20 de mayo 2024
Desde que estalló la crisis sociopolítica y la represión masiva en Nicaragua en 2018, más de medio millón de migrantes nicaragüenses han ingresado a Estados Unidos, la gran mayoría por vía terrestre en la frontera de Estados Unidos con México, y aproximadamente unos 60 000 ingresaron por vía aérea a través del parole humanitario que les permite estar dos años en el país.
La mayoría de los migrantes enfrentan hoy una situación de incertidumbre, porque no han solicitado asilo político y tienen un estatus legal irregular, en medio de un debate electoral altamente polarizado en el que Donald Trump y el presidente Joe Biden compiten por imponer nuevas medidas restrictivas a la migración.
En una entrevista en Esta Semana, la abogada Astrid Montealegre, experta en asuntos migratorios y asesora de Nicaraguan American Human Rights Alliance conocida como (NAHRA), y el investigador Manuel Orozco, experto en migración y remesas en el Diálogo Interamericano, alertaron sobre la gravedad de esta situación y recomiendan a todas las personas con un estatus legal irregular estudiar sus casos de persecución política o persecución religiosa, y presentar lo antes posible sus solicitudes de asilo, un proceso que es lento y sumamente complejo.
“Entre la espada y la pared”
Manuel, en el artículo que publicaste esta semana en CONFIDENCIAL, decís que los migrantes nicaragüenses en Estados Unidos estarán “entre la espada y la pared”, en los tres próximos años. ¿Por qué?
Manuel Orozco: Estamos lidiando con una situación complicada, los nicaragüenses que han llegado a Estados Unidos son personas que están en un estatus irregular y muchos de ellos necesitan entrar en un ajuste para solicitar asilo político. Sin embargo, las condiciones en que se encuentran en este momento son tales que el proceso de asilo tal vez se logre realizar a dos años. Y en dos años la situación política en Nicaragua va a estar mucho más complicada, si la sucesión dinástica da lugar a una segunda farsa electoral, en que la dinastía se consolide en un proceso en que la represión va a aumentar, y el posible retorno de muchas personas que no lograron entrar en el proceso de asilo, no podrán volver, o habrá una deportación de personas. Estamos hablando de miles de personas. Prácticamente el 97% de los que han llegado a Estados Unidos desde el 2018 está en estatus irregular.
Los que han llegado en esta nueva ola migratoria después de 2018, que tuvo también un repunte después de 2021, se estima en más o menos 465 000 nicaragüenses. La mayoría de ellos llegó por la frontera y unos 60 000 de este grupo han llegado bajo el parole humanitario. ¿Cuál es el estatus legal de esos distintos grupos?
Manuel Orozco: Los que llegan a la frontera reciben una notificación de presentar la posibilidad de una solicitud de asilo. Los que llegan bajo el parole humanitario tienen la opción de solicitar asilo en un periodo determinado de tiempo. Pero en términos prácticos, todas estas personas, legalmente se encuentran en un estatus irregular, es decir, no tienen un estatus legal.
Muchos de ellos pueden tener permiso de trabajo, pero están en un limbo. Sesenta por ciento de los que han llegado no han hecho la solicitud de asilo y realmente se encuentran un mayor riesgo de posible deportación o el riesgo de que van a quedar indocumentados después de un proceso electoral en donde la situación migratoria es un tema central con un enfoque bastante restrictivo.
Astrid, vos sos abogada experta en temas migratorios y has visto muchísimos casos desde 2018 como parte de tu labor de voluntaria y abogada en la Alianza Nahra, que brinda servicio a los nicaragüenses. ¿El asilo es la única opción o hay otras vías que buscan los nicaragüenses para regularizar su estatus?
Astrid Montealegre: Generalmente, el asilo político es la vía que la mayoría de los nicaragüenses conocen. Pero es importante destacar que aún dentro del asilo hay diferentes motivos por la cual uno lo puede pedir. Eso incluye la persecución religiosa. Entonces, muchas personas que quizás no califican para asilo por persecución política quizás podrían calificar dentro del contexto de Nicaragua por persecución religiosa, porque hemos visto un cambio en ese contexto.
