18 de julio 2019
El 17 de julio de 2018 grupos de paramilitares, coordinados y dirigidos por la Policía Nacional, ejecutaron una violenta operación limpieza en Masaya. El ataque armado, que duró más de seis horas, provocó la huida de cientos de pobladores que escaparon por veredas para resguardar su vida. A un año de esta violenta represión, el espíritu de la resistencia no ha menguado. Los masayas continúan resistiendo a pesar de sufrir asedio y persecución de parte de la dictadura, opinó Cristian Fajardo, miembro del Movimiento 19 de abril en Masaya.
“Quedó un pueblo fortalecido. A pesar de todo lo que sucedió, de las torturas, de los asesinatos, el pueblo sigue en pie de la lucha cívica y pacífica”, agregó María Adilia Peralta, también miembro del Movimiento y esposa de Fajardo, quien recordó que Masaya, específicamente el barrio indígena de Monimbó, se sumó a las protestas en contra del régimen el mismo 19 de abril, cuando se lanzaron a las calles a reclamar por las protestas en contra de las reformas al Seguro Social y a la violencia del Gobierno.
Uno de los episodios más recordados en Masaya, durante la Rebelión de Abril, mayo, junio y julio, fue la idea impulsada por los dirigentes del Movimiento en una conferencia de prensa de conformar una junta de Gobierno provisional, pues no sentían representados por las autoridades locales y nacionales, ante tanta represión y asesinatos.
“El Gobierno actual estaba cometiendo crímenes de lesa humanidad, y era inaudito que un criminal estuviera gobernando el país. Por nosotros hicimos el llamado a que se hiciera una junta de gobierno provisional. Lo que falló es que no pudimos enfrentar al monstruo, que es el Gobierno, con sus armas, el Ejército, la Policía, utilizando armas de alto calibre, Dragunov, y tantas armas que son del Ejército. Prácticamente no se pudo hacer eso porque la correlación de fuerza era completamente desigual”, expresó Fajardo.
Peralta y Fajardo fueron capturados el 22 de julio en el puesto fronterizo de Peñas Blancas cuando intentaban cruzar hacia Costa Rica. Permanecieron 10 y 11 meses en prisión, junto al también miembro del Movimiento 19 de abril, Yubrank Suazo. Para Cristian la dictadura se ensañó con Masaya porque fue una de las ciudades que ha mostrado más resistencia a su dictadura.
“El Gobierno sabe lo aguerrido que es el pueblo de Masaya. Monimbó ha sido un dolor de cabeza. Él lo conoce, porque desde hace 40 años fue combativo y estuvo luchando contra Somoza, y hoy, 40 años después está contra un dictador peor, porque ha sido más sangriento, porque se ha enfrentado al pueblo desarmado”, manifestó Fajardo.
Peralta indicó que otro factor por el cual la dictadura golpeó con más fuerza a Masaya, fue el hecho de que “su pueblo”, le dio la espalda desde el 19 de abril. “El barrio de Monimbó era partidario del FSLN, y al ver tanta injusticia, se le volteó, entonces él se ensañó con el pueblo”, expresó.
La fortaleza de los presos políticos
A pesar de que todavía faltan al menos 100 presos políticos (según la Alianza Cívica) por salir de las cárceles del país, el último grupo, que incluyó a Fajardo, Miguel Mora, Amaya Coppens y Lucía Pineda Ubau, ha demostrado que salieron de las mazmorras del régimen con una gran fuerza moral.
María Adilia explicó que, aunque el Gobierno quiera aparentar de que entre los excarcelados no existe unidad, la realidad es que no están dispersos, sino que continúan luchando por cumplir el objetivo que se han planteado, que es juntar fuerzas para la búsqueda de la salida de Ortega del poder.
“La Unión de Presos Políticos está organizada para ayudar a los excarcelados y para incidir de manera política en el país”, expresó Peralta. “No tenemos que perder el enfoque. Hemos platicado sobre el tema y el objetivo principal es sacar a Ortega del poder a través de elecciones”, agregó Fajardo.
Sobre sí el liderazgo de los excarcelados políticos podrían ayudar a recuperar la calle y reactivar la protesta cívica, Fajardo expresó que pueden jugar un papel muy importante en este sentido, pues además de que la palabra de ellos es escuchada por la ciudadanía en general, Ortega “entendió que en cualquier momento el pueblo se puede levantar”, a pesar del estado de terror permanente que pone en marcha para evitar las manifestaciones.
“Pero cuando el pueblo determine en un momento levantarse, se va a levantar, y ellos no van a poder, porque ellos son una fuerza que tienen las armas, pero no son tantos, no nos van a matar a los seis millones. Si todo Nicaragua, simultáneamente se levanta, no va a tener poder de respuesta”, aseguró.
Insistió en que si bien, no se han realizado grandes movilizaciones en el país desde hace varios meses producto de ese estado de terror, señaló que las formas de protestas han evolucionado y que ahora son más espontáneas, aunque clandestinas, pero evidencia que Masaya y el pueblo de Nicaragua sigue en resistencia.
Para Fajardo es necesario que crear una alianza entre todos los sectores políticos del país, que incluyan a excarcelados, campesinos, estudiantes, organizaciones de la sociedad civil, que a la postre facilite una plataforma en la que puedan estar representados los nicaragüenses en unas posibles elecciones anticipadas.
“Pero quiero dejar un mensaje claro. No queremos nada con el PLC, con los partidos tradicionales, zancudos. Debe de haber una nueva casilla que aglutine esta gran alianza de cara a elecciones contra Ortega”, aseguró Fajardo.
“Y no solo porque lo diga Cristian. El pueblo ha demostrado que no quiere nada con los partidos tradicionales, porque a como lo ha dicho mi esposo, se han hecho los Shakira”, finalizó María Adilia.
Misa en honor a los caídos
“Qué viva Masaya”, “Qué viva Monimbó”, dijo el padre a través del micrófono. Este miércoles 17 de julio en la iglesia Magdalena, cientos de feligreses se reunieron para participar en una misa en conmemoración a los ciudadanos que fueron asesinados por el régimen en Masaya, durante la Rebelión de Abril y la operación limpieza del Gobierno.
Los ciudadanos llevaron velas que mantuvieron encendidas durante toda la misa. También cantaron el himno nacional y gritaron consignas como “viva Nicaragua libre” y “justicia, justicia, justicia”.
El Padre Pedro Pablo Méndez, en varias ocasiones, leyó los nombres de todos los ciudadanos que fueron asesinados por el régimen. Uno a uno mientras los asistentes repetían "presente". La ceremonia religiosa terminó sin mayores incidentes. De fondo sonó la canción "Nicaragua, nicaragüita".