2 de octubre 2022
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La llegada de la temporada de lluvias en Managua significa la repetición de una película de desastres. Año con año, fuertes inundaciones colapsan las principales arterias viales de la capital y arrasan con las humildes viviendas en las zonas más vulnerables de la ciudad.
Pero, hay otra película que se repite. Luego de las fuertes lluvias, la propaganda del régimen se moviliza para seguir al secretario general de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno, quien aparece encapotado para hacer un recorrido por la ciudad y revisar los daños, entregar láminas de zinc, frazadas y colchones a las familias afectadas y dar consuelo a los damnificados. Una rutina convenientemente documentada por el aparato mediático de la dictadura.
El reciente paso del huracán Ian, que ha afectado considerablemente a Cuba y La Florida, en Estados Unidos, volvió a dejar al descubierto la vulnerabilidad de Managua. Se reportaron severas afectaciones en Sabana Grande, donde incluso, las fuertes corrientes arrastraron a varios vehículos, y más 350 casas anegadas en la capital por los aguaceros.
El estado policial de facto y la persecución política impuestos por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, impide que la población se atreva a cuestionar a las autoridades locales o nacionales por la falta de soluciones, considerando –además– que controlan la administración municipal de la capital desde más de 20 años y no han logrado poner fin al perenne problema de las inundaciones en Managua, que criticaron a gobiernos anteriores.
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Alcaldía no prioriza obras para frenar inundaciones en Managua
Exfuncionarios de la Alcaldía de Managua y expertos en temas hídricos consideran que el problema se agrava porque las autoridades de la Comuna conocen las causas y el origen de estas anegaciones, pero prefieren apostar por proyectos y obras que “sirvan más para la foto”, en lugar de desarrollar un plan de trabajo enfocado en frenar las inundaciones en Managua.
El presupuesto de la Alcaldía de Managua para 2022 destaca como sus dos principales proyectos la rehabilitación del Parque Las Piedrecitas y la ampliación de la Pista Juan Pablo II. También resaltan muchos trabajos de bacheo y recarpeteo asfáltico. Sin embargo, no figuran proyectos de envergadura para la prevención y mitigación de lluvias.
Según el presupuesto de la comuna, este año se han destinado 714 000 córdobas para obras de drenaje pluvial en la capital. Sin embargo, destaca un rubro de 10 millones de córdobas en el rubro de Gastos Imprevistos. De este monto, cinco millones están asignados para Atención de Gastos por Catástrofe.
Estos fondos son los que están previstos para cubrir los gastos del asistencialismo de la Alcaldía de Managua para las situaciones posdesastre: compra de plásticos, frazadas, colchonetas, láminas de zinc y la movilización de todo el equipo que acompaña a Fidel Moreno cuando sale a recorrer las golpeadas calles de la capita.
“Todos los años, con las reformas al presupuesto de la Alcaldía que se hacen, se terminan destinando más de 15 millones de córdobas para esto que llaman mitigación de los desastres naturales. Si este presupuesto lo ocuparán para solucionar el problema de los puntos críticos de Managua, ya no tendríamos estos problemas de inundaciones”, opina un exfuncionario de la Alcaldía de Managua que pidió resguardar su identidad para evitar represalias.
La primera lluvia ocasionada por la onda tropical número uno ocurrida el viernes 20 de mayo de 2022, dejó al menos 25 casas anegadas, cauces desbordados y una serie de inundaciones en Managua, principalmente en la zona oriental.
“Nos llovió la primera vez, por espacio de más o menos 40 minutos muy fuertes. Los sistemas de medición reportaron en esta zona (la parte oriental de la capital), muy cerca del cauce (El Dorado), cerca de 90 milímetros de agua. Realmente es muchísima agua; el promedio de la ciudad anduvo alrededor de los 50 milímetros”, dijo Moreno a medios oficialistas que lo acompañaban en su recorrido.
El desborde del cauce de El Dorado provocó inundaciones en los barrios Pedro Arauz Palacios, San Luis, El Edén, María Auxiliadora y Ducualí. Fidel Moreno admitió que este es un problema recurrente que la Alcaldía de Managua no ha logrado resolver.
Además del desborde de este cauce, se reportaron inundaciones en el mercado Oriental, el Hospital Solidaridad y las oficinas centrales de Migración y Extranjería, ubicadas en el Distrito IV de Managua.
“El cauce se desborda de dos a tres veces al año con lluvias fuertes, pero es un tema que esperamos resolver con la ampliación de la Pista Juan Pablo II que contempla la construcción de un cauce de tres veces más capacidad”, dijo Moreno en esa ocasión.
Se espera que la temporada lluviosa continúe impactando a Nicaragua a lo largo del año. Managua no ha vuelto a sufrir daños tan severos como los que se dieron con los aguaceros a inicios de mayo pasado, pero a principios de junio se registraron lluvias torrenciales que provocaron la muerte de cinco personas, incluido un menor de ocho meses, por el desborde de ríos y deslaves ocurridos en los municipios San José de Bocay y Wiwilí, en Jinotega, según el último reporte del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred).
Permisos sin control
El exfuncionario de la Alcaldía explicó que una de las raíces del problema es que la Dirección de Urbanismo de la Alcaldía de Managua no realiza un control eficiente sobre los permisos de construcción que está otorgando, principalmente en la denominada cuenca sur de la capital.
