1 de octubre 2017
Vuelve a llover este domingo en Managua y cada minuto de lluvia es presagio de inundaciones y riesgo de pérdidas materiales y humanas.
Mientras los ciudadanos se asombran en las redes sociales sobre como menos de sesenta minutos de lluvia durante dos días consecutivos fueron capaces de inundar las instalaciones del nuevo Hospital Militar, casas, negocios y al menos unos cincuenta vehículos, para las autoridades “es normal” que ocurra así, debido a la ubicación de la ciudad, la intensidad de las precipitaciones, y de quienes tiran su basura en cualquier parte.
Sin embargo, hay quienes aseguran que no necesariamente tiene por qué ser de esa manera.
Ruth Selma Herrera, expresidenta ejecutiva de Enacal y coordinadora de la Plataforma Nacional del Agua, observa que “estamos en la parte más crítica de todo el daño ambiental que se le ha hecho a Managua, pero estos daños se pueden evitar a mediano plazo”.
¿Cómo mitigar los daños del invierno?
La solución a corto tiempo, según la especialista, es la construcción masiva de micropresas “en toda la parte intermedia entre Managua y El Crucero, o Managua y La Concepción, especialmente a unos 500 metros de altura”, porque precisa que ese desnivel entre Las Sierras y la ciudad eleva la velocidad de las aguas.
Además de las micropresas, recomienda hacer todo un sistema completo y complementario de reservorios, terrazas, zanjas anchas, y reductores de velocidad con piedras grandes, gaviones, ‘lomos’ de concreto (como los que dividen las vías en las autopistas), para reducir la velocidad de las aguas, y mitigar los efectos de las inundaciones.
Herrera recordó que el secretario general de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno, “dijo en mayo que se construirían varias micropresas, pero no se ha hecho. Solo lo están planeando. Todas estas promesas y estos planes los habían ofrecido en 2015 y antes”, recordó.
A su juicio, no hacen las micropresas, “porque cada una cuesta entre C$40 y C$60 millones, y dicen que están sin recursos, pero es una absoluta irresponsabilidad poner a los managuas frente al peligro de estas inundaciones”.
“Lo que deberían hacer, es detener las ‘construcciones cosméticas’, como el Salvador Allende y el resto del Malecón de Managua, y usar esos recursos para resolver estos problemas, porque de otra forma, no quedarán clientes para esos negocios”, sentenció.
La basura es agravante, pero no el problema
Herrara también criticó a quienes culpan a los ciudadanos por tirar basura en las calles, cauces y demás sitios, pero, ni la basura ni la intensidad de las lluvias es la explicación a esto, porque si bien “la basura es un agravante… la basura no se llevó los autos como lo hicieron esas aguas que bajaron con tanta velocidad”.
En cuanto a que “llovió de manera extraordinaria, inusitada, excepcional”, opina que “ese argumento ya está gastado, porque en años anteriores ya habían caído lluvias más intensas que estas, y duraron más tiempo”, con daños similares, aunque en zonas más periféricas que en esta ocasión.
En vez de eso, Herrera cree que debería reconocerse que se ha permitido la tala de bosques; que ahora hay dos micropresas menos, y que se ha permitido levantar demasiadas urbanizaciones en sitios donde no debería haberse construido casi ninguna, pero no se hace nada porque “los empresarios que han construido y despalado tienen amigos en este gobierno, en los anteriores, o en los medios de comunicación”.
[destacado titulo="¿Y qué proponen los candidatos a alcaldes de Managua?"]
Desastres como estas dos inundaciones de finales de septiembre sirven una oportunidad única, para que los candidatos ocupen espacios en los medios de comunicación, indicando cómo enfrentarían ellos el problema, si alcanzaran la ansiada Alcaldía de Managua.
Mauricio Díaz, candidato de Ciudadanos por la Libertad (CxL), menciona los registros históricos, que muestran una inundación similar en 1876, recordada con el nombre de ‘El Aluvión’, cuando “una correntada que bajo de los Altos de Ticomo, inundó y dañó 400 casas, y produjo cienes de víctimas”.
“Es un fenómeno que lleva más de un siglo, pero no tiene por qué seguir así. Falta un plan maestro de desarrollo urbanístico de Managua, a largo plazo, que se obtenga a través del consenso entre el gobierno municipal, el gobierno central, la empresa privada y los partidos políticos. El gobierno dice que tiene un plan a 40 años: quisiéramos conocerlo”, retó.
Al criticar que distintas administraciones no hayan podido resolver el problema a lo largo de las décadas, Díaz cree que debe crearse un programa de manejo de la cuenca que garantice la retención de las aguas que bajan de las sierras; aplicar las leyes en materia de urbanización y medioambiental, ampliar los cauces, aumentar la infiltración y el manejo de aguas, y “escuchar y hacer caso a lo que dice el doctor Jaime Incer”.
¿Con qué fondos? Díaz refirió que “este año, la Alcaldía de Managua subió en 25% los impuestos municipales, con lo que llegó a USD 200 millones más los casi USD 6 millones que recibe en concepto de transferencias del presupuesto. Dinero hay. Los ‘arbolatas’ no ayudan en nada; más bien contribuyen al calentamiento de Managua”, sentenció.
Por su parte, Ariel Montoya, candidato al mismo puesto por el partido Alianza por la República, asegura que “las quejas de los ciudadanos están creciendo. Hasta hace pocos años, este era un problema que afectaba sobre todo a la gente de los barrios más pobres, pero vemos que ahora también afecta a las zonas residenciales de mayor capacidad adquisitiva”.
“Si seguimos así, lo que estamos haciendo es garantizar una catástrofe para el futuro. Hay que dictar una ley para frenar el avance de las construcciones urbanas y buscar soluciones alternas”, aseguró, aclarando que no se trata de “hacerle la guerra” a las urbanizadoras, sino de “hacer un uso ecuánime, equitativo, racional, de los recursos con que cuenta la ciudad”.
Citando una de sus promesas de campaña, el candidato recuerda que “propuse construir 25 edificios de apartamentos para las personas de menores ingresos, pero dentro de Managua, no en la periferia”.
Enfrentar esta situación “es responsabilidad no solo de un gobierno municipal sino también de los ciudadanos, de los partidos políticos, y hasta del Ministerio de Transporte e Infraestructura que debe velar por la calidad de las construcciones”, señaló. [/destacado]