Redacción Confidencial / III de III entregas
8 de octubre 2024
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Las urbanizaciones del “Bismarck Martínez”, un reino de la opacidad. Era un programa de viviendas sociales y ahora tiene casas “para ricos”
La Alcaldía de Managua ha duplicado las cuotas mensuales para acceder a las viviendas del Bismarck Martínez, al pasar de 40 o 50 dólares a más de 100 dólares. // Fotoarte: CONFIDENCIAL
Matilde no quiere vivir lejos de sus padres. Ella es hija única y sus progenitores son adultos mayores que padecen enfermedades crónicas. Tiene 38 años y dos hijos adolescentes, de 13 y 15 años. Cuando se anunciaron las nuevas casas de la Alcaldía de Managua en el programa “Bismarck Martínez”, en 2018, vio una oportunidad para tener su propia vivienda, pero la desanimó el hecho que los complejos habitacionales quedan lejos del domicilio de sus padres.
Ellos habitan una pequeña casa en un barrio de la zona occidental de Managua —por temor pidió omitir el nombre—. La vivienda tiene dos cuartos, una sala-comedor y un baño. “Cabemos completos, mis hijos duermen conmigo, pero ellos ya necesitan su espacio”, comenta.
Las cuatro primeras urbanizaciones están en Sabana Grande, una comarca en las afueras de Managua, en la zona oriental. Para trasladarse de un punto a otro, Matilde necesitaría tomar dos autobuses y hacer un viaje de más de hora y media.
“Mi papá padece diabetes y usa silla de ruedas; entonces, mi mamá no podría sola ante una emergencia. Mi temor es que pase algo y yo esté lejos”, sostiene la mujer, que trabaja como asistente administrativa.
Hasta el 30 de septiembre de 2024, la Alcaldía de Managua asegura haber construido unas 5239 nuevas casas dentro del programa: 2150 en Villa Jerusalén; 1528 en Caminos del Río; 1000 en Flor de Pino; 481 en Villa Santiago; y 80 en Mirador Xolotlán.
La Alcaldía de Managua elevó las cuotas y obliga a los interesados a solicitar un financiamiento con el Banco de la Producción (Banpro), pese a contar con fondos del Estado y un préstamo internacional del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Este proceso se ha dado bajo un esquema opaco y con poca transparencia, según revela la serie investigativa de CONFIDENCIAL: Los negocios con las viviendas Bismarck Martínez.
Funcionarios gubernamentales y municipales han asegurado que las nuevas casas tienen un valor de 9500 dólares, de los cuales 4500 dólares serían dados por los ciudadanos —a un plazo máximo de 25 años—, 2500 dólares por el Instituto de la Vivienda Urbana y Rural (Invur) y otros 2500 dólares por las alcaldías, en concepto de terreno y obras de urbanización.
En el caso de parcelas “urbanizadas”, el precio total varía entre los 2000 y 2500 dólares, de los cuales 1500 son aportados por los ciudadanos —en cuotas desde 20 dólares por 75 meses— y el resto será asumido por las alcaldías y el Gobierno, señaló, en 2018, Fidel Moreno, secretario general de la Alcaldía de Managua, secretario de organización del FSLN y operador político de Daniel Ortega y Rosario Murillo en las municipalidades.
La investigación de CONFIDENCIAL revela que el programa social se ha transformado en un negocio que involucra a las autoridades de la Alcaldía de Managua con diez empresas, a las que se entregó el 96.7% de los contratos de construcción de los complejos habitacionales.
Además, una revisión de los acuerdos presidenciales —publicados desde que se anunció el programa hasta la actualidad— devela que el Gobierno ha donado a la Alcaldía de Managua al menos 28 terrenos —algunos expropiados y confiscados— para la construcción de los complejos habitacionales.
Partidas presupuestarias para “la construcción de viviendas Programa Bismarck Martínez” solo se publicaron en los informes de 2020, 2021 y 2022. En los primeros dos años se reportó como “inversiones” del Invur, mientras que en 2023 se incluyó dentro de “asignaciones y subvenciones”.
