1 de diciembre 2019
Los 16 ciudadanos arrestados por llevar agua a las madres que estaban en huelga de hambre en el templo San Miguel Arcángel, de Masaya, fueron presentados ante un juez la noche de este sábado 30 de noviembre, el que decidió remitirlos a juicio el 30 de enero de 2020, a las diez de la mañana.
En un tweet, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), rechazó “este proceso judicial viciado en contra los 16 jóvenes que lo único que hicieron fue mostrar solidaridad”.
La audiencia se extendió hasta aproximadamente las 2:30am, porque “previo a la celebración de la misma, se resolvió un incidente de nulidad por inobservancia a la Constitución y al debido proceso, un recurso de reposición, y la solicitud de un sobreseimiento por la atipicidad. Sin embargo, como sabemos que el judicial está parcializado, las tres peticiones se declararon sin lugar”, refirió un padre de familia, informado a su vez por uno de los abogados defensores.
Aunque el abogado Julio Montenegro y varios de sus colegas refrendaron su extrañeza por el día y la hora a la que fue citada la audiencia, todos decidieron presentarse para enfrentar a los fiscales y jueces del régimen, empeñados en condenar por “tráfico ilegal de armas” a quienes iban cargados de botellas de agua.
@cenidh exige al régimen de Ortega-Murillo que libere a todos los presos políticos. #NavidadSinPresosPolíticos #LaSolidaridadNoEsDelito #RespetoALosDDHH
— Cenidh (@cenidh) December 1, 2019
La presentación de ese incidente, el recurso y la solicitud, explica que la audiencia haya concluido hasta altas horas de la madrugada, y que hubiera requerido que abogados y reos estuvieran despiertos hasta las cuatro de la mañana.
Montenegro explicó que “se requería todo ese tiempo para dejar marcados todos los vicios del proceso. Cada uno de los siete defensores tomó entre 25 y 35 minutos para presentar sus alegatos, y el Ministerio Público tuvo que responder a cada uno de ellos”.
Con todo, no toda la noche fue aburrida. Los acusados tuvieron la oportunidad de reír con ganas cada vez que el fiscal defendía su labor acusatoria, asegurando que él obraba “con rectitud y sin hacer falsas imputaciones”.
“Sentí que los muchachos estaban más aclimatados”, dijo Montenegro, recordando que “en la audiencia preliminar, dos de las muchachas se veían muy afectadas: una vomitó sangre, y otra tiritaba de frío; pero ahora los veo más tranquilos”, aseveró.
Grethel Gómez, madre del acusado Hansell Quintero, se quejó de la forma en que las autoridades trataron a los 16. “Los muchachos no sabían que iban a juicio, así que no estaban listos para salir. Los tuvieron sentados tres horas en un vehículo sin agua, sin acceso a servicios higiénicos, y no les dieron ni un café, hasta las 4:30 am que se los llevaron de regreso”, aseveró.
A Gómez le parece natural que el juez declarara ‘sin lugar’ los tres recursos, porque “todo esto es un show político”.
Mientras se acerca la fecha del 30 de enero, el defensor Montenegro explica que él y sus colegas tienen “algunas expectativas, porque lo que tenemos es una programación del juez de audiencia, pero el juez de juicio es quien decidirá si mantiene esa fecha, la adelanta, o retrasa”.
“Lo otro es que aún no sabemos quién será el juez. ¿Será Adela Cardoza, Edgard Altamirano?, no sabemos, y dependiendo del juez, veremos qué mecanismos vamos a utilizar como un grupo fuerte, porque hay jueces que son más cerrados”, recordó.
Navidad sin presos políticos
Mientras los 16 enfrentaban a la maquinaria judicial del régimen, que los condenó de facto a pasar navidad en la cárcel, cerca de medio centenar de parientes de reos políticos, organizó una vigilia en el complejo de edificios Cobirsa, en carretera a Masaya, para manifestarse en reclamo por “una navidad sin presas ni presos políticos”.
En los alrededores, poco más de una docena de patrullas policiales seguía de cerca su actividad.
“Teníamos la esperanza de entrar a la audiencia de los chicos, y si no nos dejaban entrar, venir a hacer esta vigilia para pedir por una navidad sin presos ni presas políticas. Para todos, no solo para estos últimos 16 presos políticos. Pedimos que salgan todos”, dijo a CONFIDENCIAL Darling Hernández, familiar de los detenidos Melvin Peralta y Derlin Hernández.
