27 de enero 2018
La poeta Claribel Alegría fue despedida este sábado 27 de enero, en la mañana, por sus familiares y amigos en una ceremonia realizada en la Iglesia de Las Sierritas, Santo Domingo, en Managua.
El cuerpo de Claribel fue cremado y combinado con las cenizas de su esposo, el escritor y diplomático estadounidense Darwin J. Flakoll, quien falleció hace veinte años y permanecía en el sepulcro que está frente a la Iglesia de Las Sierritas, el mismo en el que ahora permanecerán los restos de la poeta.
“El deseo de mi madre era que una parte de su cuerpo quedara en Nicaragua, con vista hacia el Momotombo y el Momotombito, y la otra parte se fuera a El Salvador, donde también estaban los suyos”, dijo Daniel Flakoll Alegría, uno de sus hijos.
El Ministerio de Cultura de El Salvador realizará un homenaje a la poeta en las próximas semanas. Carlos Asensio, embajador del país cuscatleco en Nicaragua, expresó que el pueblo salvadoreño se siente agradecido por esa última voluntad de la poeta, de que sus cenizas estuvieran en aquel país.
“Para los salvadoreños Claribel fue una compatriota de mucho talento en el campo de la literatura y que nos deja un legado de tremendo valor al que hay que acudir en situaciones difíciles que estamos viviendo en la época contemporánea, ahí están los valores que deja sentado Claribel y su gran calidad humana y su alta sensibilidad social”, manifestó Asensio.
Su legado
Claribel Alegría fue galardonada en noviembre pasado con el Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía, considerado el más importante de su género en español.
También fue relacionada con la denominada “generación comprometida” —de la que formaron parte escritores como el salvadoreño Roque Dalton—, lo que ella rechaza. “Dicen que mi poesía es comprometida, pero no es una poesía comprometida. Lo que pasa es que el sufrimiento de mis pueblos se refleja en mí, porque yo soy ser humano antes de ser poeta y me duele mucho lo que sufren mis pueblos”, expresó Claribel en una de sus entrevistas.
Claribel Alegría cuenta con una vasta producción literaria. Su obra incluye, además de la poesía, novelas, ensayos, historia. Ha documentado momentos claves de la historia reciente del país, como la revolución sandinista y el asesinato del dictador Anastasio Somoza Debayle. Gran parte de su obra literaria la comparte con su esposo Darwin J. Flakoll, fallecido hace más de veinte años.
Gioconda Belli, escritora y presidenta de PEN internacional Nicaragua, destacó que el legado de Claribel, además de su poesía dulce y trabajada, es también el ejemplo de vida comprometida con los pueblos, con Centroamérica, su capacidad de amar y esa lección de que hay que vivir intensamente, dar mucho amor para recibirlo, y ser claro y alegre, tal y como ella lo era.
“Debería existir un esfuerzo para que las nuevas generaciones conozcan más a Claribel. Deseo que haya un esfuerzo del Estado para que todos conozcan las maravillas de Claribel”, finalizó Belli.