8 de agosto 2020
La fiesta religiosa popular de la “Gritería Chiquita”, en honor a la Virgen de la Asunción, es el nuevo capítulo de desencuentros entre la Iglesia Católica de Nicaragua y el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Las relaciones entre la Iglesia Católica y los sandinistas, que han estado marcada por roces y desconfianzas en los últimos 41 años, se han tensado a raíz de la quema de la venerada imagen de Sangre de Cristo en una capilla de la Catedral de Managua, la semana pasada, la cual estuvo precedida de una ola de profanaciones contra templos en toda Nicaragua.
Mientras el obispo de la diócesis nicaragüense de León, Socrates René Sandigo, llamó a la feligresía a celebrar este 14 de agosto una “gritería de penitencia” desde los hogares, debido a la pandemia de la covid-19, los sandinistas convocaron a colocar altares en las casas y salir a las calles a rezar a la Virgen de la Asunción.
“Vamos a celebrar la Gritería chiquita en una actitud de contrición, recogimiento y confianza en la Virgen de la Asunción, de manera que se convierta en una verdadera gritería de penitencia”, anunció el obispo, desde el púlpito.
La posición de la Iglesia Católica no fue del agrado de los sandinistas, que además de anunciar que celebrarían la tradición religiosa, lanzaron improperios contra los sacerdotes.
Sandinistas la celebrarán
“Ningún obispo, ningún sacerdote nos va a decir que no vamos a celebrar las tradiciones populares”, respondió el dirigente sandinista en León, Camilo Báez, hijo de la diputada oficialista y exguerrillera Gladyz Báez.
El hijo de la legisladora dijo que el próximo viernes celebrarán la gritería en los barrios “para que la gente demuestre ese fervor religioso que tienen hacia la Virgen”, pero que tomarán las medidas de higiene y seguridad por la covid-19.
“Nosotros no dependemos de una iglesia, somos un país laico, no dependemos, no estamos subordinados a una iglesia, entiéndanlo, sacerdotes golpistas”, señaló.
“Son ustedes (sacerdotes) los principales promotores de la destrucción de Nicaragua (...). Padres golpistas pongan su barba en remojo, que el pueblo ya las conoce. La mayoría son borrachos, pedófilos y homosexuales”, lanzó, sin presentar pruebas.
Obispo: Moderen gastos
“La Gritería Chiquita” es una demostración de fe popular con cantos y oraciones agradeciendo a la Virgen María el fin de la erupción del Cerro Negro, de 728 metros sobre el nivel del mar y uno de los más activos de Nicaragua, en 1947.
Después de los ruegos de los pobladores de la ciudad de León —90 kilómetros al noroeste de Managua—, la actividad del Cerro Negro cesó y, creyendo que era un milagro, las autoridades eclesiales de la época establecieron que cada 14 de agosto se celebrara en todos los municipios de ese departamento el día de la “Gritería chiquita”, en el que se canta a la Virgen y se reparten golosinas.
La actividad consiste en recorrer las calles de León y visitar altares en honor a la Virgen, con cánticos y rezos a la vez que se grita “¿Quién causa tanta alegría?”, a lo que se responde: “La Asunción de María”.
A cambio de rezar y cantar, los feligreses reciben dulces, frutas, trozos de caña de azúcar y en algunos casos pequeñas bolsas con arroz, fríjoles, azúcar y otros tipos de regalos en medio de la quema de abundante pólvora.
Para este año, sin embargo, por la pandemia del coronavirus y la crisis económica, el obispo Sándigo invitó a los católicos a moderar sus gastos, y más bien utilizar los recursos “para atender la carencia de vecinos y conocidos, compartiendo con ellos bienes, especialmente alimenticios”.