11 de mayo 2019
Ocho de cada diez nicaragüenses exiliados en Costa Rica volverían al país, según un estudio de la Fundación Arias, que destaca que la persecución y el hostigamiento, las amenazas de muerte y el miedo, son las principales razones por las cuales huyeron los nicaragüenses.
La investigación —realizada por la socióloga nicaragüense Elvira Cuadra, y el mayor retirado del Ejército Nacional, Roberto Samcam— señala que a diferencia con otras corrientes migratorias de nicas en Costa Rica, el grupo de exiliados no tiene intenciones de permanecer en este país, de hecho, el 88% afirmó que piensan regresar al país después de la salida del dictador Daniel Ortega y solamente el 12% valoró la idea de permanecer donde se encuentra.
- El éxodo a Costa Rica: los nicas que huyen de la represión
- Costa Rica pide apoyo a Banco Mundial para atender migrantes
- Más de 40 000 nicas buscan refugio en Costa Rica
A su regreso a Nicaragua los exiliados tienen la expectativa de encontrar un país con una serie de condiciones políticas relacionadas con las razones que los obligaron al exilio, entre ellas, vivir en democracia (29.9%), vivir con justicia y libertad (28%), continuar con su vida, estudios y trabajo (19%), vivir libre de paramilitares y represión (14.1%), según el documento.
La publicación, titulada “De la Represión al Exilio: nicaragüenses en Costa Rica”, revela que el 38.3% de nacionales salió producto de la persecución y el hostigamiento, un 25.7% huyó por amenazas de muerte, el 18.9% expresó que por miedo y solo el 13.2% adujo razones económicas para su desplazamiento.
Nueva oleada migratoria
Durante las últimas décadas se han producido varias olas de migración de nicaragüenses, por razones políticas y económicas. En la década de los 70, en el contexto de la dinastía de Somoza, y en los años 80, a causa del conflicto interno entre sandinistas y contras. Costa Rica ha acogido las oleadas y casi siempre ha tenido una política de puertas abiertas para los migrantes.
En esta nueva oleada de migración forzada, los grupos más importantes llegaron en julio (33.8%), agosto (15.8%), poco tiempo después de la operación limpieza, que fue dirigida por la Policía Nacional y por los paramilitares al servicio de la dictadura de Ortega y Rosario Murillo.
En noviembre llegó otro 17.7%, luego de otro periodo crítico, que coincidió, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con la tercera etapa de represión, una que se caracterizó por ser represión selectiva. Más del 60% de ciudadanos se trasladaron a este país vía terrestre informal, es decir, a pie o en vehículos y a través de caminos rurales. El 81% por Peñas Blancas.
“Miles llegaron durante los últimos diez meses. No hay estimación precisa de la cantidad de personas que han buscado refugio. El presidente de Costa Rica en unas declaraciones estimaba la cifra en 80 mil personas. Otros funcionarios de migración han comentado que han recibido 50 mil solicitudes de refugio”, dice parte del estudio presentado esta semana en Costa Rica, que aclara que un elemento distintivo de los nacionales que han llegado desde abril es que todos han sufrido de manera directa la situación de represión y violencia gubernamental.
Perfil del exiliado
La investigación fue construida sobre la base de la aplicación de un cuestionario realizado a 382 personas, mayores de 16 años, que llegaron a Costa Rica, en fechas posteriores a abril de 2018. La investigación enfatiza que, considerando que no se conoce con precisión la población exiliada, se optó por seleccionar una muestra probabilística aplicada a través de entrevistas realizadas entre febrero y marzo de 2019. El margen de error es del 5% y el nivel de confianza es del 95%.
El estudio devela que el 65% de los exiliados son hombres y el 35%, mujeres. Los nacionales forzados a salir del país son mayoritariamente jóvenes y se ubican en el rango de edad de los 16 y 30 años (63%). “Es un grupo de población en su plena juventud. Este dato muestra que la gran mayoría se encuentra en plena edad productiva, la cual no está siendo aprovechado ni en Nicaragua ni en Costa Rica”.
Lee el Especial de CONFIDENCIAL sobre el éxodo de los nicaragüenses a Costa Rica:
- El éxodo a Costa Rica: los nicas que huyen de la represión
- El sueño truncado de Andrés
- Juan Gabriel Mairena: escapar de la muerte
- Supervivientes de una matanza
- Un bautizo de fuego
- La traición de su partido
Dentro de este grupo de exiliados, según el mismo estudio, el 53% cuenta con un nivel académico universitario, el 29% son estudiantes de secundaria, el 11% técnicos medios y superiores, y el 7% alcanzó la educación primaria. Esta nueva ola se diferencia de las otras corrientes migratorias, que han tenido como característica a personas de menor nivel académico.
“Este dato revela que hay una importante fuga de cerebro que tendrá efecto perjudicial para el desarrollo del país a corto y mediano plazo, pues no hay garantía de que estas personas regresen a Nicaragua. Para Costa Rica representa una nueva fuerza laboral de alto nivel, sin embargo, en este momento esa fuerza se encuentra desaprovechada”, refiere el estudio.
La mayoría de los exiliados en Costa Rica pertenecen a Masaya (17.2%), Managua (16.9%) y Carazo (16.7%). Aunque hay porcentajes importantes que indican de que llegaron nicaragüenses de todos los departamentos del país, incluidas las regiones autónomas del Caribe.
Estatus migratorio
A diferencia de otras corrientes migratorias de nicaragüenses, los exiliados que han llegado en el último año a Costa Rica se han establecido en sitios diferentes a los asentamientos urbanos donde tradicionalmente llegan los migrantes. El 83% está en San José, el restante 17% en provincias de Heredia (8%), Alajuela (5%) y Cartago (4%).
Permanecen en su mayoría en San José porque relacionan la ciudad con el hecho de que la mayoría de actividades vinculadas con el exilio se desarrollan en la capital del país. También porque las redes de amistades creadas desde el momento de su llegada, se encuentra en este mismo sitio y porque también están la mayor parte de organizaciones que brindan asistencia humanitaria.
Respecto al estatus migratorio el 65.4% afirmó que ya cuenta con el carnet de solicitante de refugio, el 24.56% expresó que está en trámite, y el 7.9% que todavía no lo está tramitando. El 44.4% ya cuenta con el permiso laboral necesario y el 55.6% todavía no lo tiene.
Desde su llegada los nicaragüenses han experimentado una serie de dificultades y vivencias en Costa Rica. Las más importantes están vinculadas con las condiciones relacionadas con su exilio y la forma en que se produjo su desplazamiento forzado. El 37.7% se queja de falta de empleo, el 20.1% de vivir con limitaciones, un 17.4 % ha sufrido xenofobia y el 12.1% dijo tener problemas de vivienda. También señalan situaciones positivas como el poder expresarse en democracia (5%) y la solidaridad costarricense (4.1%).