28 de noviembre 2018
La voz de Ana Quirós no pierde el tono. Desde Costa Rica relató a CONFIDENCIAL cómo las las autoridades de Migración y de la Policía Nacional, le quitaron la nacionalidad nicaragüense y la expulsaron del país en el que había vivido durante 40 años. Acciones consideradas por defensores de derechos humanos como ilegales y tachadas como manifestaciones de “odio” de parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La citatoria llegó el sábado 24 de noviembre. Era un documento que amenazaba con aplicar la ley si no se presentaba a las 10:00 de la mañana en la oficina de Migración. La activista feminista y defensora de derechos humanos preguntó al notificador para qué la requerían, sin embargo, este le respondió que no tenía mayor información que la dicha en ese papel. Eso sí, antes de retirarse le aconsejó que llevara su cédula y pasaporte.
Quirós se presentó en las oficinas de Migración el lunes a la hora indicada. Ese mismo día, pero en la tarde, María Jesús Ara, Beatriz Huber y Ana Ora, residentes de origen europeo y parte del movimiento feminista nacional que ha rechazado la represión del régimen orteguista, también llegaron voluntariamente a la citación.
A su llegada, Quirós quedó sorprendida ante el gran despliegue de antimotines en la zona. Antes de ingresar, ofreció una conferencia de prensa en la que aseguró que “la dictadura debe tener claro que vamos a seguir levantando la voz, diciendo con fuerza que queremos una patria libre para vivir”. Luego se despidió de sus compañeras feministas y entró sin conocer cuál sería su destino.
“Adentro, en una oficina, la asesora legal de Migración me leyó una resolución que decía que mi nacionalidad quedaba anulada porque tenía dos nacionalidades. La resolución decía que los nacionalizados no pueden tener dos nacionalidades a menos que sean originarios de países centroamericanos. Le pregunté si había habido algún cambio en la geografía regional, porque hasta donde entendía, Costa Rica era parte de Centroamérica. No me contestaron nada, no me entregaron la resolución. Luego me dijeron que siguiera a un oficial”, dijo Quirós.
A la salida de esa oficina, Quirós fue esposada y cuando preguntó hacia dónde la llevaban, un oficial le dijo que se callara y que se montara al microbús. Mismo que fue escoltado por dos patrullas en la parte de adelante y otras cinco atrás. Su destino: las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocidas como El Chipote.
“Tengo casi 40 años de vivir en #Nicaragua, 21 de ser nicaragüense y todavía más años de compromiso con los derechos humanos y la justicia en #Nicaragua”, dice Ana Quirós #SOSNicaragua pic.twitter.com/U5esnNyjaJ
— CEJIL (@cejil) November 27, 2018
“No me dijeron ni antes ni durante ni después por qué me llevaban a El Chipote. Cuando llegamos había 15 oficiales de distinto rango alrededor mío. Me preguntaron cuál era mi nombre, mi cédula, mi nacionalidad. Después llegó un oficial de criminalística, me tomó pruebas de parafina, me tomó huellas varias veces. Me metieron en una celda preventiva, después me sacaron y me llevaron a una celda común donde estaban tres compañeras”, relató.
En el Chipote pasó seis horas. En ningún momento se sintió sola, pues cuando el resto de presos políticos supieron que ella estaba en ese lugar, corearon consignas y la saludaron. Cerca de las cuatro de la tarde fue notificada que iba a ser expulsada y la obligaron a firmar un documento. Quirós escribió en el papel que rubricó su firma bajo protesta, motivo por el cual la asesora legal de Migración le reprendió.
Quirós fue trasladada de la celda común hacia un microbús que llevaba escoltas armados y que iba dirigido por una patrulla de Migración adelante. Llegando a Nindirí el vehículo se detuvo y la esposaron, también la obligaron a quitarse una camisa y una gorra que decían Nicaragua. Preguntó por qué hacían eso, pero fue ignorada.
“Llegamos a la frontera con Costa Rica y hasta ese momento me quitaron las esposas y me entregaron las pertenencias. En el camino me dijeron que era golpista”, afirmó Quirós.
Detención y expulsión fue ilegal
La detención y expulsión de la activista feminista y defensora de derechos humanos, Ana Quirós, fue una “acción de odio” y una ilegalidad del régimen del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo. De acuerdo a Wendy Flores, abogada del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), la Dirección de Migración y Extranjería, tampoco cumplió con los procedimientos legales establecidos en la ley para justificar la pérdida de nacionalidad de Quirós.
Según el artículo 64 de la Ley General de Migración y Extranjería, la pérdida de la nacionalidad ocurre en los siguientes casos:
1) Adquisición de otra nacionalidad.
2) Renuncia expresa de la nacionalidad nicaragüense.
3) Uso indistinto de su nacionalidad de origen y de la nacionalidad adquirida para salir e ingresar al territorio nacional.
