20 de julio 2020
Gritar: “¡Viva Nicaragua libre!”, le costó la vida al opositor nicaragüense Jorge Luis Rugama Rizo, de 44 años. Este poblador de La Trinidad, en Estelí, fue asesinado de un tiro en el cuello, la noche del 19 de julio, luego de vociferar la consigna opositora frente a una caravana de simpatizantes sandinistas. El presunto homicida fue identificado como Abner Pineda, un supuesto trabajador de la Alcaldía de Estelí, bajo la administración del FSLN.
De acuerdo a familiares y testigos, Rugama estaba sentado en las afueras de su vivienda, junto a su mamá Luisa Rizo Laguna, cuando pasó la caravana y éste les gritó la consigna. En ese momento, presuntamente, Pineda y demás militantes sandinistas se regresaron a la vivienda de la víctima.
Rizo Laguna relató al diario La Prensa que su hijo —quien había ingerido alcohol— escuchó la caravana y se metió a la casa para colocarse una mascarilla azul, con una cinta blanca. Luego salió y esperó a los sandinistas para gritarles. Ella intentó meter a su vástago a la fuerza, pero él se resistió. Los hombres se detuvieron, llegaron a la vivienda y forcejearon con Jorge Luis.
“Yo pensaba que mi chavalo solo estaba golpeado porque no se oyó el disparo, yo pensaba que era solo una pedrada. Cuando yo salí los vecinos me gritaban ‘venite Luci, está muerto, está muerto, salite’”, subrayó la madre.
Se entregó a la Policía
El crimen ocurrió luego del acto principal en conmemoración del 41 aniversario de la revolución popular. El discurso principal estuvo a cargo del presidente Daniel Ortega, quien reapareció después de una ausencia de 38 días sin rendir cuentas. El caudillo del FSLN se mostró, por primera vez en público, con una mascarilla, pese a que su Gobierno ha minimizado la pandemia.
Fanáticos sandinistas, que presenciaron el asesinato, admitieron la autoría de Pineda y señalaron que, luego de disparar, se dirigió a una estación de la Policía Nacional. Se desconoce si el presunto autor está detenido o acusado.
Estos sandinistas apoyaron al agresor en sus redes sociales con frases como “¿qué harías vos si sos atacado por un delincuente antisocial?”, o “reconocido antisocial atacó a militante sandinista, quien actuó en defensa propia”.
Denuncia ante Derechos Humanos
El hecho fue denunciado ante el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh). También se informó del caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que desde 2018, ha denunciado los abusos de los funcionarios y militantes del oficialista FSLN.
🇳🇮 #Nicaragua🔴La @CIDH recibió información sobre el asesinato de Jorge Rugama en La Trinidad, Estelí. Los hechos habrían ocurrido anoche luego de que la víctima gritara consignas antigubernamentales al finalizar una manifestación oficialista. #MESENI (1/2)
— CIDH - IACHR (@CIDH) July 20, 2020
Según el Cenidh, los ataques de policías y paramilitares sandinistas contra las protestas cívicas de 2018 dejaron al menos 325 muertos. La Anpdh sostiene que, desde ese año hasta enero pasado, el número de muertos ascendió a los 684.
Dichas organizaciones se quejan de que hasta ahora solamente un paramilitar ha sido investigado y juzgado, tras haber matado a una estudiante brasileña en julio de 2018, y el hombre fue liberado un año después.
Ortega ha insistido en que se defiende de un golpe de Estado fallido, del que ha responsabilizado a Estados Unidos y a la Iglesia católica.
Ambiente de impunidad
Para la socióloga e investigadora Elvira Cuadra, el asesinato de Rugama “es el resultado” de los discursos de “odio” y “criminalización” del Gobierno, que “ha alimentado y exacerbado diferentes formas de violencia política”, incluido el asesinato.
“Es un acto violento. Es un asesinato cometido al amparo de la impunidad, al amparo de la intolerancia, y tiene que ver con el fanatismo que han desarrollado algunos seguidores del Gobierno, sobre todo desde el 2018 para acá”, señaló la experta en temas de seguridad.
Advirtió que, mientras se mantenga ese ambiente de odio e impunidad, “es posible que ocurran nuevos delitos similares”.
Cuadra señaló que la Policía Nacional y todo el aparato de administración de justicia forman parte “de todo ese sistema de impunidad”, ya que muchas de las diligencias de investigación “son muy superficiales, cuando las hay”.
Añadió que “en la mayoría de los casos ni siquiera hay elementos iniciales de investigación; en ese sentido hay una cierta protección y complicidad hacia los que cometen este tipo de actos de violencia”.
* Con información de la agencia Efe