13 de junio 2024
El régimen de Daniel Ortega ha recrudecido el hostigamiento a las iglesias evangélicas en Nicaragua, con el cobro “injustificado” de multas a más de 20 pastores, que ascienden a más de 20 000 córdobas. La investigadora, Martha Patricia Molina, que documenta las violaciones a la libertad religiosa en el país, expresó que la dictadura castiga a quienes no “le obedecen”.
“Recientemente me he reunido con un grupo de pastores cristiano-evangélicos y ellos me han expresado que el Ministerio del Interior (Mint) llegó a hacerles un cobro injustificado de multas que ellos ni saben sobre qué es”, detalló Molina durante una entrevista con el programa Esta Noche.
Detalló que cuando los pastores pidieron una explicación sobre la multa, la respuesta del Mint fue que “si seguían preguntando a qué se debía esa multa y no la iban a pagar inmediatamente iban a quitar sus bienes, o sea confiscar”.
Otra de las amenazas realizadas por la dictadura a estos pastores fue el cierre de los templos donde predican, por lo que debieron pagar “obligatoriamente” las multas. "Obligatoriamente han tenido que pagar este dinero e imagino que esto va a continuar”, agregó la investigadora y autora del informe, "Nicaragua: una Iglesia perseguida".
Molina dijo que la arremetida contra estas iglesias es una represalia contra los líderes evangélicos que no comulgan con las decisiones del régimen Ortega-Murillo.
“Ya miramos el año pasado como los obligaron a pagar el impuesto sobre bienes inmuebles y así sucesivamente van a ir inventando nuevos cobros injustificados y que van a tener que hacer, si no pierden las propiedades”, destacó la investigadora.
Sigue la persecución a la Iglesia católica
Molina indicó que el silencio impuesto por la dictadura a los líderes de la Iglesia católica se mantiene, porque aún sufren hostigamientos dentro de las iglesias con la vigilancia de agentes policiales, paramilitares y miembros de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC).
“Recientemente, hace como una semana, otro sacerdote salió al exilio y aproximadamente hay cinco más que quieren salir únicamente porque la Policía los sigue asediando de una manera que ya no soportan estar en el país”, apuntó.
Además, expresó que las arbitrariedades en contra de la Iglesia se dan “para siempre ponerla en dificultad y que busque como someterse o supeditarse a las orientaciones que emanan de la dictadura”.
Según Molina el silencio es una “orden” desde el Vaticano, por lo que los sacerdotes y obispos deben guardar “obediencia”.
El silencio del obispo Álvarez
Ese silencio del que habla la investigadora alcanzó al obispo desterrado Rolando Álvarez, quien en las últimas semanas se le vio por primera vez en fotografías recibiendo premios y compartiendo con religiosos en España.
“Ya no estamos viendo aquel obispo Álvarez que hablaba y defendía a las personas, a los derechos humanos. Es precisamente por eso, por el silencio que está impuesto a todos los obispos y los sacerdotes y esto creo que se va a extender, no sé hasta qué tiempo”, advirtió.
La investigadora considera que queda en manos de los laicos asumir el rol de denuncia para que la comunidad internacional esté enterada de que "no existe normalidad en Nicaragua".