26 de septiembre 2018
San José, Costa Rica-. La líder del movimiento campesino, Francisca Ramírez, promete luchar desde el extranjero contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Lo dice desde San José, Costa Rica, a donde ha tenido que refugiarse ante la feroz persecución oficialista. La misma que tiene encarcelado desde mediados de julio a los también líderes campesinos, Medardo Mairena y Pedro Mena, acusados por terrorismo y asesinato. Sin embargo, Ramírez sostiene que no callará en las denuncias para “desenmascarar a la pareja presidencial” y habla sobre la persecución y muerte en contra de los campesinos nicaragüenses.
“El enfoque de nuestro trabajo aquí será unirnos (entre la diáspora nicaragüense). Nuestra meta es alzar la voz al mundo para que se den cuenta que en Nicaragua vivimos un momento muy difícil”, manifestó a Confidencial. Según las estadísticas más recientes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) al menos 23 000 nicaragüenses han solicitado refugio en el vecino país.
La labor de Ramírez en Costa Rica consistirá en articularse junto a universitarios y nicaragüenses que desde el exterior denuncian al Gobierno, cuya fase represiva se ha agudizado en las últimas semanas con las capturas de centenares de manifestantes que desde abril protestan en las calles.
“Los miles que estamos (en Costa Rica) vamos a organizarnos para luchar por nuestra patria, por nuestro pueblo y por nuestras tierras. La idea es reunirnos con los movimientos que están acá. Sabemos que no están pasándola fácil porque ser migrantes en un país que no es su patria es duro”, valoró la líder del movimiento campesino, que promete regresar “pronto y triunfantes”.
Denuncia persecución y muerte en el campo
“Doña Chica”, como le llaman los nicaragüenses, ha encarado al Gobierno de Daniel Ortega desde el 2013, cuando el mandatario sandinista anunció la Ley 840, mejor conocida como Ley del Gran Canal, que entrega los derechos del uso de la tierra, agua, espacios marítimos y recursos naturales al empresario chino Wang Jing a través de una concesión para construir el polémico proyecto del canal interoceánico. Desde entonces, centenares de campesinos —muchos de ellos bajo el liderazgo de Ramírez— han protestado en el campo y en la ciudad bajo asedio, persecución y muerte.
“Lo que se sucedió el 18 de abril ya lo vivíamos hace cinco años, pero el pueblo estaba ciego, creía en el discurso que tiene la pareja presidencial cuando ha sido un discurso falso para engañar al pueblo. El 18 de abril los jóvenes estudiantes dijeron basta y alzaron la voz al ver tanta injusticia”, argumentó la activista.
Desde que estallaron las manifestaciones masivas en abril, las cuales han involucrado a varios sectores de la sociedad, decenas de campesinos han muerto en la “operación limpieza” orquestada por paramilitares del régimen, mientras otros han huido hacia Costa Rica incluso heridos por los ataques.
“Hay muchos campesinos que ni siquiera fueron enterrados por su propia familia, muchos desaparecidos que desde el tranque de Lóvago no fueron encontrados, y hay una cantidad migrando hacia la hermana república de Costa Rica por la persecución del Gobierno”, explicó Ramírez.
A mediados de julio, efectivos de la Policía Nacional y grupos paramilitares bajo órdenes de Ortega, atacaron el tranque ubicado en el municipio de San Pedro de Lóvago, Chontales. Producto de esta incursión armada, se reportaron varias personas heridas, entre ellas Gabriel Mairena, hermano del líder campesino Medardo Mairena. En los días posteriores también se reportó la emboscada y asesinato de varios campesinos, en un número aún no determinado.
En su momento, se contabilizaron más de 125 tranques que mantenían paralizadas decenas de ciudades en Nicaragua; una acción que “pesó mucho” junto a la exhortación a la desobediencia civil y tributaria impulsada por comerciantes del Mercado Oriental, hasta que grupos paramilitares amparados por el Gobierno dispararon a mansalva a los ciudadanos que custodiaban las barricadas montadas como “un mecanismo de defensa y presión” en los barrios y las principales vías de las ciudades.
“No consideramos que ha sido una derrota, consideramos un triunfo porque Nicaragua ya no está dormida y logrará la libertad y la democracia que esperamos tener y la justicia por todos los asesinados y la libertad para todos los presos. Sabemos que es difícil con la dictadura, pero no nos callaran la voz”, manifestó Ramírez.
“Vamos a ir al mundo entero si es necesario”
La líder campesina no descartó que en un futuro asista a los distintos espacios donde las naciones del mundo se han reunido para discutir la crisis que atraviesa el país.
“Nosotros no vamos a dejar ningún espacio donde denunciar al dictador. A nosotros nos ha encomendado ser los voceros de los pobres y por eso vamos a necesitar más unidad”, explicó la líder campesina, quien en un reciente mensaje dirigido a los nicaragüenses a través de su página de Facebook manifestó que desde el campo y la ciudad se levantarán nuevamente para “asfixiar a la dictadura criminal”.