8 de noviembre 2020
Al menos cinco comunidades indígenas de la Costa Caribe Norte de Nicaragua fueron arrasadas por el Huracán Eta, que este martes impactó en categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, y provocó prolongadas precipitaciones en el norte del país, antes de continuar su trayectoria a Honduras y Guatemala, donde también dejó severos daños materiales, más de veinte fallecidos y decenas de desaparecidos.
Las comunidades indígenas de Halouver, Klingna, Lamlaya, Wounta, y Wawa Bar, en su mayoría habitadas por miskitos, quedaron destruidas totalmente por Eta, que abandonó el país el miércoles degradado en depresión tropical.
El Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo aún no han cuantificado los daños en esas comunidades y han sido los lugareños quienes han informado al respecto por medio de vídeos y fotografías que han difundido a través de las redes sociales tras regresar a sus casas. El presidente Ortega tampoco ha tenido ninguna aparición pública durante la emergencia.
“Halouver no era así. Está totalmente destruido. Así que va a ser una trayectoria larga la reconstrucción”, dijo un habitante del lugar que grababa un vídeo tras caminar sobre los escombros.
Antes de Eta, Halouver era un pequeño paraíso caribeño, con playas blancas llenas de palmeras, aguas cristalinas y casas de colores llamativos construidas de madera. Dicha escena, digna de una postal, se replicaba en las otras cuatro comunidades afectadas.
Pero el huracán lo cambió todo. Las palmeras fueron arrancadas de raíz o partidas en dos por los fuertes vientos de Eta, y las casas quedaron hechas astillas, mientras que los escombros sobresalen de la arena, según las imágenes que han sido compartidas.
Los primeros pobladores en regresar a las comunidades, compuestas por varias centenas de habitantes, han sostenido que las mismas se encuentran inhabitables.
Las autoridades no se han referido a dichas comunidades, ni sobre sus habitantes, de los cuales solamente una parte logró ser evacuada hacia la ciudad de Bilwi, que también resultó seriamente afectada por Eta, mientras que el resto buscó lugares seguros por su propia cuenta, según han informado algunos familiares.
Devastación en más de una década
Diferentes organismos defensores de los derechos humanos continuaron sus reclamos sobre la prohibición por parte del Gobierno de acopiar ayuda para los damnificados.
Eta dejó un rastro de destrucción en Nicaragua que no se observaba desde el huracán Félix, que cobró la vida de más de 100 personas en 2007, también en la Región Autónoma la Costa Caribe Norte (RACCN), una zona despoblada y pantanosa, y de las más vulnerables y pobres del país, que acoge a cerca de 500 000 habitantes, en su mayoría indígenas miskitos, creoles y mestizos.
Las dos personas que murieron en un deslizamiento de tierra el martes en la RACCN, horas después del impacto de Eta en Nicaragua, no han sido reconocidas por las autoridades.
Aunque Eta abandonó Nicaragua, sus efectos podrían permanecer en los próximos días, ya que sus remanentes continúan causando inundaciones en el norte del país, según informó el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred).
Eta entró la tarde del tres de noviembre a territorio nicaragüense como un huracán de categoría cuatro a 25 kilómetros al sudeste de Bilwi, en la Costa Caribe Norte.
Norte de Honduras devastado
Mientras tanto, la depresión tropical Eta dejó a su paso por Honduras 23 fallecidos, dos personas desaparecidas, más de 1.6 millones afectadas y más de 16 000 rescatadas, informaron este viernes autoridades de protección civil.
“Lamentablemente dentro de las estadísticas preliminares tenemos la muerte de 23 compatriotas” como consecuencia de las lluvias causadas por Eta, dijo la jefa de Operaciones de la estatal Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Yanci López, en una comparecencia de prensa.
El país centroamericano ha habilitado 170 albergues temporales, la mayoría en el departamento de Cortés, en el norte, para más de 9000 personas que integran 1939 familias.
“Hemos trabajado para poder activar albergues y en las acciones de evacuación, en conjunto con los cuerpos de socorro”, enfatizó López.
Más de 1.66 millones de personas han resultado afectadas, 4280 evacuadas y 16 369 rescatadas en varias regiones del país, principalmente de Cortés, donde cientos de familias continúan esperando que las autoridades les ayuden a salir después que sus viviendas se inundarán.
También se reportan la destrucción de 20 puentes y 219 104 manzanas de cultivos, y daño en 905 carreteras.
El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, dijo que la situación en el valle de Sula es “muy difícil”, tras realizar una visita de trabajo por la zona y reafirmó que toda la persona que ha sido afectada “no la vamos a dejar de la mano”.
Panorama desolador en Guatemala
En Guatemala, la depresión tropical Eta dejó un panorama desolador, con docenas de poblados bajo el agua por inundaciones y al menos 150 personas fallecidas y desaparecidas en diversos incidentes.
La principal preocupación de las autoridades guatemaltecas en las últimas horas se centra en una aldea del departamento de Alta Verapaz, donde se presume que 150 viviendas han quedado soterradas por un alud.
La aldea Quejá, a 205 kilómetros al norte de la Ciudad de Guatemala es de difícil acceso debido a su ubicación remota, aún más por diversos derrumbes en la carretera y la nubosidad del sector.
“El panorama es complicado en el área”, aseguró al mediodía de este viernes el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei.
Hasta el cierre de esta edición, solamente una brigada del Ejército de Guatemala ha logrado avanzar a la aldea, tras caminar 12 horas por una zona montañosa, y según detalló la institución militar, en las 150 viviendas soterradas habría alrededor de 100 personas fallecidas.
Los cuerpos de socorro han batallado por llegar a la aldea, pero los deslizamientos de tierra han impedido el avance de unos 60 rescatistas a ocho kilómetros del poblado, según informaron medios locales.
El presidente guatemalteco indicó, sin embargo, que la cifra de 150 personas fallecidas y desaparecidas es “extraoficial” a la espera de más información.
La última actualización oficial de datos por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) señala que ocho personas han muerto por las lluvias provocadas por Eta y otras 18 están desaparecidas desde el ingreso del fenómeno meteorológico a Centroamérica, el martes.
Las muertes y desapariciones oficiales se han registrado principalmente por derrumbes en el departamento de Alta Verapaz (norte), pero también en Huehuetenango (noroeste), Quiché (noroeste) y Guatemala (centro).
Según la Conred, las lluvias de Eta han generado 179 incidentes, entre derrumbes, deslizamientos, puentes destruidos y poblados afectados.
Las autoridades de protección civil también informaron que 943 viviendas han sufrido daños y 134 hogares se encuentran en riesgo, por lo que han sido evacuadas 4625 y otras 4724 han sido hospedadas en albergues de Conred.
En la tarde del jueves, el Gobierno guatemalteco decretó estado de calamidad en ocho de los 22 departamentos del país debido a los daños ocasionados por la depresión tropical.