También existe la posibilidad de las visas de empleo, el patrocinio por medio de las visas familiares y también ajustes al estatus de refugiado. Y para nuestros compatriotas que están en Costa Rica y que aún no han llegado a Estados Unidos, también el Departamento de Estado ha aprobado una ley para proteger a las personas que llegaron a Costa Rica de Nicaragua, huyendo persecución de cualquier tipo antes de septiembre 2023 ¿Por qué escogen una fecha que es anterior? Para evitar el efecto “llamado”. No quieren que la gente salga a Costa Rica para calificar como refugiados, pero toman en cuenta a las personas que ya estaban allí a partir de septiembre de 2023 y en los próximos nueve meses se estará abriendo una oficina para procesar estos casos de refugio desde Costa Rica.
Solicitantes de asilo obtienen una resolución 50-50
Se conoce cuántos son los solicitantes de asilo que existen en este momento. ¿Y cuál es la tendencia en el proceso?, Es decir, ¿cuál ha sido la práctica hasta hoy en cuanto a los porcentajes de aprobación, de rechazo o de posposición de estos casos, que entiendo que pueden durar bastante tiempo?
Astrid Montealegre: Las estadísticas cambian y dependen del tipo de caso de asilo. La mayoría de los nicaragüenses entraron sin ningún programa de parole humanitario. Esas son las personas que se enfrentan a un proceso de asilo defensivo. ¿Qué significa eso? Lo más probable es que ya excedieron el año de haber estado en el país y cuando inician su proceso de asilo va a ser en un escenario judicial, donde un juez determina la resolución, y esos casos duran tres años o más.
También está el proceso afirmativo (del parole humanitario), y en los casos afirmativos uno no va ante un juez, sino que decide su caso un oficial de inmigración. Y esos casos se pueden resolver en tan poco tiempo como un par de meses, un año, y algunos se extienden más de un año, pero generalmente en las áreas que no están muy saturadas, como Florida, los procesos de asilo afirmativo son más expeditos.
En términos globales, tomando en cuenta los casos afirmativos y defensivos de los nicaragüenses que han aplicado, generalmente es una aprobación de 50-50. Es igual que el average nacional. No tenemos probabilidades más altas que otros países en ganar y ese porcentaje nacional va a variar significativamente dependiendo del Estado en el cual se encuentra la persona, porque en los Estados Unidos tenemos un sistema federal, entonces los porcentajes de los jueces en California y Nueva York son muy diferentes a los porcentajes de los jueces en las áreas de Texas y Arizona.
Manuel, en tu artículo hablas de que existe un número relativamente reducido de jueces dedicados a esta actividad o también de oficiales. ¿Cuánto conocen del entorno de la realidad nicaragüense? Yo he hablado con personas que han presentado casos y se sorprenden de que los jueces tienen muy poco conocimiento de la represión en Nicaragua y no tienen mucha comprensión de este tipo de situaciones.
