13 de agosto 2020
La curva epidemiológica de la covid-19 parece “apaciguarse”, de acuerdo con las cifras oficiales del Ministerio de Salud (Minsa) que admiten solamente cinco fallecidos en la última semana. Sin embargo, médicos afirman que esos datos no representan la realidad de la pandemia porque hay un subregistro en zonas rurales e indígenas y advierten de un rebrote de covid-19 en Nicaragua para finales de agosto o inicios de septiembre.
La doctora Josefina Bonilla, especialista en Salud Pública, explica que, ante el hermetismo del Minsa, han tenido que recurrir a diversas fuentes, incluyendo el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, para aproximarse a la cifra de contagios y fallecidos.
La cifra de fallecidos oficiales del Gobierno asciende a 128, contrario al reporte del independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, que hasta el pasado cinco de agosto, reportaba 2591 muertes asociadas al coronavirus.
La salubrista detalló que han tenido información de “entierros de forma regular en Madriz, Matagalpa y el Caribe Sur” aunque admitió no saber cuánto del total de fallecidos en esas regiones no son reportados.
“En muchos países se presenta una meseta o aparente disminución de los casos de covid-19, pero en realidad en Nicaragua se presenta una dificultad de recolectar los datos en los lugares donde más se está produciendo el fenómeno en este momento que son las comunidades rurales e indígenas”, afirmó el epidemiólogo Rafael Amador, durante una entrevista en el programa Esta Noche.
Ambos médicos estiman que el total de enfermos y fallecidos, ya sean los confirmados por el Minsa o los registrados por el Observatorio Ciudadano, pueden quedar lejos de la realidad pues hay muchos datos “de comunidades rurales e indígenas” que no se conocen.
Más de 53 000 casos en Nicaragua
Un ‘análisis de la sobremortalidad’ del doctor Carlos Hernández, salubrista integrante del Comité Científico Multidisciplinario, muestra que, entre el 11 de marzo y el 30 de junio de 2020, en Nicaragua murieron 4429 personas más que el promedio de los últimos tres años, por neumonía, infarto, diabetes, e hipertensión.
“Toda esa sobremortalidad habría que tomarla como muerte sospechosa, atribuible a covid-19”, comparte igualmente Amador y especificó que estudios médicos indican que por cada caso positivo de covid-19 hay al menos 12 contagios más.
En ese sentido, agregó que tomando en cuenta “esa cifra (4429 fallecidos) por doce casos más por cada uno, tenemos que en Nicaragua se produjeron alrededor de 53 148 casos sintomáticos, que apenas es el 20% del total de los contagiados. Entonces si (tomamos en cuenta los asintomáticos) podríamos hablar de 328 900 personas que han sido contagiadas”, explicó.
Esa cifra es apenas un cinco por ciento del total de la población “por lo que estamos lejos de la inmunidad de rebaño” a la que apostó en algún momento el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El inminente rebrote de covid-19
Amador insistió que “un rebrote importante” de más casos de covid-19 se dará en el corto plazo “tomando en cuenta el comportamiento social que se ha dado hacia la irresponsabilidad o al relajamiento” del distanciamiento para evitar mayores contagios.
A criterio de la doctora Bonilla, parte de la disminución de casos se debió a que la población tomó medidas de autocuido, pero la “reactivación” de algunas actividades masivas puede provocar ese nuevo repunte de casos.
La salubrista valoró que el personal de Salud ya tiene “un aprendizaje” sobre la pandemia de covid-19, la unión de organizaciones y sociedad civil, además de algunas acciones del Gobierno, aunque fueron “lentas con respecto a la necesidad real”.
Por su parte, Amador indicó que hay una mayor preparación para hacerle frente al rebrote por lo que podría ser menos letal. Sin embargo, también dependerá de “la capacidad del sistema de Salud” de reabastecer “los insumos necesarios” luego del desgate sufrido durante los meses de mayor incidencia de casos.
La posible vacuna no es la solución
El Gobierno de Nicaragua ofreció esta semana la vacuna contra la covid-19 que recientemente Rusia anuncio tener lista, para distribuirla entre sus vecinos de Mesoamérica, a través del Instituto Latinoamericano de Biotecnología Méchnikov, con sede en Managua.
Al respecto, el doctor Amador estimó que en el país “no hay capacidad para hacer la vacuna” y en última instancia “lo que manden, aquí se procese y se envase”.
“El punto es que la vacuna no está lista, no se ha aprobado en su fase tres para decir que es efectiva, falta un tiempo necesario que no se puede recortar para dar un reporte serio y necesario”, manifestó.
Para el epidemiólogo es peligroso “confiar mágicamente” en la vacuna y seguir comportándose igual, sin distanciamiento “se nos vendrá el rebrote mayor encima”.