4) Cuando la solicitud de nacionalización haya sido presentada con documentación fraudulenta o su contenido sea contrario a la verdad.
5) Cuando se nieguen a concurrir en defensa de la Patria en caso de agresión extranjera.
6) Cuando fuere condenado por Actos de Traición por virtud de sentencia ejecutoriada.
La citatoria enviada a Quirós el sábado 24 de noviembre solo le informaba que debía presentarse a Migración el lunes a las 10:00 de la mañana. Vilma Núñez, directora del Cenidh, afirmó que el documento no tenía ningún valor legal y que para quitarle la ciudadanía a cualquier nacionalizado, lo primero que debía hacerse era un juicio previo, que evidentemente nunca ocurrió.
“Es una persecución dirigida contra todas las personas que respaldan los reclamos de los y las nicaragüenses”, enfatizó Núñez, quien agregó que otra ilegalidad en el proceso fue el rechazo por parte de las autoridades de Migración, de un recurso de revisión para frenar el retiro de la nacionalización y posterior expulsión de Quirós.
La defensora fue trasladada a las tres de la tarde a las celdas de El Chipote, y horas después fue llevaba al puesto fronterizo de Peñas Blancas, donde fue recibida por autoridades costarricenses. Quirós habló con los medios de comunicación este martes y exclamó que a pesar de la expulsión y la suspensión de su nacionalidad. “un papel no me hace nicaragüense, sino el compromiso de solidaridad y mi sangre nicaragüense y así seguiremos de aquí en adelante”.
Quirós fue una de las primeras heridas en las protestas contra el régimen de Ortega, que estallaron el 18 de abril. Su foto con su cabellera blanca ensangrentada por una herida en la cabeza y una de sus manos heridas se viralizó en redes sociales, durante el primer día de las protestas. El ataque movilizó aún más a los nicaragüenses hastiados de los abusos del régimen y el Gobierno incrementó su brutal represión, con las primeras tres víctimas mortales de la masacre.
Ana Quiros también fue brutalmente golpeada por las turbas a sueldo del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo pic.twitter.com/0PlqEdzlyw
— Wilfredo Miranda Aburto (@PiruloAr) April 19, 2018
“Condenamos y repudiamos este hecho, un acto de represión terrible que terminó con su expulsión. Nos ha dolido mucho porque ella es una ciudadana nicaragüense. Es decir, ella tiene todos sus derechos, no hay limitaciones, no hay diferencias, puede hacer usos de los derechos establecidos tanto en la constitución política como en las leyes de la república”, argumentó la abogada del Cenidh.
“Nos tienen miedo”
Desde Costa Rica Quirós asegura que su expulsión ocurrió porque “me tienen miedo y para ellos representaba un peligro en Nicaragua”. Destaca que “no pudieron ni podrán” silenciarla y reconoce que lo que le sucedió es una arbitrariedad más a los derechos de los nicaragüenses.
“Tengo cuarenta años de vivir en Nicaragua y 21 años de ser nicaragüense. Hoy me lo han hecho a mi, pero se lo pueden hacer a cualquier persona, ellos no tenían, ni tienen ninguna autoridad como Migración para quitarme la nacionalidad porque no he incumplido ninguna de las causales. La causal que ellos aluden y van a publicar es que tengo doble nacionalidad y eso es legal en el caso de los centroamericanos”, refiere Quirós.
El régimen de Daniel Ortega expulsó entre 2010 y 2016 a defensores de derechos humanos, artistas, periodistas y políticos. Todos recibieron igual o peor trato que Quirós. Uno de los deportados por el gobierno de Ortega fue el misionero de origen italiano Alberto Boschi, a quien en junio de 2010 le cancelaron su nacionalidad nicaragüense.
El 26 de octubre de este año las autoridades de Migración y Extranjería del Aeropuerto Internacional de Managua negaron el acceso al país a un equipo del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) la mañana de este viernes. La comitiva del organismo defensor de derechos humanos venía a Nicaragua a reunirse con el Mecanismo de Seguimiento de Nicaragua (Meseni), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Desde 2010 el Gobierno de Ortega ha desatado una política de hostilidad hacia extranjeros. El último ejemplo es Quirós, quien remarcó que las autoridades nacionales en ningún momento le dieron explicación alguna sobre el motivo de su expulsión, en cambio le informaron que le prohibían el ingreso a Nicaragua por cinco años.
“Lo decía ayer y lo reitero hoy, la nacionalidad nicaragüense, mi nacionalidad, no depende de un papel ni depende de la decisión de funcionarios que están dispuestos a incumplir la ley para obedecer a los tiranos. Depende del compromiso con Nicaragua y desde donde esté estaré trabajando por Nicaragua, por la liberación de secuestrados y secuestradas, trabajando por la justicia para quienes fueron asesinados, masacrados por el régimen, y trabajando porque haya igualdad y democracia”, finalizó Quirós.