Manuel Orozco: Del total de nicaragüenses, casi medio millón de personas, alrededor de 85 000 han entrado en el proceso de solicitud de asilo. De esos casos, se van resolviendo unos cuantos anualmente, se han aprobado alrededor de mil solicitudes de asilo de manera positiva, se ha adjudicado el asilo y otras mil han sido rechazadas. El proceso es tan lento que solo da espacio para muy pocos. Y parte del problema es precisamente porque hay muy pocos jueces, muy pocos funcionarios de migración que están encargados de hacer el proceso de revisión de asilo. Y aquí hay un debate de teoría legal muy importante, cuando se trata de determinar si el juez necesita tener una sensibilización o no sobre el tema, porque el juez revisa el caso conforme a la correspondencia entre la petición de asilo, el caso montado y lo que la ley te dice, bajo qué condiciones una persona se le considera que está siendo perseguida por razones políticas, religiosas e incluso por otro tipo de formas de persecución. Entonces, realmente los jueces no tienen mucha formación en estos temas, y puede ser una ventaja o una desventaja. A veces es una desventaja en el sentido de que la ignorancia es atrevida. Yo he sido experto en testimonios en donde estás hablando con el juez sobre la situación de El Salvador y de repente te habla de Haití, o estás hablando de Nicaragua y te pregunta, --pero si ahí no hay Ortega. Pero, por otro lado, hay una necesidad de enfocarse estrictamente en el caso, de acuerdo con lo que la ley te dice, y son 700 jueces. Hasta donde hemos visto, hay menos abogados que jueces en todo el país para llevar estos casos de asilo político. Entonces, es complicado. Son más de un millón de solicitudes de asilo que se encuentran pendientes en este momento.
¿Cuál ha sido tu experiencia como abogada, como asesora o litigante en este tipo de casos? Pareciera que la dimensión de los solicitantes es muchísimo mayor que los recursos y las capacidades que tiene el sistema para resolverlo, porque no solo estamos hablando de los nicaragüenses, sino también de solicitantes de otros países.
Astrid Monmtealegre: Así es. Precisamente. por eso fue que se estableció NAHRA, porque no habemos suficientes abogados para poder atender todos los casos. Entonces, por medio de una red de voluntarios apoyamos con la preparación de los formularios, con preparar las pruebas. Inclusive NAHRA prepara anualmente un reporte de país en el cual reunimos los reportes del Departamento de Estado, de las Naciones Unidas, de la OEA y también incluimos secciones para cada tipo de persecución relevante a los nicaragüenses. Por ejemplo, la situación de los médicos, de los periodistas, de los trabajadores de derechos humanos y este reporte permiten presentarlo a los jueces en los casos de asilo, inclusive a los oficiales de inmigración en los procesos administrativos. El reporte de país se puede presentar hasta el mismo día del juicio y lo pueden obtener de manera gratuita solicitándolo a NAHRA.
El rechazo a la petición de asilo
¿Qué pasa si una petición de asilo es rechazada? ¿Tiene el solicitante otra opción? ¿Hay algún espacio intermedio? ¿Hay un peligro efectivo de deportación al país, o esa persona puede estar en Estados Unidos y seguir trabajando?
Astrid Montealgre: La situación más peligrosa es para la persona que ya está en un proceso judicial o en una detención. Y si esa persona recibe una respuesta negativa a su juicio de asilo tiene derecho a apelar. Tiene un tiempo limitado, son máximo 30 días para presentar su recurso de apelación. Pero luego el proceso de apelación puede durar más allá de cinco años. Y si la persona está en detención, es muy posible que tenga que esperar su tiempo en detención durante el proceso de apelación. Cuando una persona está en un proceso afirmativo, entonces hay aún más oportunidad para poder apelar la decisión porque el oficial de inmigración recomienda el caso a revisión judicial. No tiene la jurisdicción para negar el caso, únicamente lo pueden aprobar. Entonces, si no lo aprueban a nivel administrativo, entonces es remitido para revisión judicial, lo cual significa una audiencia y un juicio. Y luego, si el juez niega el asilo, igual va a tener el recurso de apelación.
¿Qué pasa con las personas que viajaron a Estados Unidos acogidos al programa de parole humanitario, con un patrocinador? Están ahí por dos años. Algunos aplicarán al asilo. Hay quienes pueden decidir, por ejemplo, regresar a Nicaragua, depende de la condición particular y su situación política en el país. ¿Pueden regresar a Nicaragua o no?
