16 de diciembre 2021
Las hijas de los presos políticos Miguel Mendoza y Félix Maradiaga pasarán una Navidad sin ver a sus padres ya que, a pesar de los ruegos de los familiares, el régimen de Daniel Ortega no permite que se vean, mientras mantiene la detención ilegal de cuarenta reos políticos en la cárcel de la Dirección de Auxilio Judicial, en Managua, conocida como "el nuevo Chipote".
Margin Pozo y Berta Valle, parejas de Mendoza y Maradiaga, respectivamente, conversaron sobre qué ha significado el encarcelamiento ilegal de sus parejas en sus hijas, que preguntan por ellos y se cuestionan por qué no les permiten verlos.
“A ella (hija de Mendoza y Pozo) le gusta dibujar (...), ella agarró dos hojas y se puso a dibujar y me llama la atención porque nadie le dijo lo que iba a hacer y tampoco lo que iba a escribir (...), y empezó a dibujar un corazón celeste y tenía a la par un corazoncito rojo partido y me dijo que significaba un corazón triste porque su papá no está”, relató Pozo, sobre un dibujo que hizo su hija, mostrando cuánto extraña a su padre, cronista deportivo y bloguero, encarcelado el 21 de junio de este año.
A finales de mayo, el régimen de Daniel Ortega inició una cacería en contra de opositores, precandidatos presidenciales, periodistas, defensores de derechos humanos y profesionales que criticaban la gestión del Ejecutivo o trabajaban en oenegés para la defensa de las libertades públicas.
Más de 40 presos políticos están encarcelados desde entones, y el régimen sumó otros 27 reos en noviembre, además de decenas que están presos desde hace más de un año. Sus familiares y la comunidad internacional demandan una Navidad sin presos políticos, para que estos 160 reos de conciencia no pasen alejados de sus familiares.
"Es sumamente difícil una Navidad sin ellos"
La hija del precandidato presidencial Félix Maradiaga también pasará la Navidad sin ver a su padre y, según relata Valle, con este serán dos años que no podrán “abrazar” a Maradiaga, pues desde mayo de 2020 el régimen le decretó retención migratoria de facto y no podía viajar a Estados Unidos con su familia, que salió del país ante la persecución política orquestada por el régimen tras el estallido social de 2018.
“No tenía ganas de poner árbol, pero precisamente Félix en la última visita el 15 de noviembre me mandó a decir que por favor celebráramos la Navidad y que tratáramos de recrearnos, de pasar en familia y que tratáramos de hacer un ambiente lo más normal para Alejandra (su hija) y eso es lo que hemos estado haciendo, pero es sumamente difícil, pues es inevitable no pensar en nuestros familiares”, dijo Valle.
La última vez que los familiares de los presos políticos lograron tener contacto con ellos fue en noviembre, pero las visitas son limitadas a una o dos horas, a veces menos, y además que no se permite llevar a niños. Además, los familiares son sometidos a una serie de revisiones abusivas por parte de la Policía del régimen.
Impunidad y desamparo ante situación de presos políticos
La doctora Vilma Núñez, directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que ha gestionado medidas cautelares para los presos políticos, expresó que son los mismos familiares quienes están dejando constancia del sufrimiento que provoca el encarcelamiento ilegal al que los ha sometido Daniel Ortega y cómo este también afecta a los hijos de los presos políticos.
“Cuando no hay respuesta a nivel nacional, cuando no tenés un Poder Judicial independiente, cuando no tenés un organismo gubernamental de derechos humanos, una Procuraduría en este caso, que ha sido degradada a nivel internacional, por su parcialidad, por su falta de eficacia, no nos queda más que recurrir a las instancias internacionales”, dijo Núñez, quien también, a través de la organización de derechos humanos cancelada en 2018 por Ortega, ha gestionado medidas cautelares para el preso político Edgar Parrales, detenido a finales de noviembre.
El caso de Parrales, exembajador de Nicaragua, de 79 años de edad, es dramático, pues tiene varios padecimientos crónicos y según han denunciado sus familiares, las condiciones en que se encuentra están agravando su salud.
Los familiares de los presos políticos han denunciado esas condiciones inhumanas en que muchos se encuentran. aislamiento, como el caso de Tamara Dávila, Dora María Téllez, Ana Margarita Vijil y Suyén Barahona, pero a quienes tienen compañeros de celda tampoco les permite hablar entre ellos y les dan un tiempo limitado, a veces de menos de diez minutos para que tomen sol, aunque con poca frecuencia.
También, entre las denuncias, relatan que a los presos políticos los someten a constantes interrogatorios como una forma de tortura psicológica, y les limitan la cantidad de alimentos que les dan y varios han bajado de peso significativamente.
Conociéndose esas condiciones, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas demandó al régimen nicaragüense que libere a los presos políticos y que respete sus derechos humanos, lo que para Pozo, es el mismo clamor que ellos tienen y piden que las condiciones mejoren previo a su liberación.
“Queremos que se respeten (los derechos) de nuestros familiares, queremos que estén en mejores condiciones, y que se pueda acatar todo lo que se solicita en las instancias de derechos humanos nacionales e internacionales. En este caso pedimos que nuestros familiares estén siempre en libertad, pero mientras eso sucede, que también se garanticen mejores condiciones”, demandó Pozo.
La doctora Núñez valora que el organismo mundial intenta “mantener el dedo en la llaga”, al continuar exigiendo la liberación de los presos políticos y que para marzo próximo habrá una sesión de la ONU en la que se seguirá abordando el tema de Nicaragua.