21 de diciembre 2015
2015 no fue un buen año para los derechos humanos y las libertades en Nicaragua. Un balance final del año realizado por el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) plantea un escenario negativo y destaca el incremento de la coacción desde el poder, la utilización de la Policía como aparato represor y la manipulación del Ejército como órgano de intimidación por parte del presidente Daniel Ortega. El CENIDH registra 1,500 denuncias de todo tipo durante 2015. A pesar de ese panorama desolador, este año también destaca por la lucha en defensa de los derechos humanos por parte de los ciudadanos. Confidencial seleccionó a un grupo de mujeres que durante 2015 dieron la cara ante el poder, en la lucha contra los abusos del autoritarismo y las injusticias. Estas mujeres, que en común encarnan el valor de la dignidad y protagonizaron la esperanza en defensa de los derechos humanos y la libertad, son el personaje más destacado de 2015.
Yelka Ramírez, madre coraje
*“La Policía debería ser más humana”
Yelka Ramírez, la madre de los niños asesinados en la masacre policial de Las Jagüitas, se convirtió en un símbolo de la lucha por la justicia en Nicaragua. Esta madre coraje plantó cara a las autoridades, denunció atropellos y el incumplimiento de las promesas de la primera comisionada de la Policía Nacional, Aminta Granera, y abogó por un cambio en la PN para que masacres como las de Las Jagüitas nunca vuelvan a ocurrir en Nicaragua.
“Que la Policía cambie y que esto no se quede en la impunidad como muchos casos. A veces porque son policías hacen cosas que no deberían de hacer, pasan sobre los derechos de nosotros los seres humanos. La Policía debería de ser más respetuosa, más humana. Creen que porque andan con esos uniformes son dioses y no es así, son seres humanos, tienen familias. Yo insto a que la Policía Cambie”, dijo Ramírez.
Francisca Ramírez, líder del movimiento campesino anti-Canal
*“Estoy dispuesta a morir”
Francisca Ramírez encabeza el movimiento campesino que reclama la derogación de la Ley 840, que entregó la concesión para la construcción del Canal interoceánico al empresario chino Wang Jing. Doña Chica -como la llaman cariñosamente quienes la conocen- y sus compañeros campesinos se levantaron contra la amenaza de expropiación de sus tierras. Pero además cuestionan los daños ambientales del proyecto canalero al Gran lago de Nicaragua y la cesión de la soberanía nacional a un magnate extranjero. Francisca surgió como líder local de los campesinos de La Fonseca, en Nueva Guinea. Pero su participación en las marchas que se han organizado en todo el país, demandando la derogación de la ley canalera, la convirtieron en una líder nacional, que habla por miles de campesinos, hombres y mujeres. Su valentía en esas marchas campesinas, la ha convertido en un símbolo de la lucha contra el megraproyecto promovido por el presidente Daniel Ortega.
“A raíz de conocer esta ley es que emprendo esta lucha, porque mi meta ha sido que mis hijos tengan una casa digna, y con esta ley el Gobierno nos desampara y le da el derecho a un chino, que es dueño de toda Nicaragua. A raíz de esta ley hacemos este movimiento porque vemos que nos viola los derechos y no estamos de acuerdo. A mí quien me empuja es el productor, me dicen que emprendamos la lucha, que comencemos a protestar”, dijo. “Estoy dispuesta a morir si es necesario. Lo he dicho varias veces, con tal de que queden libres mis hijos y tengan una casa digna, estoy dispuesta a morir, pero que ellos tengan donde vivir, no que pasen lo que yo pasé en mi niñez”, asegura la líder campesina.
Martha Cranshaw, la voz de los migrantes
*“Trataron a los migrantes cubanos como delincuentes”
Martha Cranshaw es una de las voces más beligerantes en Nicaragua en la lucha por los derechos de los migrantes. Su organización, NicaMigrante, mantiene un trabajo infatigable abogando por visibilizar los beneficios que dejan al país aquellos que se han marchado en busca de mejores oportunidades. Pero también denuncia el doble rasero del Gobierno del presidente Daniel Ortega, que cuestiona la xenofobia de Donald Trump contra los inmigrantes latinos en Estados Unidos, pero violenta los derechos de miles de emigrantes cubanos que, varados en Costa Rica, piden un salvoconducto para pasar por Nicaragua en su ruta hacia a suelo estadounidense.El Gobierno del presidente Daniel Ortega no sólo les cerró la frontera de Peñas Blancas, sino que militarizó la zona y expulsó a la fuerza a quienes habían podido pasar hacia Nicaragua. Cranshaw fue una de de las voces que criticó esa decisión de Ortega, ofreciendo una salida alternativa.