“Este es un acto en solidaridad, no solo con los aguadores, sino con los 161 presos políticos y siete ciudadanos desaparecidos”, dijo por su parte, la señora Grethel Gómez, madre del reo Hansell Quintero.
“Como familiares, sabemos cuál es el dolor que se siente tener preso a alguien, en este caso, a mi hijo. No queremos que haya más represión, y vamos a trabajar para que en esta navidad no haya más presos ni presas políticas en las cárceles de Nicaragua”, prometió.
“Esta es nuestra forma de pedirle al gobierno que muestre su amor. Basta ya de ese falso discurso. No se puede tapar el sol con un dedo. Hay 161 presos políticos en las cárceles, y no los pueden criminalizar a todos”, añadió.
Somos ciudadanos
La madre retó al mandatario y a su esposa “que demuestren que tienen paz y amor. Que saquen a nuestros presos políticos; que permitan la entrada de los organismos de derechos humanos, para que validen, tanto a los que ellos reconocen como sus víctimas, como a nuestras víctimas”.
“El pueblo entero es víctima de una dictadura que nos ve como su propiedad, como un animal dentro de una finca, pero tenemos sentimientos, tenemos valores, y uno de esos valores es la solidaridad, y por eso nos hemos planteado que no haya ninguna familia que tenga un preso político en esta navidad”.
En referencia a la fuerte presencia policial tendida en los alrededores del sitio elegido para la vigilia, Hernández refirió que “siempre estamos asediados por tipos en motos, tomándonos fotos, que nos siguen donde vamos, pero si queremos tener éxito tenemos que hacerlo a pesar de eso”.
Explicó que ya no sienten miedo a título personal “porque esto es diario. Desde que nuestros familiares cayeron presos, todos los días nos asedian y nos persiguen, de modo que uno se acostumbra un poco a eso, y aunque sintamos miedo, ya no nos vamos a dejar intimidar, porque no vamos a descansar, hasta que todos los presos políticos salgan”, aseguró.
“Sí hay temor de que puedan vengarse en ellos porque nosotros estamos acá pidiendo su libertad. Ninguno de nosotros pidió estar en esto, pero de alguna forma, creo que toda Nicaragua -no solo nosotros- tenemos ese temor”, admitió.
Para Federico Coppens, padre de la reencarcelada Amaya Coppens, tener que volver a vivir el calvario de buscar a su hija en los juzgados y cárceles de la dictadura (después que ella ya había sido liberada en junio) “es como una pesadilla que vuelve una y otra vez”.
El padre comprende que, más allá de las huelgas de hambre y las protestas, la salida a esta situación se dará por una vía específica: “El juicio es un proceso político, por esa razón la solución tiene que ser política”, dijo enfatizando en que “del sistema judicial no podemos esperar nada”.
Libertad para todos
Durante la vigilia, los familiares de los reos políticos leyeron una proclama con la que dieron inicio a la campaña ¡Navidad sin ninguna presa, ni preso político!
“Nuestras hijas e hijos, hermanos y hermanas, padres y madres, son prisioneros por pensar diferente, por pretender ejercer su derecho constitucional a la protesta, por tratar de ejercer su libertad de expresión y hasta de religión”, señalan.
Ellos ven cómo todo el aparato estatal subordinado a Daniel Ortega se ha coludido para inventar cargos y fabricar pruebas, con el fin declarado de condenarlos… si es que antes no se ve obligado a usarlos como fichas para negociar.
Por ello, además de exigir “la liberación inmediata e incondicional de la totalidad de las presas y presos políticos”, piden al pueblo de Nicaragua “sumarse a nosotros en una campaña para lograr una Navidad sin ninguna presa, ni preso político. Nadie, ni uno solo, debe quedarse en las mazmorras de la dictadura. Todos los presos políticos deben ser liberados”, demandan.
También exigen que se permita la presencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, “para que constaten la situación de nuestros familiares, así como las persecuciones de que son objeto los excarcelados y las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses”.
Finalmente, piden “a sacerdotes, religiosos, religiosas y pastores, a dedicar sus cultos y servicios, misas y oraciones a la libertad de todos los presos políticos. A cada nicaragüense le pedimos una acción cada día de este mes de diciembre para que nuestros familiares sean liberados”, concluye.