20 de mayo 2020
El exalcalde de Managua, Dionisio Marenco, falleció este martes 19 de mayo, a las 5:30 de la tarde, luego de permanecer ingresado en estado delicado por problemas respiratorios, desde el pasado domingo 10 de mayo en el Hospital Militar Alejandro Dávila Bolaños.
"Nicho" Marenco, de 73 años, era un paciente crónico con problemas cardíacos y de hipertensión. Estaba alejado de la vida pública desde el 2008 cuando finalizó su periodo como alcalde de la capital y le traspasó el poder, en 2009, a su excompañero de fórmula, el tricampeón de boxeo Alexis Argüello (q.e.p.d.).
Después de la derrota electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1990, Marenco se convirtió en el principal operador político de Daniel Ortega en la oposición y en uno de los negociadores en 1998 del denominado “Pacto Alemán-Ortega”, acuerdo con el entonces presidente liberal Arnoldo Alemán, que permitió al comandante sandinista volver al poder en 2007, tras lograr una reforma electoral a la medida.
“Si no ha sido por ese pacto, el Frente Sandinista ¡nunca! hubiera ganado las elecciones”, reconoció Marenco en una entrevista con el diario La Prensa, en agosto de 2008. “Por lo tanto —agregó— el trabajo que se concibió para que el Frente pudiera regresar al poder fue exitoso. Ahora, si vos una vez que regresás al poder hacés bien o mal las cosas, ya son cosas que yo no puedo predecir”, declaró.
Durante su mandato como alcalde, Marenco fungió como presidente de la Asociación de Municipios de Nicaragua (Amunic) y fue el encargado de firmar el primer acuerdo petrolero con las empresas petroleras PDVSA y Petróleos de Venezuela del Caribe, que más tarde sirvió para la creación de la empresa Alba Petróleos de Nicaragua (Albanisa).
El distanciamiento con Ortega
Aún siendo alcalde sandinista, Marenco tuvo un encontronazo con Ortega al ganar este la presidencia, cuando expresó públicamente que el mandatario debería trasladarse a la Casa Presidencial en el Olof Palme, para no crear confusiones entre Estado-Partido, despachando desde la Secretaría del FSLN, que también es su residencia.
Ortega le respondió a Marenco: “¡Zapatero a tu zapato!”, cuando se le consultó sobre los comentarios del entonces alcalde sandinista de la capital. Según Ortega, “no hay confusión (en que gobierne desde su casa), porque nadie se confunde de quién es el presidente”.
Marenco minimizó la reacción de Ortega, porque consideraba que “cada quien hace lo que puede” y descartó ser sujeto de una sanción partidaria en las filas del FSLN, pese a que en otras ocasiones la cúpula del partido dirigido por la familia Ortega-Murillo, se ha encargado de purgar a quienes disienten.
“Ahora hay un distanciamiento muy grande. Este año yo no he hablado ni una sola vez con Daniel Ortega”, declaró en la entrevista en agosto de 2008.
Murillo tildó a Dionisio Marenco de “traidor”
El conflicto se agravó en noviembre de 2007, cuando protagonizó una pelea pública con Rosario Murillo, quien lo acusó de “traidor” por expresar críticas sobre el manejo del FSLN y por no permitir que se impusiera el candidato designado por ella para el puesto vacante de vicealcalde, cuando Alexis Argüello se postuló para el relevo.
“Rosario Murillo me acusó de traidor, y las traiciones en el FSLN son como condenas a muerte”, declaró Marenco.
“Esos son los hechos, saquen sus conclusiones”, dijo durante una rueda de prensa en la que señaló que se estaba protegiendo “por si acaso, porque vos sabés que cuando te tildan de traidor, puede haber el deseo o la tentación de hacer algo contra uno”.
“Si en el FSLN te acusan de traidor, esa acusación es bien seria, porque cuando yo entré al Frente Sandinista el traidor solo tenía una salida que era la pena de muerte, y es eso lo que yo entiendo”, añadió.
Murillo fue acusada de abusar de su influencia en el Gobierno de Ortega para amenazar a sus detractores y buscar imponer sus decisiones en la comuna.
“Eso es un acto cobarde, maleante, mafioso y lo reprocho aquí públicamente, aunque me cueste la vida”, denunció Marenco, que entró en conflicto con Ortega y Murillo por cuestionar su estilo de gobierno.
Marenco quedó totalmente apartado de las actividades del Gobierno y del FSLN, aunque siempre declaró seguir siendo militante del FSLN, y se ubicaba en las filas del llamado “sandinismo histórico”, siempre leal a Ortega y en oposición a Murillo.
En círculos políticos privados, Marenco expresó su desconcierto por la represión desatada por Ortega y Murillo, que calificó como “una locura”, tras las protestas de abril 2018. Sin embargo, su última aparición pública en una actividad sandinista fue en julio de 2019, cuando llegó a saludar la caravana oficial durante la celebración del aniversario del repliegue táctico a Masaya.
Su carrera
Dionisio Marenco estudió Ingeniería Civil en la Universidad Centroamericana (UCA), donde participó en las luchas políticas antisomocistas. En octubre de 1966, Marenco fue presidente del Centro Universitario de la UCA. Ese año se tomaron el Estadio Nacional, durante la inauguración de la Liga Nicaragüense de Béisbol.
“El estadio estaba lleno: 20 000 personas. Para esa fecha yo era presidente del Centro Universitario de la UCA. Nos metimos al estadio 30 jóvenes, veintidós varones y ocho mujeres, y extendimos una manta enorme que decía: “¡No más Somoza! Centros Universitarios”. Protestábamos porque Anastasio Somoza Debayle quería ser presidente. Sería el tercer Somoza en el Gobierno. La idea nuestra era aprovechar la presencia de aquella multitud y de los periodistas, hacer la protesta y salirnos del Estadio”, contó en la Revista Envío en 2008.
La represión de la Guardia Nacional fue fuertísima. “Nos capturaron a ocho, a una mujer y a siete varones. Yo pasé 28 días hospitalizado, con las dos manos quebradas. Me quebraron el maxilar izquierdo, me rompieron el oído”, recordó.
En 1968 se graduó de ingeniero. A finales de los años setenta Marenco trabajó como responsable general de empresa azucarera más grande del país. Posteriormente fue responsable general de proyecto de expansión productiva del Ingenio San Antonio.
Marenco participó en la organización clandestina del FSLN, como uno de los responsables de la logística del asalto guerrillero al Palacio Nacional en agosto 1978 y en el ataque militar contra una estación policial en carretera sur en septiembre de ese año. Estuvo exiliado en Costa Rica, donde se convirtió en responsable del centro de control de radio, desde donde dirigían las transmisiones clandestinas de Radio Sandino, junto a la poeta Daysi Zamora, Maritza Cordero, José Valdivia e Iván Montenegro. Durante el primer Gobierno sandinista fue ministro de Transporte y Obras Públicas y secretario de Planificación. También fue ministro de Comercio Interior, a cargo de implementar los primeros racionamientos durante el Gobierno sandinista.
“Yo nunca he sido un teórico de nada, sino un práctico. No soy un intelectual, soy un operador, un ‘zapatero’, como me dijeron una vez. No tengo capacidad para hacer análisis muy profundos”, escribió sobre sí mismo Marenco.
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