Durante esos tres años, el Invur registró también —aunque por aparte— gastos para la “construcción de viviendas” en las urbanizaciones Flor de Pino, Villa Jerusalén, Camino del Río y Villa Santiago, pese a que estos complejos de las nuevas casas de la Alcaldía de Managua son parte del programa.
Las partidas para “la construcción de viviendas Programa Bismarck Martínez” sumaron 99.92 millones de córdobas desde 2020 a 2022, mientras que las asignaciones para la construcción en las cuatro urbanizaciones totalizaron 164.12 millones de córdobas, en los mismos tres años.
“El desglose presupuestario —prosiguió— nos debería decir qué tipo de gasto por programa se hizo, pero está claro que no lo hacen público porque los niveles de transparencia presupuestaria van decayendo cada año”.
“Esta opacidad es un indicio más de que hay mal manejo de los recursos, sino por qué esconder la información, que además debe ser pública”, puntualizó.
Para esta investigación CONFIDENCIAL entrevistó a urbanizadores, empresarios de la construcción, corredores de bienes raíces, expertos en temas presupuestarios y personal de cuatro alcaldías donde se anunció su implementación, así como pobladores aceptados y rechazados dentro del programa “Bismarck Martínez”. Todos solicitaron omitir sus nombres para evitar represalias del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En los informes de los siete años tampoco se detalla cuánto dinero de las transferencias municipales se han utilizado para el “Bismarck Martinez”. En los documentos solo se informa del monto total destinado para la “construcción de viviendas de interés social, adquisición y compra de terrenos, lotificación y legalización de títulos de propiedad”.
De 2018 a 2021, el Invur reportó gastos englobados bajo dos categorías: “construcción de viviendas a familias protagonistas de ingresos bajos” y “construcción de viviendas a familias protagonistas de ingresos moderados”.
A partir de 2022 y hasta junio de 2024, esas dos categorías fueron reemplazadas por: “construcción de viviendas a familias con ingresos de 1 a 4 salarios mínimos promedio” y “construcción de viviendas a familias con ingresos de 5 a 10 salarios mínimos promedio”.
“El bolsón solo permite ver un gasto general en este tipo de programas, pero no permite una verificación de la eficiencia y eficacia del uso de los recursos”, destacó.
La opacidad en los informes de ejecución presupuestaria se extiende al Sistema de Contrataciones Administrativas Electrónicas (Siscae), donde se publican los procedimientos de compra del Gobierno nicaragüense: licitaciones nacionales e internacionales, contrataciones simplificadas y concursos. Este sitio web es público; no obstante, la experiencia de usuario está dispuesta para que las personas que acceden al sitio no puedan descargar y analizar la información de búsquedas para entender a dónde van los recursos de compra, para qué conceptos y en qué alcaldías.
CONFIDENCIAL formó una alianza con Data Crítica, una organización que emplea datos para impulsar investigaciones, para analizar unos 3000 registros de compras oficiales del Estado de Nicaragua, a partir de un sitio web que oculta la base de datos original de donde provienen las tablas que refleja, y en principio solamente muestra una tabla con diez compras.
Esta disposición del sitio muestra una opacidad por diseño, donde es necesario dar hasta alrededor de diez clics en distintas casillas de verificación para acceder a datos para solamente una alcaldía, un año y un término de búsqueda.
Analizar la información para ciudadanos, periodistas y para la sociedad nicaragüense en general se hace virtualmente imposible, porque no se pueden ver el grueso de compras en su conjunto, y los montos de las obras están ocultos aún más detrás de capas y capas de clics. Es un velo que parece estar puesto intencionalmente para ocultar los patrones de entrega de compras a la sociedad del país.
La alianza de CONFIDENCIAL con Data Crítica permitió perforar algunas de estas capas de opacidad por diseño por medio de la automatización de la descarga, de modo que lo que hubiese tomado a una persona, decenas de clics para ver los procedimientos de compra para una sola alcaldía y año, pudo realizarse para 31 alcaldías, 16 términos de búsqueda y seis años diferentes.
El procedimiento emuló cada uno de los clics para cada una de las búsquedas por término, alcaldía, año, y el resto de parámetros de búsqueda, como la opción de incluir un histórico en cada búsqueda, entre otros.