“Esta administración ya tiene más de dos décadas de estar al mando en la Alcaldía de Managua. Ellos ya saben cuáles son los puntos críticos y hasta hoy no han solucionado estos puntos críticos. Un ejemplo son las inundaciones que se dan por el cauce en los semáforos de El Dorado”, añadió el exfuncionario municipal.
Estos permisos, principalmente para la edificación de urbanizaciones en zonas como Esquipulas y Sabana Grande, además de agravar el problema de las inundaciones, provocan que surjan nuevos focos de desastre en lugares que normalmente no eran afectados, como Las Colinas.
Proyecto Bismarck Martínez construido en reservorio
Sin embargo, la misma Alcaldía ha construido proyectos en la zona de la cuenca sur, como fueron las primeras etapas de casas del programa Bismarck Martínez, ubicadas en Sabana Grande.
“Donde se levantó el proyecto inicial del programa Bismarck Martínez, era un reservorio o reserva destinado a ser un lugar de amortiguamiento para filtrar las aguas de esa zona. Por mucho tiempo, estuvo prohibido la construcción en esa zona. Estas construcciones han venido a impactar en la parte baja de Managua. Ahora las corrientes vienen con más velocidad y su impacto es más fuerte”, explicó.
Un experto en temas hídricos, quien igualmente solicitó anonimato para no enfrentar represalias, explicó que las denominadas escorrentías han sido el principal problema de la capital durante su historia.
Estas iniciaron con los llamados “aluviones” consecuencia de la deforestación, cambio en los cultivos y mal uso de los suelos en la parte alta de Managua (El Crucero, Las Nubes) y en las cuencas hídricas sobre las que está asentada la ciudad.
“Estas inundaciones erosionaron con violencia los suelos y cañadas y formaron cárcavas que luego se convirtieron en cauces pluviales. El primer gran error fue el de revestir con piedras y concreto estas cárcavas, convirtiéndolas en cauces, que con cada invierno se fueron profundizando y ensanchando”, explicó.
“Las diferentes administraciones edilicias desde entonces se han dedicado a fomentar cada vez un mayor flujo y volumen del caudal, lo que simplemente incrementó su capacidad de transporte de agua, sedimentos y basura”, agregó.
Recorridos de Fidel Moreno: asistencialismo y propaganda
El especialista detalló que las escorrentías bajan desde los 900 metros de altura en las Sierras de Managua, hasta los 40 metros en el Lago de Managua. La violencia de las corrientes, determinada por la inclinación de la pendiente, se agrava cada año con los caudales cada vez mayores.
Sin embargo, la actual gestión municipal de Reyna Rueda, Enrique Armas y Fidel Moreno siguen apostando a un esquema asistencialista, en vez de desarrollar proyectos de contención de estas fuertes corrientes que generan las lluvias. Un ejemplo claro de la mentalidad de las autoridades municipales con la forma de enfrentar estas catástrofes son los recorridos que hace Moreno.
“Más que nada este es un escenario de asistencialismo, de buscar figurar en los medios de propaganda del régimen. De querer vender la idea de la ayuda desde la Alcaldía de Managua, pero realmente la verdadera ayuda sería solucionar los puntos críticos. Pero, les interesan más aquellos proyectos que sirvan más para la foto”, dijo el exfuncionario municipal.
“Estas medidas paliativas no se diferencian de los inútiles y costosos trabajos por ampliar los cauces. Ningún agrandamiento de cauce en el futuro va a controlar la inundación instantánea y el desastre urbano causado por la llegada del agua que debería estarse infiltrando y reteniendo en la parte alta de la cuenca, para lograr el tránsito lento y regulado del agua hacia la ciudad”, subrayó por su parte el especialista en temas hídricos.
Fidel Moreno, secretario general de la Alcaldía de Managua, es quien normalmente recorre los sitios golpeados por los aguaceros. Foto: Confidencial | Tomada del 19 Digital.
“Más agua infiltrada arriba, menos destrucción en la ciudad”, recomiendan
El especialista dijo lamentar que las autoridades municipales tengan en sus manos el conocimiento sobre los proyectos concretos que deberían desarrollarse en Managua para evitar estas catástrofes, pero por falta de voluntad política, no los tomen en cuenta para su ejecución.
“Ha habido varios proyectos con financiamiento internacional para mapear y conocer al detalle la topografía de todas las partes altas en las cuencas de Managua. Esta información existe y la conoce bien la Alcaldía. Esto debería permitir identificar los sitios precisos en donde se pueda reforestar por simple restauración natural, construir fosas de infiltración que retengan el agua en los sitios desde donde se inicia la escorrentía, pequeñas represas en fincas cafetaleras y obras menores como represas y lagunetas, que retienen e infiltran el agua”, relató.
Resaltó que la política para la prevención de inundaciones debería funcionar bajo un esquema de “más agua infiltrada arriba, menos destrucción en la ciudad” y de paso favorecer y recuperar el golpeado ecosistema de Managua.
“Es más barato y efectivo. Además de favorecer el crecimiento de bosques, los usos múltiples asociados a la reforestación, el desarrollo de la diversidad biológica y el mejoramiento de la resiliencia ecológica, entre otros. Esto sería atender sabiamente las causas, y no enfocarnos inútilmente en las consecuencias de la costosa ignorancia”, finalizó.