Manuel Orozco: Legalmente, pueden regresar a Nicaragua. Es decir, mientras estás bajo el parole y no has entrado en el proceso de solicitud de asilo, puedes regresar a Nicaragua. Obviamente hay un riesgo bastante perceptible que puede haber persecución por el hecho de que vos te fuistes bajo este sistema. Algunas personas que han salido bajo el parole les dicen en Migración al salir: si usted sale ya no vuelve por este lugar. Pero en general, la mayoría de las personas que han llegado bajo el parole, a un año de estar en efecto, no han realizado su solicitud de asilo. Ahora, este no es el único procedimiento. Es decir, el parole te permite que vos podés tal vez usar un ajuste de estatus a través de un familiar que tengas para legalizarse. Pero el principal recurso es el asilo. Por lo tanto, si la persona lleva un año y le queda un año para solicitar el asilo y pues la situación se complica y tienen que volver, es donde se encuentran realmente entre la espada y la pared.
La migración en el debate electoral
¿Cuál es la situación actual del debate político en Estados Unidos, en el Congreso y entre los candidatos presidenciales en relación al tema migratorio?
Manuel Orozco: Por primera vez en la historia electoral de este país, los dos temas prioritarios en la agenda electoral son migración, política exterior y después el tema económico de la inflación, fundamentalmente el alto costo de la vida. Pero el tema tangible que tiene a la población polarizada es qué hacer con tanta gente que ha llegado al país en los últimos cuatro años, desde el 2020, hasta ahora son casi 10 millones de personas que llegaron a la frontera con Estados Unidos. De esos, por lo menos un tercio ha entrado, y eso pues es un 1% de la población de este país. Entonces, hay una presión bastante visible en la población, especialmente en algunas ciudades donde se siente más, como New York, por ejemplo, en Washington, en Texas, en Houston. Entonces, eso ha convertido el problema migratorio como un debate electoral. Y los candidatos, Trump y Biden, están adoptando posiciones bastante restrictivas. Trump tiene una posición bastante polarizante, extrema, no solamente de cierre de fronteras sino de hacer deportaciones masivas de personas y de reducir el proceso de solicitud de asilo, reducir la entrada migratoria formal. Mientras Biden está tratando de introducir también modificaciones al proceso de asilo en este momento. Modificaciones al proceso de entrada a Estados Unidos de manera irregular y al mismo tiempo está advirtiendo que ellos van a cerrar la frontera si se llega a cierto número. Actualmente, el número de personas que está llegando a la frontera gira alrededor de 6000 personas diarias. Entonces, es una situación bastante complicada y pues uno está en medio de todo este debate. Uno como inmigrante.
Astrid Montealegre: Antes de contestar esa pregunta, quiero ilustrar que para los solicitantes de asilo tienen un año máximo desde su fecha de entrada para pedir asilo. Al no hacerlo dentro del año tienen que explicar el por qué esperaron más allá de ese primer año para presentar su solicitud de asilo. En cuanto a las elecciones presidenciales, desde las elecciones anteriores, la comunidad nicaragüense está pidiendo y promoviendo la redesignación del Estatus de Protección Temporal o el TPS, en vista de lo que dice Manuel de que la migración está tomando primera plana después de mucho tiempo, no preveo de que tengamos una redesignación pronto. ¿Por qué? Porque es muy controversial, no tiene el apoyo popular electoral que requiere. Biden en particular, aunque es los dos candidatos, quien está más abierto a una apertura migratoria o a una política migratoria más inclusiva, aún sus propuestas son bastantes limitantes. Entonces no es recomendable que la comunidad espere una resolución política de sus problemas migratorios. Deberían de ir y ver sus opciones tal y como está la situación política actual.
Los migrantes ante una posible victoria de Trump
¿Qué impacto tendría la victoria de Trump por un lado, o la reelección de Biden en este tema particular migratorio para este más de medio millón de nicaragüenses?
