19 de septiembre 2015
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Después de presentar un recurso de revisión y dos de amparo, Sinforiano Cáceres, presidente de la Federación Nacional de Cooperativas (Fenacoop), intervenida a instancias del Ministerio de la Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca), aún espera que la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia resuelva la apelación introducida el pasado 8 de julio, pese a que debió ser respondida en 10 días.
En abril pasado, el Mefcca ordenó que se auditaran in situ varios de los libros de la Fenacoop. Cáceres asegura que cuando llegaron los auditores del Ministerio, le informaron que se llevarían los libros, por lo que él solicitó una prórroga de 20 días para entregarlos, alegando que ya estaban siendo revisados por los contadores que preparaban el informe financiero a presentar en la Asamblea de esa Federación, prevista para efectuarse en mayo.
La respuesta –enviada en solo dos horas- fue la suspensión del registro de Fenacoop y sus asociadas ante el Mefcca, y trece días después, la disolución de la Federación, la cancelación de su personería jurídica, y el nombramiento de una comisión liquidadora, que llegaría a ser encabezada por Gloria Mangas, asesora legal del Ministerio.
A juicio de Cáceres, la señora Mangas debería apartarse del caso, dado que una hija de ella tenía una deuda de más de US$17,400 al mes de septiembre del 2009, préstamo que no ha recibido abonos desde entonces, por lo que ha acumulado más intereses por mora.
Pese a todas las gestiones legales efectuadas, el 3 de septiembre pasado, el Mefcca desalojó las oficinas de Fenacoop, “procediendo a sacar los discos duros, romper las puertas y cambiar cerraduras. Ella (Mangas) dijo que la primera fase era tomar posesión de Fenacoop, y la segunda enjuiciarme a mí, como persona, y a los líderes que se opongan a la operación”, dijo el destituido Cáceres.
El líder campesino dice que no entiende por qué de esa actuación en su contra, pese a que al menos la mitad de las cooperativas asociadas están integradas por gente que se identifica con el Frente Sandinista.
“Yo no sé si [quien nos ataca] es el gobierno en su conjunto, o algunas personalidades del gobierno. Rodolfo Bermúdez, que era Director de Asociatividad del Mefcca, y fue quien realizó las asambleas territoriales, expresaba en las asambleas, ante nuestros asociados, que él tenía la orden expresa de Gustavo Porras, que si yo no renunciaba o salía de Fenacoop, había que disolverla bajo cualquier circunstancia. No lo creíamos, pero se cumplió”, observó.
Mientras espera que la CSJ resuelva su solicitud, Sinforiano Cáceres dirigió una carta a Daniel Ortega para relatarle los hechos y pedir la intervención del mandatario en ese conflicto, explicándole que tuvieron que usar los medios de comunicación “como último mecanismo para solicitar la restitución del derecho a la defensa, a ser escuchados, y a tener pronta respuesta de las instituciones del Estado”.
Las razones del Mefcca
La notificación del 22 de abril del 2015, emitida por el Mefcca, señala que se ordenó la revisión in situ de los libros de la Fenacoop, como parte de un “proceso de seguimiento y fortalecimiento interno a las cooperativas”.
Luego, el 7 de mayo, se argumenta que la embajada de Nicaragua en Austria, recibió una nota verbal del Ministerio de Exteriores de ese país europeo, en la cual se informaba “sobre documentación incompleta… y otras insuficiencias en contratos concedidos… a Fenacoop”.
Sinforiano Cáceres, destituido presidente de la Federación de Cooperativas, argumenta que nunca se le mostró algún documento escrito en el que constara la solicitud austríaca “a pesar que se lo pedimos al Mefcca muchas veces”, y que tampoco han sido notificados por el donante europeo.
Por el contrario, alega que el artículo 7 del contrato de subvención de la cooperación, establece que “para resolver litigios sobre este contrato o en relación con él, se aplicará exclusivamente el derecho austríaco, y que se resolverá en los juzgados de Austria, en Viena. Esto es una relación privada, así que no vemos por qué el gobierno usa ese argumento, y lo hace hasta que nos va a cerrar. Nunca nos dijo: vengan, hay un reclamo, dennos explicaciones, etc.”, reclamó.
El afectado recuerda que la embajada de Austria en Nicaragua, cerró operaciones en mayo del 2012, negociando con ellos que mantendrían el financiamiento para los proyectos que ya estaban en desarrollo, hasta junio del 2013, y admite que existe un remanente de poco más de €146,000, cifra que habían negociado reintegrar a plazos.
Al estar ante lo que parece un hecho consumado, Cáceres lamenta la pérdida de un proyecto de crédito que habían conseguido “hasta por US$3 millones para financiar 3,000 manzanas de café, 750 manzanas de cacao, y unas 500 manzanas de granos básicos. Ya la banca nos dijo que no, y todo eso se pierde” aseguró.
