8 de mayo 2021
Para el fraile Damián Muratori, de nacionalidad italiana, la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), le retiró su residencia en Nicaragua porque la secretaria política del municipio de San Rafael del Norte lo acusó de “participar en los tranques”, en el 2018.
El religioso pertenece a la orden franciscana y es el vicepostulante de la causa de beatificación del siervo de Dios, padre Odorico D´Andrea, y rector del Santuario Franciscano El Tepeyac, en San Rafael del Norte, Jinotega.
“Ha sido de mi conocimiento que la secretaria política del FSLN, del municipio de San Rafael del Norte ha escrito una carta acusándome de haber participado en los tranques de Sabana Grande. Esta acusación es completamente falsa”, expresó el religioso a través de una carta pública.
El fraile franciscano confirmó que la suspensión de su residencia está relacionada con la crisis sociopolítica que vive el país desde abril de 2018, en el que la Iglesia Católica jugó un papel importante, ya que la mayoría de sus religiosos expusieron sus vidas para salvar las de miles de personas durante los ataques armados de policías y grupos sandinistas, que dejaron cientos de muertos, presos o desaparecidos, y miles de heridos.
El fraile relató que el 8 de junio de 2018, fue al tranque en la comunidad de Sabana Grande, por una petición de la alcaldesa Norma Herrera, y el secretario político Noel Gutiérrez, para que dialogara con los manifestantes.
Evitó enfrentamiento
Muratori indicó que conversó con “los muchachos que estaban en los tranques, con un grupo a fin del Gobierno de San Rafael del Norte —que tenían la intención de confrontarse con los muchachos— y con los policías, sugiriéndole que resguardara a ambos grupos para evitar agresiones”.
“Solicito que no se malinterprete la realidad de los hechos y reconocer que gracias a la intervención de las tres autoridades (iglesia, Alcaldía, Secretaría Política) esa tarde y para siempre se pudo evitar una confrontación que podía causar muertos y heridos”, expresó el sacerdote.
Explicó que el Gobierno nicaragüense le comunicó el 30 de abril pasado que “mi residencia estaba suspendida, pero me otorgaban 90 días de estadía en el país”.
El sacerdote llegó a Nicaragua en 1976 y desde el año 2000 ha sido el responsable del santuario Tepeyac, que recibe a cientos de creyentes de la causa del sacerdote D´Andrea, a quien el fraile considera como un santo y ha dado el seguimiento a la causa de su beatificación.
Contra franciscanos
La situación migratoria de fray Damián se suma a las decisiones injustificadas por la DGME, que durante la primera quincena de febrero prohibió el ingreso al país a dos frailes franciscanos salvadoreños, que contaban con toda su documentación en regla.
El primer sacerdote bloqueado fue el fraile Santos Fabián Mejía, quien era el responsable de la parroquia San Francisco de Asís, de Juigalpa, en Chontales y el segundo, fue el sacerdote José Lemus Aguilar, párroco de la iglesia Inmaculado Corazón de María, de la diócesis de Matagalpa.
Al inicio de año, la DGME citó a cientos de residentes extranjeros, incluidos religiosos de diferentes órdenes, y limitó o redujo la vigencia de su carné de residencia. En muchos casos, los sacerdotes debían presentarse cada mes ante las autoridades, indicó en febrero pasado, monseñor Miguel Mántica.