Manuel Orozco: Es un poco difícil predecir, pero en el caso de que ganara Biden. El tema migratorio tiene dos aristas: uno, el tema de integración y el otro es el tema de salida. En términos de salida, yo creo que esta Administración va a reconocer, especialmente a fines de año y si ganan, que el problema migratorio es un problema de política exterior, no de llegada a la frontera. En otras palabras, la gente está saliendo por razones fundamentalmente políticas, de fragilidad, de Estados, de colapso de Estados, como es el caso de Haití, de Estados autoritarios como en Venezuela y totalitarios como en Nicaragua. Entonces, ese cambio realmente va a modificar la tendencia hacia la migración de manera que eso pueda tender hacia su reducción a la par de políticas restrictivas per sé.
En en el tema de integración puede que se aumente el número de jueces, pero también se va a aumentar el escrutinio sobre las solicitudes de asilo. Y en particular, yo creo que va a haber una revisión sobre el estatus del parole humanitario, lo más probable, creo que se puede suspender este año por razones electorales. Y eso es importante porque, en el lenguaje popular, los paroleados hay muchos que no han solicitado asilo, básicamente 90% y no lo están haciendo porque creen que se va a extender de nuevo y la lectura política no indica que eso va en esa dirección. Entonces, es un ambiente bastante complicado en ambos casos.
Y en el caso de una victoria de Trump, ¿qué impacto tendría?
Manuel Orozco: Las restricciones sobre los procesos de solicitud de asilo se van a aumentar, se va a reducir el financiamiento a los procesos administrativos relacionados con el proceso de adjudicación de asilo, se va a restringir la decisión de si te dejan entrar en las fronteras si planteas tu solicitud de asilo, y se van a acelerar los procesos de deportación. Y el tema de deportación realmente es un tema preocupante porque los números han venido cayendo, son menos de 300 000 personas deportadas anualmente en los últimos tres años, pero yo creo que eso cambiaría. Y eso realmente es un tema populista que le daría mucho apoyo al gobierno de Trump. Entonces, estamos lidiando con una situación en donde el riesgo de muchos nicaragüenses de ser deportados por estar en estado irregular es altísimo.
¿Cuáles serían las principales recomendaciones que le podrías hacer a las familias nicaragüenses, aquellos que ya iniciaron procesos y otros que todavía no lo han iniciado?
Astrid Montealegre: Primero, que consideren con base a su situación, su educación, cuáles son sus mejores opciones, principalmente las personas que tienen educación o experiencia en el área de ciencia, tecnología, ingeniería o matemática. Hay un programa que se conoce por sus siglas en inglés STEM, que permite que esas personas emigren a los Estados Unidos o permanezcan en los Estados Unidos de manera expedita y sin tener que demostrar mucho. Lo segundo, sería considerar si califican para asilo, no solo asilo político, sino asilo persecución de otro tipo como religioso o por género, que son algunas razones por la cual también uno puede pedir asilo. Y el tercero, sería que si tienen más de un año o ya se están acercando a ese año, que consulten con un profesional o con una organización especializada en llevar asilos para que presenten su solicitud lo más pronto posible.
Manuel Orozco: Coincido con Astrid. Que revisen muy bien cuáles son las circunstancias por las cuales ellos salieron y monten el caso. Muchos de los que salieron, salieron con papeles y con documentación para hacer el proceso de asilo. Otros no. Yo creo que es importante que todos consulten con un abogado cuáles son sus oportunidades, qué es lo que necesitan para formular un caso de solicitud de asilo e ir montándolo, porque a estas alturas no se trata solamente de sopesar el riesgo del retorno, más bien se trata de aprovechar una oportunidad que va a garantizar una mejora de la calidad de vida de estas personas. Entonces, sí es vital que uno revise bien las circunstancias que lo llevaron a salir de Nicaragua, de que naturaleza política, el tipo de persecución por el que han salido, y cómo pueden sustentar y documentar el caso.
¿Cómo pueden consultar a la Alianza NAHRA, tienen presencia en distintos estados de los Estados Unidos?
Astrid Montealegre: En nuestra página web https://www.nahraglobal.org/, también por medio de correo electrónico pueden solicitar cualquier tipo de apoyo, inclusive ayuda con su petición de asilo, enviando a nahracases@gmail.com.