“Este es un asunto que amerita que los gobiernos de la región lo temen en cuenta como experiencia y como antecedente, porque va a seguir pasando. Si hay un error de parte de Costa Rica es pecado venial en el sentido que es un error de orden administrativo. Pero en el caso de Nicaragua, al sobredimensionar la respuesta, ya no es un pecado venial, sino que se pasa a un pecado mortal, porque se conduce a violaciones de derechos humanos. Es importante identificar dos asuntos: este año en Nicaragua han transitado con un sistema de visa 780 cubanos, que han venido desde Costa Rica. El segundo elemento es que en efecto la cantidad (de varados en Costa Rica) es inmanejable en un día, pero entonces se toma el teléfono y se dice: oye, bróder, ¿cómo manejamos esta cosa? Ameritaba una reacción administrativa de muy alto nivel para atender a esa población. ¿Qué pasa en términos prácticos? El asunto es que trataste a toda la población como delincuentes”, dijo Cranshaw.
Las mujeres de mina El Limón
*“Este es un pueblo que defiende sus derechos”
En el occidente del país, durante las protestas sindicales en la mina el limón contra la empresa B2Gold, las mujeres sustituyeron a los hombres, cuando la Policía se tomó el poblado. Las organizaciones de Derechos Humanos denunciaron la existencia de un “estado de sitio” impuesto por la Policía.Y mientras los hombres del poblado eran perseguidos por la fuerza policial, las mujeres encabezaron las protestas para exigir el fin del sitio y la liberación de los presos, en un movimiento sin precedentes en años recientes en Nicaragua.Eva Pulido, hija de César Pulido, expresidente de la Fundación de Excombatientes Históricos, y Josefa Poveda, esposa del secretario del sindicato independiente “Pedro Roque” denunciaron ante Nicaragua el acoso a los sindicalistas y el estado de sitio impuesto en Mina El Limón.
“A todo el pueblo limeño lo quieren sofocar, lo quieren ahogar. Es un acto irresponsable de la Policía haber mandado a ese montón de anti motines. No pudieron mediar, no pudieron hablar. Ellos querían hacer la guerra, porque eso fue lo que hicieron. Este es un pueblo que está defendiendo sus derechos, no es un pueblo que está peleando. Se supone que son unos derechos que debían de haber respetado”, dijo Pulido.
“Ellos (los sindicalistas detenidos) son ciento por ciento sandinistas, el pueblo entero es sandinista, el sindicato es sandinista. Han estado trabajando de la mano con el partido, no sé por qué les ponen esta delincuencia. Ellos han violentado los derechos de los seres humanos, porque no debieron tratarlos de esa manera, no es manera que no podemos ver a nuestros esposos”, dijo por su parte Poveda.
Doctora Vilma Núñez, defensora de derechos humanos
*“Las mujeres somos luchadoras incansables”
La doctora Vilma Núñez es la defensora por antonomasia de los derechos humanos en Nicaragua. La organización que preside, el Cenidh, es una auténtica procuraduría ciudadana de derechos humanos, en un país donde desde el poder público no sólo se comenten injusticias, sino que las denuncias no tienen eco en aquellas instituciones que deberían velar por su protección. La doctora Núñez ha mostrado entereza y una actitud incansable para acompañar a todas las personas que denuncian abusos y violaciones. Las acompaña, les escucha y lucha por su protección, en las afueras de la Direccion de Auxilio Judicial, conocidas como El Chipote, esperando información de los personas trasladas hasta ese lugar, denunciado como centro de tortura. Su trabajo la hizo merecedora este año del reconocimiento como una de las diez defensoras de derechos humanos del mundo que lucha contra la tortura, por la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT).
“Nos preocupa, nos duele, y nos sentimos hasta cierto punto frustrados, que después de tanto esfuerzo de defensores y defensoras de derechos humanos, tenemos un balance negativo, terminamos el 2015 con un déficit mayor que el de 2014. Este año se profundizó del deterioro de la institucionalidad de las diferentes instancias gubernamentales, la instrumentalización de la Policía como órgano de represión, la utilización del Ejército como instancia de intimidación. La Policía reprime y el Ejército intimida. Hay un deterioro que se refleja en diferentes cifras: hasta el momento llevamos contabilizados más de 1,500 denuncias.
La doctora Núñez reconoce el esfuerzo y la valentía de las mujeres que este año elevaron sus voces para denunciar, movilizarse y luchar porque en el país se respeten los derechos humanos. “Históricamente la mujer nicaragüense ha sido actora principal de las luchas de este país. Lo que pasa es que en muchas ocasiones no se les ha reconocido. La mujer ha sido una luchadora incansable, no es por casualidad que, de entre todas las organizaciones de la sociedad civil, el movimiento de mujeres es el que va a la cabeza de todas las luchas”.