16 de agosto 2021
El periodista Ricardo Trotti, director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), organización a la que se encuentran afiliadas 1300 publicaciones en la región, visitó Nicaragua en 2018 y fue testigo de primera mano de la mala hora que desde entonces vive el periodismo nacional, víctima de agresiones, allanamientos y campañas de desprestigio.
Quizás esa es una de las razones por las cuales no le sorprende la actuación del régimen de Daniel Ortega el viernes pasado, cuando la Policía se tomó las oficinas del diario La Prensa, fundado en 1926, luego que la Fiscalía abrió una investigación contra los directivos del periódico por supuesto “lavado de dinero y defraudación aduanera”.
“El régimen ha perdido su vergüenza pública a nivel nacional e internacional al darse cuenta de que las reacciones de organismos intergubernamentales y de otros Gobiernos son tímidas o no hacen mella en su vocación autoritaria”, dice por escrito en esta entrevista.
Trotti respondió un cuestionario con el tema en caliente, un día después que se conoció que el gerente general de La Prensa, Juan Lorenzo Holmann Chamorro, fue detenido y trasladado a las instalaciones de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) en Managua, mientras la toma del diario más antiguo del país mereció el rechazo tanto nacional como internacional.
La SIP se pronunció contra el bloqueo de insumos del Gobierno al diario La Prensa. El viernes el periódico fue allanado y el sábado su gerente detenido bajo acusaciones de defraudación aduanera y lavado de dinero, ¿cómo valora este ataque a un diario que ha enfrentado a varias dictaduras en sus 95 años de historia?
Nos hemos pronunciado este sábado también por estos dos hechos que se suman a una andanada de atropellos al periodismo y los medios independientes, de la misma forma que lo hicimos cuando allanaron y confiscaron los bienes e inmuebles a Confidencial y 100% Noticias.
En los últimos años el régimen ya no sorprende y hemos aprendido a que está dispuesto a todo, con tal de asegurar la permanencia de la dictadura en el tiempo. El régimen ha perdido su vergüenza pública a nivel nacional e internacional al darse cuenta de que las reacciones de organismos intergubernamentales y de otros Gobiernos son tímidas o no hacen mella en su vocación autoritaria. La historia y la experiencia de los regímenes de Cuba y Venezuela le demuestran que puede seguir censurando en forma periódica, sistemática y constante.
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¿Es una cuestión administrativa o un acto de censura?
Se trata de una estrategia bien planificada en el tiempo. El régimen sabe dar vueltas de tuerca a cada situación, espera que la comunidad internacional reduzca la presión ante un hecho determinado y entonces pega otro golpe. Golpecito a golpecito va cercenando las libertades en el tiempo. En este caso se trata de una medida de censura indirecta que la disfraza con delitos inventados.
Es decir, algunos Gobiernos o personajes autoritarios dan golpes de Estado de un solo tirón. En el caso del régimen de Ortega-Murillo se trata de golpes pequeños, aunque por ser sistemáticos y constantes terminará siendo un golpe tan traumático como cualquier otro.
¿Qué opina la SIP sobre la escalada represiva que ha dejado 32 detenidos desde mayo pasado, entre ellos siete precandidatos presidenciales, y que se ha agravado desde el viernes con el allanamiento a La Prensa?
Es la forma con la que el Gobierno quiere gobernar con impunidad. Nada de esto pasaría si hubiera independencia de poderes en el país, por eso el régimen mucho antes de abril de 2018 venía preparando el paño mediante la destrucción de la oposición, del Congreso y el secuestro de la justicia. Con el Poder Judicial maniatado, con leyes hechas a medida, el régimen ha podido inventar cualquier tipo de censura y justificarla como si fuera legítima. Esto se ve reflejado en allanamiento de La Prensa y la detención de su principal directivo, invocándose el tema de un supuesto delito de lavado de dinero.
¿Qué impacto tiene este paso tomado por el Ejecutivo en la situación democrática del país?
Desde el punto de vista de un régimen no democrático, se trata solo de un paso más para desarticular cualquier amenaza en su contra. Repito, se trata de golpes de Estado a escala pequeña, pero que en la suma es igual de dañino para la democracia. Hablar de democracia en Nicaragua ya es solo una utopía.
Ortega fue uno de los firmantes en 2001 de la declaración de Chapultepec, que reconoció la libertad de expresión como un derecho inalienable del pueblo, ¿cuál es su opinión sobre la relación que el gobernante ha planteado con el periodismo independiente desde 2007?
Uno se puede dar cuenta que en aquel momento firmó la Declaración de Chapultepec para sumarse a otros candidatos e hizo demagogia de que respetaría la libertad de prensa. Recuerdo que cuando firmó pidió perdón en su discurso, por las faltas a la libertad de prensa en su Gobierno anterior. Era difícil creerle, pero se le dio el beneficio de la duda en su momento. Hoy sabemos que no cumplió, solamente disfrazó su vocación autoritaria con la firma aquella vez.
¿Qué opina sobre el riesgo que están tomando los periodistas para informar a la ciudadanía en países como Nicaragua y en qué se diferencia de otras situaciones del periodismo en la región?
Es increíble cómo los periodistas independientes siguen manteniendo el valor de la libertad, en especial en épocas que el régimen tiene maniatada la libertad de los ciudadanos para que se pronuncien y denuncien las atrocidades en las redes sociales.
Desde la SIP valoramos que los periodistas independientes, pese a que son perseguidos, detenidos y torturados, como vemos en la actualidad de Nicaragua, Cuba y Venezuela, mantienen su coraje y viva la luz de la información, a sabiendas que la información y la transparencia son la última línea de defensa de la democracia o lo poco que queda de ella.
La buena historia de Nicaragua quedará registrada en el futuro gracias al buen trabajo de periodistas independientes y ciudadanos que aman la democracia. La historia se tragará a los autoritarios y su poder, quedarán como el mal ejemplo a seguir, de ahí que no se entienda a este tipo de regímenes que saben que quedarán condenados para siempre en el tiempo.
¿Qué propone hacer la SIP y la prensa continental ante el asalto a La Prensa?
Nuestro valor radica en el poder de la denuncia, de registrar cada detalle para que, en el futuro, cuando llegue la época de la condena, se tenga la evidencia concreta sobre las atrocidades cometidas.
Además de la denuncia, la SIP también seguirá ayudando a crear conciencia ante la opinión pública internacional y ante organismos multilaterales y Gobiernos democráticos para que se tome acción y se aísle cada vez más a regímenes totalitarios como el de Nicaragua.