16 de enero 2024
Los 19 religiosos nicaragüenses desterrados por la dictadura orteguista fueron sacados del país en un vuelo especial de Conviasa —la aerolínea bandera del Gobierno de Venezuela—, que recorrió la ruta: Managua-Caracas-Madrid-Roma, según fuentes ligadas a la Iglesia católica y el registro del vuelo.
Según el itinerario del vuelo VCV9721, el avión partió el sábado 13 de enero de 2024 del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, a las 5:45 a. m. y aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, en Caracas, Venezuela, a las 10:14 a. m.
Según Noticias del Vaticano, uno de los 19 religiosos se quedó en Caracas, y los otros 18 continuaron el viaje hacia Madrid, España, y luego hasta Roma, Italia, donde arribaron el domingo 14 cerca de las 7:00 p. m. (hora local). Los religiosos fueron trasladados por tierra al Vaticano.
Conviasa no incluye la ruta Nicaragua-Venezuela en sus itinerarios internacionales establecidos. Solamente tiene una ruta, que conecta La Habana, Cuba, con Managua y viceversa. Por esta razón, el viaje de destierro de los sacerdotes —entre ellos los obispos Rolando Álvarez e Isidoro Mora— fue especial, parte de los servicios chárteres que ofrece la aerolínea.
La línea aérea estatal específica, en su sitio web, que este tipo de vuelos son ideales para “instituciones y compañías”. El único requisito para realizar el viaje internacional es contar con un grupo de 15 pasajeros adultos a más.
Se desconoce si la dictadura orteguista, el Vaticano o el régimen de Nicolas Maduro, asumieron el costo de este viaje. Los primeros ocho religiosos desterrados, como parte de un grupo de 222 expresos políticos, viajaron en un avión financiado por USAID, como parte de la “Operación Nica Bienvenidos”, que ocurrió el 9 de febrero de 2023.
El viaje de los otros 12 sacerdotes desterrados al Vaticano, en octubre de 2023, fue producto de “sostener fructíferas conversaciones con la Santa Sede”, indicaron en un comunicado sin determinar los pormenores del viaje.
El régimen orteguista confirmó, este domingo 14 de enero, el destierro de los 19 religiosos, gracias a “acuerdos con la Santa Sede que han garantizado el envío y recibimiento en el Vaticano” de dos obispos, quince sacerdotes y dos seminaristas.
Desde 2023 a la fecha, el régimen orteguista ha desterrado a 39 religiosos, ocho a Estados Unidos y los otros 31 hacia la Santa Sede. En todos los casos el patrón ha sido el mismo: primero los acosa, los amenaza, los secuestra y somete a desaparición forzada por días y posteriormente, los destierra.
Destierro como política de Estado
Opositores nicaragüenses en el exilio alertaron que el régimen impone a la fuerza el destierro de críticos y disidentes como una política de Estado, sin consecuencias.
La poeta y escritora Gioconda Belli, quien también fue despojada de su nacionalidad, dijo en la red social X que “el destierro como política de Estado es síntoma de la más ilegal y cruel intolerancia del régimen de Nicaragua”.
El destierro como política de Estado es síntoma de la más ilegal y cruel intolerancia del régimen de Nicaragua. “Ojos que no ven, corazón que no siente” es el remedio de su arrogancia para ignorar como destruyen el espíritu democrático y los derechos ciudadanos.
— Gioconda Belli (@GiocondaBelliP) January 14, 2024
Belli, ganadora del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, dedicó incluso un poema —publicado en CONFIDENCIAL— a los religiosos expulsados en la víspera al Vaticano, en el que considera que los sacerdotes llegaron a Roma en un viaje “no deseado” y que, “a cambio de salir del duro calabozo del encierro vil y desalmado”, tenían que aceptar ser desterrados.
“Reemplazar la cárcel con el destierro implica cambiar una injusticia por otra igualmente grave”, señaló el dirigente opositor desnacionalizado y expulsado de Nicaragua, Miguel Mora, en su cuenta de la red social X (antes Twitter), al comentar la excarcelación y expulsión hacia el Vaticano de los religiosos, que estaban privados de libertad.
Mora, fundador, propietario y exdirector del canal de televisión 100 % Noticias, clausurado por las autoridades en medio de la crisis que atraviesa Nicaragua desde 2018, anotó que el exilio forzado constituye un crimen de lesa humanidad y no debería ser considerado como un alivio ni tolerado por la comunidad internacional.
“El destierro no significa liberación, más bien es una nueva e inaceptable violación de los derechos humanos”, argumentó Mora.
Ortega destierra a incómodos
“El destierro es una forma de muerte”, afirmó la doctora nicaragüense Anely Pérez Molina, miembro de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, quien fue excarcelada y expulsada en marzo de 2023 hacia Estados Unidos.
“No podemos acostumbrarnos ni normalizar el destierro”, abogó, por su lado, la activista nicaragüense desnacionalizada Haydée Castillo, para quien “el destierro es también un crimen de lesa humanidad”.
La organización Unidad de Defensa Jurídica (UDC) observó que el destierro se ha convertido en Nicaragua en “una práctica del régimen Ortega-Murillo para deshacerse de quienes le son incómodos”, y que la misma “es una flagrante violación a los derechos humanos en Nicaragua que continúa en la impunidad”.
“El destierro, por tanto, desplazamiento forzado, ha sido la política de excarcelación que ha ejercido el régimen, lo cual constituye crímenes de Estado que la comunidad internacional debe denunciar y sancionar”, señaló el organismo nicaragüense Urnas Abiertas.
Lo triste de esto es que una se alegra de verlos libres. Pero el destierro no es una solución. Debiesen estar libres en su país como tantos y tantas nicaragüenses en el exilio. El régimen Ortega- Murillo no tiene límites. https://t.co/SKOo3gSOiS
— Antonia Urrejola (@An_Urrejola) January 14, 2024
La exministra chilena de Relaciones Exteriores Antonia Urrejola también se sumó al debate a través de la red social X, en donde comentó que lo triste de la excarcelación de los obispos y sacerdotes en Nicaragua “es que una se alegra de verlos libres, pero el destierro no es una solución”.
*Con información de EFE.