17 de diciembre 2015
El pasado ocho de diciembre, los 16 ex cañeros que fueron detenidos por protestar frente al Ingenio San Antonio para exigir la liberación de Roberto Nicoya, Presidente de la Asociación Nueva Esperanza, cumplieron dos meses de estar retenidos en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial. María Peña, madre de Mariela Molina, quien fuere secretaria de la Asociación Nueva Esperanza y que ahora se encuentra detenida, dijo a Confidencial que teme por la salud de su hija y que la estadía en estas celdas de “tortura” se alargue hasta el próximo año.
“Ella ahora está más delgada, violan sus derechos y lo último que me contó es que los dejan en ropa interior y solo se la dan cuando los llegamos a visitar, es un lugar de tortura y como madre me duele todo lo que mi hija está pasando”, relató la madre de Molina.
Doña María recordó que su hija estaba estudiando la carrera de Derecho y ya contaba con una licenciatura en Computación, además tiene una niña de seis años que todos los días pregunta por su madre y cada vez que puede le escribe cartas.
“Mi hija se metió a esta lucha porque su padre murió de esta enfermedad (Insuficiencia Renal Crónica) y la detienen sin ninguna prueba, mi hija no es delincuente, ninguno de los que están ahí, son personas honestas y lo que pedimos es justicia”, declaró doña María.
En la misma situación se encuentran los mineros de Mina El Limón, quienes tras arduas negociaciones todavía no consiguen la salida del Chipote de los seis detenidos. Familiares que también hablaron a Confidencial, manifestaron la misma preocupación y temen decir más cosas por temor a represalias contra los suyos.