30 de septiembre 2023
Javier “siente que la soga se va cerrando” en alusión a la persecución en su contra. Es vigilado por la Policía y operadores del régimen orteguista, que criminalizan su labor de defensor de derechos humanos. Hace un mes solicitó el parole humanitario tras buscar un patrocinador por semanas, pero ahora, le angustia la posibilidad que el programa sea anulado por un juez federal en Estados Unidos. Eso implicaría que él –como miles en lista de espera de aprobación– queden a la deriva autoritaria de la dictadura de Daniel Ortega.
“La situación es de incertidumbre. Estoy apuradísimo porque me den una respuesta del parole, porque va a llegar un momento en que no va a haber nada qué hacer. Sin poder salir (del país)”, dice preocupado.
Karla, otra nicaragüense que espera respuesta, comparte la desesperación de Javier. Solicitó el parole humanitario desde mayo, después que la Policía llegó a su casa y le informó que está “bajo investigación”. Han pasado más de cien días y aún no recibe respuesta de su proceso.
Karla vive en zozobra porque teme varios escenarios: un secuestro policial, la negación del parole –como ocurrió a una colega suya– y más recientemente, el bloqueo definitivo del programa migratorio. Esa sería su sentencia para quedarse en Nicaragua.
“Si no me sale eso –el parole humanitario– ni modo. Yo me quedo. Asumo lo que tenga que asumir”, dice resignada. Migrar de forma irregular no es opcional, debido a varios problemas de salud.
Luis también contabiliza más de cien días en espera de la aprobación del parole humanitario. Se exilió en Costa Rica antes que la Policía del régimen orteguista lo secuestrara y el Poder Judicial lo acusara –en ausencia– de los delitos de propagación de noticias falsas y conspiración para el menoscabo, en una redada ejecutada en mayo contra más de cincuenta personas en trece departamentos del país.
En Costa Rica es solicitante de refugio, pero reconoce que el proceso camina despacio. A sus 53 años enfrenta muchas barreras para insertarse en el mundo laboral, incluso, de manera informal. Sumado a ello, el alto costo de vida es casi insostenible.
Migrar legalmente a Estados Unidos es la opción más viable para Luis, donde vivió su primer exilio, cuando huyó del Servicio Militar, impuesto por el Frente Sandinista en la década de los ochenta. Considera que su adaptación sería mucho más rápida porque sabe cómo funciona el país, sus leyes y domina el idioma.
Más de 20 000 nicaragüenses en lista de espera
El programa del parole humanitario permite a migrantes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití, viajar, vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos por dos años. Hasta la tercera semana de agosto, más de 30 700 connacionales emigraron a Estados Unidos, con este programa. Sin embargo, más 20 000 nicaragüenses siguen en la lista de espera de aprobación, según datos revelados por la cadena estadounidense CBS News. Entre ellos, Luis, Karla y Javier, perseguidos políticos por el régimen orteguista.
Los tres están desesperados por salir de Nicaragua, pero no hay forma de saber en qué momento se aprobará su solicitud. Solamente les queda seguir esperando, señalan. El programa autoriza hasta 30 000 permisos para ciudadanos de los cuatro países beneficiarios.
El 24 de agosto, inició el juicio por la demanda de 21 estados republicanos contra el programa parole humanitario aprobado por el Gobierno del demócrata Joe Biden. Este 29 de septiembre, el juez federal a cargo del caso, Drew Tipton, escuchó los argumentos finales de ambas partes. Sin embargo, su resolución podría tomar meses, según explicaron abogadas a CONFIDENCIAL.
Con este programa han migrado unos 200 279 ciudadanos de Nicaragua, Haití, Venezuela y Cuba los primeros tres trimestres de 2023.
Cancelar el parole “sería un golpe duro”
“Quiero ser optimista” dice Luis sobre la decisión final del juez. La cancelación del programa “sería un golpe duro para los nicaragüenses, sobre todo, los que están esperando y siguen resistiendo en Nicaragua el asedio y amenaza del régimen. Creo que sería bastante devastador y desesperanzador”, considera.
Previendo cualquier escenario, Luis, también aplicó al programa Movilidad Segura, que permite a migrantes nicaragüenses y venezolanos en Costa Rica viajar a Estados Unidos de forma legal con apoyo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y otros socios.
“Lo hice porque no tenía seguridad por el juicio del parole… He recibido tres llamadas de parte de ACNUR solicitando información. Estoy en el proceso de espera”, indica. Son alternativas ante la incertidumbre, justifica Luis.
Javier quería migrar a España regularmente, pero no encontró un programa viable para él. Había descartado el parole porque no tenía familiares cercanos en Estados Unidos y porque personas desconocidas cobraban hasta 4000 dólares por ser sus patrocinadores. Después de tanto insistir, logró que un familiar político hiciera su solicitud.
“Se guarda la esperanza de que sea posible continuar con este beneficio de parte de los Estados Unidos”, dice Javier. Él compara la situación sociopolítica de Nicaragua con un terreno minado porque, en cualquier momento, el régimen activa una nueva ola represiva.
“Esa lista de espera es como esa posibilidad de libertad, porque ciertamente Nicaragua es una gran cárcel”, expresa.
Se mantiene proceso de aplicación a parole
Carolina Sediles, integrante de la Alianza Nicaragüense Americana para Derechos Humanos (Nahra, por sus siglas en inglés), explica que mientras no haya una resolución sobre el juicio contra el parole, todo el proceso de aplicación al programa continúa igual. Los patrocinadores pueden seguir completando el formulario a favor de sus beneficiarios.
Según Sediles, si se cancela el parole, se esperaría mayor agilidad en los procesos de refugio, asilo y TPS. Esto igual tendría un impacto directo en las personas que requieren protección internacional, ya que el parole deja por fuera a los nicaragüenses que no cuentan con un pasaporte. En Nicaragua, obtener ese documento “es un lujo”, porque el régimen controla a quién entrega, retiene o niega el pasaporte.
La abogada de inmigración, Diana Albite, explica que –por el momento– queda esperar el dictamen del juez. Afirma que continuar con las aplicaciones dependerá de cada persona. La especialista admite que, sí alguien recurre a una asistencia legal para el proceso de parole y el programa es suspendido, perderá el dinero invertido. Por eso, algunos ciudadanos prefieren esperar y otros seguir aplicando, explica.
Cuestionan beneficio del parole para simpatizantes rojinegros
Para Karla el programa ha beneficiado mucho más a trabajadores del Estado y simpatizantes orteguistas, que a personas como ella, urgen salir del país para resguardar su libertad y aún espera la aprobación.
El 27 de julio, el subsecretario de política fronteriza e inmigración del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Blas Núñez-Neto, explicó que “hay un proceso muy profundo de revisar a los patrocinadores y a los que se benefician del parole”.
“Todas las personas que se procesan en base a parole humanitario se examinan en contra de todos nuestras bases de datos de Seguridad Nacional y Seguridad Pública, y las personas que tienen alguna información derogatoria no se dejan entrar por este proceso”, expresó. Asimismo, el patrocinador debe explicar por qué el beneficiario es meritorio del parole.
Luis considera que el parole sí ha facilitado la migración de personas afines al régimen, pero a la vez, también ha sido una puerta segura para opositores que se involucraron en la lucha cívica y son perseguidos. “Ha habido un poco de todo”, señala. Por eso, él espera que el programa siga vigente. Javier también asegura que el programa ha beneficiado a muchas personas que estaban en riesgo, y por eso, dice, “estamos expectantes”. Él reza todos los días para que no haya ningún impedimento en contra del programa y pueda salir de su país cuando aprueben su solicitud.