está aislada en su apartamento con síntomas del virus.
La última vez que Castillo salió de su apartamento fue hace una docena de días, cuando el coronavirus iniciaba a diezmar esta populosa y agitada ciudad. Tomó el metro usando guantes de látex y una mascarilla. Lo grabó con su celular y lo que las imágenes muestran es una Nueva York fuera de sí: vagones inhóspitos, algunos carros que transitan sin demoras, pasos cebras al descubierto, casi imposibles de ver cuando las calles de esta ciudad vibran y son aplanadas por miles y miles de personas, entre ellas Castillo, quien hace más de veinte años vive en Manhattan.
Solo la pandemia mundial ha podido apagar las luces de los escaparates neoyorquinos: hasta este primero de abril, más de 83 000 personas han contraído el covid-19, y el número de muertos subió a 1,941. El estado de Nueva York se ha convertido en el foco de contagios en Estados Unidos. “La zona cero del virus”, le llaman.
Aunque Castillo tomaba medidas de protección para no contagiarse, sobre todo para proteger a su madre de 91 años, que vive en el pequeño apartamento con ella. Sin embargo, el coronavirus a veces logra burlar el lavado de manos, el alcohol gel y otras providencias. La madre de Castillo comenzó a tener síntomas.
“El problema es que New York es una ciudad donde hay mucha densidad poblacional”, dijo Castillo en el programa Esta Noche. “Es un ambiente muy rico para la propagación. Los trenes, los buses, los parques, los supermercados, las farmacias… todo donde vas hay mucha gente. Aquí nadie estaba teniendo cuidado de nada”.
La madre de Castillo comenzó a tener fiebre y diarrea hace diez días. De inmediato, ella se comunicó con los doctores. Los síntomas eran claros: la anciana era sospechosa de covid-19. Sin embargo, y por fortuna para Castillo, los síntomas de su madre no fueron severos.
“La doctora me mandó a hacerle la prueba, porque solo las están haciendo bajo aprobación de un médico dado la escasez que hay en este país. Este Gobierno no se preparó para esto”, criticó Castillo. “La doctora me dijo ella cumple requisitos para la prueba y vos también, puesto que viven juntas. Pero las filas de personas haciéndose pruebas a esas alturas ya eran enormes. Yo dije (a la doctora) no voy a exponer a mi mamá, porque estaba frágil, débil, y no podía casi caminar. Y la doctora me dijo estoy de acuerdo con vos, porque ella no presenta síntomas severos”, relató. En ese instante comenzó el aislamiento para las mujeres.
Castillo también empezó a experimentar leves síntomas de gripe. Ella tampoco se ha realizado la prueba, porque asegura que las recomendaciones de las autoridades sanitarias son: “si sospechas que tenés el virus, pero no tenés síntomas severos, no salgas de tu casa”.
En el aislamiento, la madre de Castillo ha experimentado mejoría tomando azitromicina. Aunque todavía están a la espera de una absoluta evolución favorable. Entre tanto, Castillo está al tanto del avance del virus en New York, pero también en Nicaragua. Es inevitable para ella no pensar en el terruño.
“Yo sé que en Nicaragua no hay representación gubernamental al mando y dando directrices para que la población se cuide. Hay que tener cuidado, porque, por ejemplo, en estos momentos soy una persona asintomática y puedo estar transfiriendo el virus. Por eso no salgo a la calle. Se debe conciencia social, cuidarse mucho y que sea el pueblo el que tome las riendas del cuido de su salud. Quédate en casa”, recomendó Castillo.
Nueva Jersey colapsado
Al otro lado del Río Hudson, atravesando los 2.4 kilómetros del Túnel Lincoln desde Manhattan, está el pequeño Estado de New Jersey, que más bien pareciera un apéndice de New York. Nueva Jersey está cundido de coronavirus. Hasta la publicación de este artículo, se contabilizan 22 255 casos positivos, incluyendo 355 muertes.
En New Jersey también viven miles de nicaragüenses. Una de ellas es la psicóloga forense Jayrin Gadea, quien desde hace 24 días optó por auto aislarse para proteger a su bebé. “Es caótico todo aquí”, describió la mujer en el programa Esta Noche.
“Aunque menos tenemos casos que en New York, hay una correlación: hay gente que trabaja en New York pero vive en New Jersey y viceversa. Estamos compartiendo medios de transportes, aeropuerto, trenes, autobuses, etcétera. Es caótico. Todo está colapsado”, dijo con preocupación Gadea. “Cada hora se contagia más gente de coronavirus. Estamos en cuarentena. En mi caso tengo 24 días de aislamiento voluntario, pero el gobernador oficialmente dictó aislamiento social hace dos semanas. Se espera que las próximas dos semanas será peor”.
La administración de Donald Trump también advirtió que las próximas semanas venideras en Estados Unidos serán críticas. “Se estima que el pico de la tasa de mortalidad se alcanzará probablemente en dos semanas. Lo diré de nuevo. El pico, el punto más alto de la tasa de mortalidad, recuerde esto, es probable que llegue en dos semanas... Por lo tanto, extenderemos nuestras directrices hasta el 30 de abril, para frenar la propagación", dijo Trump.
El pico del que habla el mandatario norteamericano es de 100 000 y 200 000 personas que podrían fallecer. La proyección alarmó a la nicaragüense Gadea.
“El Gobierno dice que 240 000 víctimas si se usa el aislamiento social. O sea que pueden ser más. Siempre hay gente que es más precavida que otra”, dijo Gadea. “Conozco a muchos nicas que están trabajando todavía, algunos porque tienen trabajos esenciales, pero otros también por su tipo de condición legal. En el caso de los exiliados es peor. A ellos solo les queda tomar las recomendaciones y medidas extremas”, lamentó.
Gadea se refiere que la situación económica va en declive por la pandemia. Según ella, en New Jersey han anunciado un plan de recuperación económica, pero solo es válido para personas con estatus legal de residentes o ciudadanos.
“Hoy es primero de abril y cada primero se paga la renta en Estados Unidos o lo que se le dice credito hipotecario, cuando has comprado tu casa. Dicen los especialistas que más del 40% de la población en este Estado no van a poder pagar”, advirtió la psicóloga originaria de Chontales. “El gobernador ha prohibido el desalojo, pero tampoco hay algo concreto que diga vamos a congelar la renta, por ejemplo. Es caótico. Nadie estaba preparado para esto. Los nicas nunca tenemos la cultura de ahorrar. Esto nos agarró manos arriba”.
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