25 de marzo 2020
“Me voy a cansar y no voy regresar. Me vale que me corran, primero está mi vida”, dice con seguridad Graciela, una doctora que trabaja en el Ministerio de Salud desde hace más de diez años. Su afirmación se deriva de la “irresponsabilidad” de sus superiores que están tratando la pandemia del covid-19 de forma “negligente”.
Graciela, al igual que sus compañeros Humberto y Sofía, que trabajan en distintos hospitales y centros de salud, solicitó mantener en reserva su identidad. Tiene miedo. Considera que las directrices que está bajando el Gobierno hacia las unidades de salud del país exponen a médicos, enfermeras y enfermeros, pacientes, y toda persona que transita por los pasillos de los hospitales.
Desde antes que el covid-19 “entrara” a Nicaragua, la primera orden que recibieron los médicos fue no compartir con los pacientes ningún tipo de información sobre la pandemia, de esta forma se evitaba la “histeria colectiva”. Mientras el virus no estuviera en el país, no había necesidad de tocar el tema, recuerda que le dijo uno de los doctores que dirige el hospital en el que trabaja.
“Eso me terminó de abrir los ojos. Yo consideré que era el momento para lanzar una campaña nacional, pero no hicieron nada”, dijo Graciela, quien luego entró en una etapa de frustración, pues el 18 de marzo, fecha en que el Gobierno anunció el primer caso positivo, la orden que vino desde El Carmen fue contraria a la que todos los países del mundo estaban implementando.
Les dijeron que no podían usar mascarillas y que el uso de guantes solo iba a estar permitido para labores “muy necesarias”. Las órdenes que el régimen impuso en los hospitales no fue bien recibida por el personal de salud.
Graciela recuerda que, al día siguiente de anunciarse estas medidas, varios de sus compañeros solicitaron tapabocas para realizar sus actividades rutinarias en sus áreas de trabajo, y la respuesta de la dirección fue fiscalizar específicamente el uso de las mascarillas, vigilar si realmente era necesario usarlas, y otorgar un número reducido de las mismas.
“Dijeron que todo estaba bien, que había pocos casos, y que si usábamos tapabocas íbamos a alarmar a la gente”, expresó Graciela, quien agregó que, luego de ese día y de ver que varios pacientes llegaron con síntomas de covid-19 al hospital, la inconformidad y el miedo fue en aumento. Ya no solo se trataba de no hablar a la ciudadanía del tema, sino de una exposición innecesaria frente a casos sospechosos.
“El miedo” comenzó a recorrer los pasillos del hospital. El personal médico no entendía por qué se estaba tomando esta decisión, si en otros países, como China, los médicos usaban mucha protección.
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“Nosotros hemos visto a pacientes que entran con síntomas y pasan por todas las salas, tosiendo, y frente a pacientes que están sanos. Los exponen y no les importa”, repite Graciela, quien consideró que esta es una exposición innecesaria, pues algunas de estas personas luego son enviadas a sus casas o simplemente les indican que no es covid-19, sino una fiebre común.
El covid-19 “no tiene color político”
A nivel nacional las autoridades nicaragüenses han declarado que no ordenarán una cuarentena, ni cerrarán las fronteras del país. Las fotos de niños recibiendo a turistas que descendían de un crucero, o de miles de trabajadores estatales y simpatizantes del partido de Gobierno participando de una caminata multitudinaria, han sorprendido a las autoridades extranjeras que están a cargo del manejo de la crisis en sus propios países.
“Son irresponsables”, cuenta Humberto, un doctor que ronda los 35 años y quien es el único sostén de su familia. Al igual que a Gabriela, sus jefes le ordenaron que estaba prohibido usar cualquier tipo de mascarillas, guantes o protección que provocara “pánico” a los pacientes.
En este hospital la mayor parte de los que se oponen a las medidas “irresponsables” son sandinistas. “Yo lo soy”, repite Humberto, sin embargo -explica- tener una ideología política de un bando o del otro, no niega que se esté atentando contra la salud de pacientes, doctores y de sus familias.
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“El coronavirus no tiene color político”, insiste. “Pero estamos con las manos atadas”, agrega este doctor, quien describe la tensión de si ambiente laboral por el temor de infectarse con el virus. Por su cabeza ha pasado la idea de renunciar, no obstante, piensa en el futuro de su familia, de la economía en general, y la idea se esfuma.
Este martes Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, dijo en su alocución diaria que es importante “no caer en pánico”, “mantener la calma, prudencia, la paciencia y la confianza en Dios, cuidándonos, queriéndonos, protegiéndonos todos”.
Sobre la forma en que el Gobierno está llevando el tratamiento de la información de casos y pruebas realizadas, Humberto señala que hay mucha información que se está ocultando y no entiende cuál es el motivo.
Por ejemplo, señaló que en el hospital en que trabaja varios ciudadanos han llegado como casos sospechosos, pero luego son enviados a sus casas sin información al respecto. A veces le ha tocado tratar con este tipo de pacientes, pues luego de hacer la prueba, son remitidos a otras áreas donde él atiende. Sin protección y con la prohibición de no “crear pánico”, no le queda más remedio que ser cuidadoso.