Como vivienda de interés social se considera a aquella “construcción habitacional con un mínimo de espacio habitable de 36 metros cuadrados (m2) y un máximo de hasta 60 m2, con servicios básicos incluidos”, según el artículo 7 de la Ley 677 0 Ley Especial para el Fomento de la Construcción de Vivienda y de Acceso a la Vivienda de Interés Social, aprobada en abril de 2009.
Ulises, un empresario de la construcción, señaló que las nuevas casas de la Alcaldía de Managua y otras municipalidades son entregadas en “obra gris”, que es cuando las casas carecen de “acabados”, como el cielo raso, piso de cerámica o las divisiones de los cuartos.
“Se podría decir que se les entrega el cajón. Las paredes de bloques de concreto, ya repelladas, el piso de concreto, el baño, las puertas y ventanas, y solo se pinta el exterior”, detalló la fuente.
“Los nuevos dueños son los que tienen que hacerles todas las mejoras”, añadió.
Vista por fuera y por dentro de una casa en Villa Jerusalén, del programa Bismarck Martínez, cuya cuota mínima mensual es de 104.81 dólares. // Fotos: Alcaldía de Managua
Las esperanzas de una casa propia resurgieron en Matilde a finales de 2022. La vicepresidenta Rosario Murillo anunció la construcción de la urbanización “Mirador Xolotlán”, que quedaría cerca de la vivienda de sus padres.
“Ya se realiza el diseño de calles y este reparto, como los que forman parte del programa Bismarck Martínez, contará con los servicios de energía, agua potable, saneamiento y estará a disposición de las familias en la lógica financiera del programa Bismarck Martínez”, dijo Murillo en su alocución del 27 de septiembre de 2022.
Las casas cuentan con dos habitaciones, un servicio sanitario, sala/comedor, cocina, vestíbulo, porche y parqueadero. El lote mide 150 m2 y el área construida es de 64.09 m2, lo que contraviene la Ley 677 que establece un máximo de 60 m2 como máximo para considerarla “vivienda de interés social”, pese a esto la incluyen en esa categoría.
A diferencia de las viviendas de Sabana Grande, estas nuevas casas de Reparto Xolotlán están pintadas en el interior y exterior, y tienen divididas y especificadas las áreas de cada espacio. El dormitorio principal mide 12.13 m2 y el secundario 10.47 m2; la sala/comedor 19.92 m2; la cocina 7.46 m2; el baño/sanitario 3.90 m2; el vestíbulo 1.85 m2: y el porche 8.34, de acuerdo con los planos publicados por los medios de comunicación afines al Gobierno. Ofrecen cuatro modelos: Acacias, Trinitarias, Cala y Girasoles, cuya única diferencia es el estilo de la fachada.
A este tipo de casas, le sumaron en junio de 2023, el modelo de los apartamentos Nuevas Victorias de dos pisos, con sala, cocina/comedor, dos dormitorios, un baño, escalera, balcón y con espacio adicional para expansión, en un lote de ocho metros de ancho por 13.13 metros de largo, con una área de construcción de 63 m2según los medios del Estado.
“Me dijeron que si la quería sacar sola tenía que ganar mensualmente, como mínimo, 30 000 córdobas, o sino sacarla con mi pareja o un familiar. Soy madre soltera e hija única, y mis padres jubilados”, sostiene la capitalina.
La mujer gana mensualmente 13 000 córdobas, por lo que en la Alcaldía le indicaron que a las únicas viviendas que podía aspirar son las que construyen en Sabana Grande.
“Hasta ese día —se lamenta Matilde— supe que el (programa) Bismarck Martínez tiene casa para ricos y para pobres”.
*Este reportaje es parte de la serie Los negocios con las viviendas “Bismarck Martínez”, una investigación de CONFIDENCIAL, realizada con soporte del Consorcio para Apoyar el Periodismo Independiente en la Región de América Latina (CAPIR), un proyecto liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR).
Si te interesa republicar esta investigación, escríbenos
a info@confidencial.com.ni
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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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