15 de mayo 2020
Los maestros nicaragüenses con síntomas de COVID-19 no tienen acceso a las pruebas PCR, para saber su sufren el padecimiento, y cuando presentan los síntomas son enviados a reposo como si se tratara de una gripe común, mientras las clases continúan sin ser suspendidas, denunció la Unidad Sindical Magisterial de Nicaragua este viernes.
De acuerdo con la Unidad Sindical Magisterial, compuesta por maestros que no se sienten representados por los sindicatos sandinistas, afines al Gobierno, al menos 21 maestros han presentado síntomas de COVID-19 y enviados a reposo, sin saber si son casos positivos.
"Estamos inseguros, porque las clases no se suspenden, y en cualquier momento aparece uno o varios maestros contaminados en un centro, y no lo sabemos, el Gobierno quiere aparentar normalidad, pero es un crimen lo que está cometiendo", dijo a Efe la coordinadora de la Unidad Sindical Magisterial, Lesbia Rodríguez.
Un caso que impactó a los maestros de Managua en días recientes fue el de una maestra que, sin ser diagnosticada con COVID-19, fue enviada a hacer cuarentena en su casa, cuya parcela comparte con la vivienda de joven con los mismos síntomas, quien hace dos semanas buscó atención en hospitales de dos ciudades, y falleció sin recibir la atención que esperaba.
"Esa maestra es de preescolar, a su aula solamente le llegaban tres niños, porque nadie quiere mandar a sus hijos a la escuela, y no sabemos si estos niños ahora están contaminados o pasaron el coronavirus a sus familias, todo por la irresponsabilidad de las autoridades, que no suspenden clases y quieren esconder lo que pasa en Nicaragua", se quejó Rodríguez.
Datos oficiales indican que en Nicaragua únicamente 25 personas han contraído el coronavirus SARS-coV-2, con ocho muertos. Cifras del independiente Observatorio Ciudadano COVID-19 señalan 1003 casos, y 188 muertes relacionadas con la pandemia.
Otra maestra que prefirió ocultar su nombre, por temor a represalias, sostuvo que incluso los profesores sandinistas están descontentos "por cómo Daniel Ortega (presidente de Nicaragua) los manda a las escuelas, junto a los alumnos, sin importarle que están arriesgando sus vidas, porque él y su familia están tranquilos, bien resguardados en su casa".
La situación de algunos docentes es crítica, ya que no siempre tienen acceso al agua potable, y el salario tampoco les ajusta suficiente para comprar alcohol líquido o en gel de forma constante, según dijo la denunciante.
La Unidad Sindical Magisterial sostiene que no hay razón para que Ortega se niegue a suspender las clases, ya que la cantidad de estudiantes que siguen asistiendo a las escuelas es tan bajo, que los maestros no imparten lecciones, sino que buscan la manera de pasar el tiempo hasta que llegue la hora de salida.
El manejo de la pandemia en Nicaragua por parte de Ortega ha sido criticado, ya que hasta ahora no ha establecido ningún tipo de restricciones, se niega a suspender las clases, cerrar las fronteras, establecer cuarentenas e implementar un plan de prevención social. Adicionalmente organiza más de un millar de actividades de aglomeración cada semana.
La oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), han llamado al Gobierno de Nicaragua a garantizar el derecho a la salud, sin que hasta ahora se observen cambios importantes.
Nicaragua cuenta con más de 45 000 docentes, unas 10 000 escuelas, y 1.2 millones de estudiantes en niveles básicos y bachillerato.