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“Todos estamos molestos, están jugando con nuestra salud, la de nuestros familiares”, repite, y teme que de seguir esta misma situación, sin medidas de protección en los hospitales, es muy probable que el número de casos aumente y “tengamos que enterrar a los nuestros”.
10 camas por cada 10 000 nicas
La situación en los centros de salud de los municipios es similar a la de los hospitales en la capital, respecto a las prohibiciones, pues en materia de capacidad y equipos, la poca disponibilidad de camas y personal, es más precaria. “Imagínese que ni una sábana tenemos para tender en las camillas”, relató Sofía, otra doctora, a este medio de comunicación.
Segín el Mapa Nacional de la Salud en Nicaragua, elaborado por el Ministerio de Salud la red de unidades de salud pública a nivel nacional cuenta con 73 hospitales, 143 centros de salud, 1,333 puestos de salud, 5 centros especializados, 178 casas maternas con 2,365 camas y 91 casas para personas con necesidades especiales.
La cifras oficiales revelan que en Nicaragua, por cada 10 000 habitantes hay 12 camas hospitalarias, 10 médicos, 8 enfermeras y 9 auxiliares de enfermería.
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“La pandemia va a desnudar el sistema de salud”, indica Sofía, quien refiere que frente al covid-19, el Gobierno está siendo “negligente” e “irresponsable”. La doctora consideró que el presidente Ortega tuvo en sus manos la oportunidad de prepararse con rigurosidad, pero en lugar de eso optó por desproteger a Nicaragua.
En centros de salud como en el que ella trabaja, los directores de estas unidades han optado por esconder tapabocas, guantes y reprender al personal que lleve una mascarilla al trabajo.
“Tienen las cajas en la bodega. Y se molestan si uno se lava las manos frecuentemente, si andamos alcohol en gel o si tratamos de mantener distancia de los pacientes”, indicó la doctora.
Lo que debería hacer el Gobierno
Aunque el Minsa informó este lunes la decisión de “orientar” cuarentena en Nicaragua a las personas que llegan de países con “transmisión activa” de covid-19, los tres doctores entrevistados por CONFIDENCIAL, coinciden en que esta medida es insuficiente si se compara con las emprendidas con nuestros países vecinos.
El Gobierno necesita dejar de orientar caminatas, visitas casa a casa, e impulsar una campaña de concientización, pero sin exponer a la ciudadanía, dice Humberto. Asimismo, consideró importante que mientras no se tenga una solución ante la pandemia, deberían de suspender las clases, impulsar el teletrabajo y proteger al cuerpo médico, pues al final son estos quienes estarán al servicio de la población.
Sofía considera que es necesario que, además del plan de prevención, el Gobierno dedique recursos a abastecer los centros médicos de los municipios, pues cuando el número de pacientes desborde los hospitales, se tendrán que adoptar otras medidas que permitan tener cama, sábanas y equipo para tratar a todos los enfermos.
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“Que dejen de esconder los tapabocas, que dejen de decirnos que no podemos hablar de la pandemia. Es necesario que tomen conciencia y empiecen a dirigir el país como debe ser”, refirió la doctora.
Graciela aconsejó al Gobierno revertir su estrategia y aplicar las recomendaciones que organismos internacionales y demás países están adoptando.
“Si continúan de negligentes, los médicos que valoramos nuestras vidas, o vamos a renunciar, o vamos a adquirir el virus, y eso en plena pandemia, sería grave”, finalizó Graciela.
Unidad Médica demanda al Minsa protección
Un pronunciamiento de la Unidad Médica Nicaragüense demandó al Ministerio de Salud garantizar “el derecho a la protección y normas de bioseguridad para los trabajadores de la salud”.
Los profesionales sanitarios, al ser el primer eslabón en la atención, tienen un riesgo directo de contagio del coronavirus y es imprescindible garantizar que cuenten y dispongan de las medidas y medios de seguridad adecuados, explica el informe, que incluye recomendaciones para el Gobierno y la sociedad civil.
- Descargue y lea aquí el pronunciamiento de la Unidad Médica
El médico debe protegerse él mismo y exigir el material mínimo de autoprotección necesario, Equipos de Protección Personal (EPP) que incluye, entre otros, mascarillas, guantes, ropas adecuadas, protección ocular y facial.
“No es aceptable que en algunos centros públicos de prestación de servicios de salud se esté coaccionando al personal médico a no usar las medidas de protección, en particular las mascarillas bajo el argumento que eso alarmaría a la población”, dice el pronunciamiento.
Adicionalmente, la Unidad Médica insta al ministerio de salud a garantizar el cumplimiento estricto de “las normas de bioseguridad ante el covid-19 para proteger la salud del personal sanitario que clasifica, atiende y toma muestras de laboratorio”.
En los países fuertemente afectados por la pandemia, un alto porcentaje del pesonal de salud ha resultado contagiado por la pandemia. La Unidad Médica demanda, entre las medidas preventivas, crear instalaciones separadas dedicadas al manejo de los pacientes Covid-19, y una rigurosa evaluación del personal sanitario en función de los factores de riesgo de edad, y enfermedades crónicas
“Este personal de salud no debe exponerse al manejo de pacientes Covid-19. Este personal podría participar de los programas de consejería y atención médica virtual, así como en labores administrativas. Todas estas medidas son necesarias implementarlas tanto en el sector público como privado”, indica la Unidad Médica.
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