25 de septiembre 2018
Antes del 18 de abril, Jonathan López, uno de los rostros más visibles de la lucha universitaria en Nicaragua, definía su rutina en varios pasos: despertarse a las 4:30 de la mañana para bañarse, vestirse y tomar un microbús desde Granada hasta Managua, para asistir a sus clases de Economía, en el Recinto Universitario Carlos Fonseca Amador (RUCFA).
Después del 18 de abril, el joven estudiante modificó sus costumbres: protestó por las reformas al Seguro Social, demandó justicia para los muertos por la represión del Gobierno de Daniel Ortega, dejó de dormir en su casa, se atrincheró en la UNAN-Managua, sobrevivió a un ataque brutal de paramilitares y huyó de casa en casa para evitar ser capturado. Pero este domingo 23 de septiembre, un grupo de paramilitares lo detuvieron ilegalmente en el Maxi Palí de Waspán Sur, en Managua.
Jonathan López fue capturado junto a un grupo de exatrincherados de la UNAN-Managua. Los paramilitares ingresaron al supermercado y detuvieron ilegalmente a los jóvenes. Su madre, Alma González, denunció en el programa televisivo Esta Noche, que autoridades policiales de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocido como “El Chipote”, le informaron que su hijo estaba retenido en esas celdas.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) confirmó que al menos 16 ciudadanos, catorce de ellos exatrincherados de la UNAN-Managua. Todos fueron detenidos ilegalmente cuando participaban en la marcha "Somos la voz de los presos políticos", que fue atacada y dejó una estudiante muerto y seis personas heridas.
La cifra que tenía el Cenidh inicialmente era de 18 ciudadanos, sin embargo, Braulio Abarca, abogado de este organismo, indicó que por la tarde del lunes se liberaron a dos estudiantes.
“Él estuvo desaparecido por varias horas, me dijeron que lo golpearon, y luego en ‘El Chipote’ me dijeron que estaba ahí. Ellos reconocieron que está en ‘El Chipote’, pero no me dejan verlo, dicen que tengo que esperar 48 horas, que está en un proceso investigativo, pero lo que no sé es cómo está”, dijo González, quien este lunes interpuso una denuncia en el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Uno de los rostros más visibles de los atrincherados
Jonathan fue uno de los cientos de estudiantes que sobrevivió el 13 de julio al brutal ataque que realizaron paramilitares a la UNAN-Managua y luego a la parroquia La Divina Misericordia, donde los universitarios se refugiaron luego de ser acorralados por los hombres armados de Ortega.
El ataque armado duró quince horas. A pesar de que los universitarios habían iniciado una negociación para abandonar el recinto, el Gobierno no respetó el inicio del pacto, y al final la jornada violenta finalizó en el asedio a la iglesia de la Divina Misericordia con dos muertos y 16 heridos.
“Días antes dimos una conferencia de prensa en la que hablábamos que iba a venir un ataque brutal contra todos nosotros por lo cual decidimos enviar una invitación a la Comisión de Verificación y Seguridad para iniciar una negociación. Ellos sabían (el Gobierno). No estábamos cerrados a que íbamos a permanecer en el recinto, porque la mayoría de estudiantes sabía que iba a ser una masacre”, dijo Jonathan en aquella oportunidad.
El líder universitario remarcó en esa ocasión que la Cancillería General de la República, que participaba en el Diálogo Nacional mediado por los obispos, “sabían” de la intención de abandonar la UNAN-Managua, tal cual lo quería el Gobierno del comandante Daniel Ortega.
Sin embargo, pese a la negociación gestionada por la Comisión de Verificación y Seguridad, el régimen lanzó un ataque con armas de alto calibre que causaron la muerte a Francisco José Flores y a Gerald Vázquez, estudiante de técnica de construcción de la UNAN.
El asedio armado terminó el sábado por la mañana cuando los jóvenes y los periodistas sobrevivientes fueron trasladados a la Catedral Metropolitana de Managua.
“Ahora nos enfocamos en la seguridad. Somos 200 chavalos que no podemos regresar a nuestras familias, y necesitamos ubicarlos en lugares seguros. Exigimos que se respete la vida y derechos como estudiantes”, planteó Jonathan en esa oportunidad.
Sin embargo, lo que vino después fue una persecución casa a casa hacia los universitarios atrincherados. Según la madre de Jonathan, su hijo nunca dejó de ser perseguido, y por las noches no podía conciliar el sueño con tranquilidad, pues en cualquier momento temía que llegaran por él.
“Jonathan como todos los estudiantes fue perseguido. No hubo ni un solo día o noche que durmiera tranquilo, que pudiera comer tranquilo, porque todo el tiempo estaban detrás de él”, refirió su madre.
Una voz en las calles
A pesar de su condición de perseguido político, Jonathan no faltó a ninguna marcha autoconvocada por los estudiantes o la ciudadanía en general. A veces llegaba en moto, otras veces a pie con sus demás compañeros.
Pese a la cacería desatada por el régimen de Ortega en contra de las personas que han participado en las manifestaciones que exigen el fin de la dictadura, principalmente hacia jóvenes universitarios, el chavalo del RUCFA, nunca rechazó la invitación a una marcha.
“Se lo llevaron porque él reclamaba sus derechos, porque era la voz de aquellos que tienen encerrados y me lo quieren silenciar porque les molesta que reclamemos, que queramos que nuestros familiares que tenemos presos sin ninguna razón queden en libertad”, expresó la madre del líder estudiantil.
González manifestó que su hijo, a pesar de ser perseguido por el Gobierno, nunca ha cometido ningún delito. “Siempre fue buen alumno”, dijo. Insistió en que antes del 18 de abril la única preocupación de su vástago era cumplir en sus clases, no obstante, luego de esta fecha, el cambio fue rotundo. Ella también dio un paso al frente.
“Esto ha sido muy duro para toda la familia, más para su hermana, que él siempre la consentía. Y ella es la más afectada. Yo siempre lo acompañé en las protestas, pero en Granada, asistía a las marchas, apoyé en lo que más pude a mi hijo, en todo este tiempo que le ha tocado estar huyendo de un lado al otro, y hoy que me digan que está preso, es muy duro, difícil para mí. Lo más difícil es no saber el estado en que se encuentra, si está golpeado o lesionado”, finalizó González.
En la última entrevista que brindó Jonathan a CONFIDENCIAL, este denunció la expulsión de al menos 82 estudiantes universitarios de la UNAN-Managua, realizada por las autoridades del recinto. Una “represalia por exigir un cambio en la administración del recinto, en el movimiento estudiantil afín al Gobierno (UNEN), y por demandar la salida del régimen”, diría Jonathan en esa entrevista.
El dirigente estudiantil, expresó que la decisión de las autoridades era arbitraria y respondía a órdenes del Gobierno del presidente Ortega.
“Son marionetas. Los jóvenes expulsados, estamos apoyando la desobediencia estudiantil, es una de las principales ideas. Dentro de esas personas expulsadas, están tres presidentes de las carreras de Contabilidad, Banca y Finanzas, y Administración de empresas, que decidieron apoyar las demandas de los estudiantes, que seguir obedeciendo a UNEN”, manifestó Jonathan durante esa entrevista.
Listado de detenidos:
- Kevin Solís
- Ángel Cuaresma
- Andrés Cruz
- Pedro Estrada
- Julio César González
- Oscar Briseño
- Ruddy Téllez
- Jonathan López
- Alex Hernández
- Tania Cadena
- Raquel Sotelo
- Christopher Guevara
- William Sánchez
- Verónica Parrales