16 de julio 2019
El boletín del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni), y el más reciente informe bimensual que prepara el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), destacan lo que parece ser un avance cualitativo en los mecanismos de represión: los asesinatos selectivos.
“En las últimas semanas hemos visto la cantidad de gente que está apareciendo muerta: muchos en el norte, y muchos al cruzar la frontera”, externó con preocupación la directora del Cenidh, Vilma Núñez.
Después de hacer una primera lectura del borrador del informe que pretenden publicar la próxima semana “queremos confirmar si estas muertes suceden dentro del contexto actual, o si es continuación de las ejecuciones sumarias contra miembros de la Resistencia”, que venían ocurriendo desde antes, adelantó.
“La CIDH lamentó que algunas personas que tuvieron que huir en el contexto de la represión, hayan perdido sus vidas en circunstancias aún no esclarecidas. Entre ellos Edgar Montenegro Centeno y Jalmar Zeledón Olivas asesinados el 27 de junio en El Paraíso, Honduras”, dice el Meseni, que forma parte del sistema interamericano.
El informe comienza haciendo mención a la “represión contra las celebraciones religiosas. Estos hechos ocurren en un contexto de intensificación de amenazas contra la Iglesia Católica y líderes religiosos. Inclusive, ante las amenazas de muerte, un sacerdote de Estelí habría decidido salir del país”, señala.
Si bien se menciona la liberación de 50 ciudadanos el 10 de junio, y de 56 más al día siguiente, el Mecanismo Especial de Seguimiento también especifica que el 12 de junio le recordó al Estado nicaragüense que otras 88 personas seguían en las cárceles. Ese número crece constantemente, y ya supera el centenar.
El cálculo al momento de redactar el boletín, es que 491 personas habían sido excarceladas, después de ser detenidas por hechos vinculados con la crisis, sin que ello implique que están verdaderamente libres.
Falsamente libres
“La CIDH advierte que las personas excarceladas continúan en su mayoría sin información sobre su liberación… siguen siendo citados a audiencias, y sus procesos continúan. En muchos casos, la Policía Nacional no habría devuelto bienes y objetos personales como identificaciones, teléfonos celulares y equipos electrónicos. Además, son víctimas de asedio, vigilancia, hostigamiento y amenazas”, resume el documento.
Además de contabilizar que “70 000 nicaragüenses huyeron a países vecinos”, el Meseni da cuenta de las represalias de las autoridades universitarias en contra del estudiantado que se sumó a la Rebelión de Abril, cuyo historial académico habría sido borrado, después de expulsarlos de sus respectivas almas mater.
La CIDH “reiteró su llamado a los Estados de la región a implementar una estrategia basada en la responsabilidad compartida y en el abordaje desde un enfoque de derechos humanos ante la migración forzada de las personas nicaragüenses”, dice el informe.
Al referirse a la “impunidad de las graves violaciones a derechos humanos”, recuerdan que “la Comisión ha expresado su preocupación por la aprobación expedita –y en completa ausencia de procesos amplios de consulta- de leyes incompatibles con el derecho a la verdad, el acceso a la justicia y a una reparación integral para las víctimas de la represión iniciada el 18 de abril de 2018.
Se refieren a la Ley de Atención Integral a las Víctimas en Nicaragua, porque “no cumple las normas y estándares internacionales en materia de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición”.
La CIDH señala que “el contenido ambiguo y amplio” de la Ley de Amnistía, “podría dejar en la impunidad las graves violaciones a los derechos humanos que han sido ampliamente documentadas, evitar el establecimiento de la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, así como restringir los derechos y garantías de la sociedad nicaragüense, contenidos en la Convención Americana”.
¿Para qué sirve un informe como este?
La presidenta del Cenidh, Vilma Núñez, dijo, después de leer el boletín del Meseni, que este “es más que todo cuantitativo, narrativo, pero definitivamente resulta de utilidad para los que hacemos análisis”, adelantó.
En su experiencia, este tipo de documentos sirve “para mantener alerta a la opinión pública, fundamentalmente a la que sigue de cerca nuestra situación. También es muy útil para nosotros, [el Cenidh] porque nos permite comparar con nuestros propios informes, para determinar qué es lo que nos hizo falta”, aclaró.
Además de hacer esa comparación, “hay que buscar cómo incidir con él: enviárselo a las instancias que dan seguimiento a nuestra situación, como las embajadas de los países que apoyan la causa del pueblo nicaragüense, los organismos internacionales”, etc.