30 de enero 2022
“Tengo miedo de no poder graduarme”. “Les están arrebatando a los jóvenes la oportunidad de una educación de calidad”. “No solamente muchos chavalos se van a quedar sin estudiar, sino que la universidad tendrá que despedir a colaboradores”.
Así reaccionaron estudiantes y egresados de la Universidad Centroamericana (UCA), luego de que el Consejo Nacional de Universidades (CNU) redujera por cuarto año consecutivo el presupuesto anual asignado a dicha institución educativa. Entre 2018 y 2022, le han recortado al menos 250.9 millones de córdobas.
La decisión del CNU afecta la posibilidad de continuar otorgando subvenciones completas y parciales a estudiantes de escasos recursos. CONFIDENCIAL conoció que, aunque la universidad capitalina planea mantener las becas que están en curso, se verá obligada a reducir hasta en 90%, el número de las nuevas becas. Cada año, la UCA renovaba unas mil becas, pero en 2022, ese número se reducirá hasta quedar en casi una centena.
Para muchos jóvenes en Nicaragua, esto significa perder la oportunidad de contar con una carrera universitaria.
“Logré estudiar gracias a la beca”
El año pasado, Christy Melissa Martínez se graduó de la carrera de Derecho en la UCA, y asegura que esto fue posible gracias a la beca completa que le otorgaron durante sus cinco años de estudios.
Martínez, originaria de Estelí, relata que no contaba con los recursos económicos suficientes para hacer frente a los gastos de arancel y estadía en Managua, por lo que una beca del 100% era su única opción. “Siempre quise estudiar en la UCA, porque tiene una de las mejores facultades de Derecho, pero sin esa beca no habría sido posible”, asegura la joven de 22 años.
Marcus González fue beneficiado con una beca cultural completa para cursar Trabajo Social en la UCA. Para él, la universidad se destaca por impulsar una formación integral de sus estudiantes. “La UCA siempre fue un espacio donde se podía tener un debate crítico”.
Bryan Rodríguez es psicólogo clínico egresado de la UCA en 2019, y durante toda su carrera le fue otorgada una beca arancelaria del 75%. “La beca me permitió profesionalizarme, porque no contaba con los recursos”.
Para Rodríguez, estudiar en esta universidad era una meta de vida, ya que considera que es una de las mejores universidades del país. “La UCA es una universidad de prestigio. El ser egresado de esta universidad me ha abierto muchas puertas”, comenta. Actualmente, estudia un posgrado en la UCA.
“No sé si podré terminar la carrera”
Para este año, la universidad planea mantener las becas que están en curso, pero se verá obligada a reducir hasta en el 90% el número de las nuevas becas. Los estudiantes temen que en un futuro también se reduzcan o suspendan definitivamente las becas activas.
Laura Selva, estudiante de segundo año de Diseño Gráfico, teme no culminar sus estudios si las reducciones a la UCA continúan. “Me he esforzado por aprovechar mi beca, pero honestamente tengo miedo de no graduarme por la situación de la universidad, debido a que el Gobierno le ha retirado un buen porcentaje del presupuesto que le corresponde”.
Selva es beneficiada con una beca arancelaria del 50%. “Lo único que nos queda es estar a la expectativa y terminar mi carrera hasta donde pueda”, comenta.
Suspenden beneficios
Los recortes han obligado a las autoridades de la universidad a suspender varios programas y beneficios estudiantiles. “Han sido muchas las represalias en contra de la UCA, ya no funciona el Tribunal Escuela por cuestiones políticas”, opina Christy Melissa Martínez.
“Quieren decapitar a la UCA con los recortes. Cuando yo estudiaba se suspendieron beneficios como el apoyo en alimentación y transporte que se le brindaba al grupo de danza”, relata Marcus González.
Agrega que también se dejó de elaborar trajes nuevos, y se suspendieron presentaciones fuera del recinto. Igualmente, el estudiante comenzó a cubrir los gastos de los intercambios estudiantiles en el extranjero”.
Para “Carmen”, exestudiante de Psicología en la UCA, la medida del CNU no solo “perjudica a miles de chavalos que se quedarán sin estudiar”, sino que la universidad “se verá en la obligación de despedir personal administrativo y docente, y cerrar carreras”.
Represalia política
Los estudiantes y egresados de la UCA coinciden en que la reducción es una represalia política en contra de la universidad y sus estudiantes, por haber sido foco de las protestas antigubernamentales de 2018.
“Esta es una cuestión meramente política, para nadie es un secreto que la universidad fomenta el pensamiento crítico de la juventud y fue uno de los epicentros del estallido social”, argumenta un exestudiante de la UCA entrevistado.
“La más perjudicada es la calidad de la educación en Nicaragua, porque el Gobierno está arrebatando la oportunidad a los chavalos de acceder a una formación no politizada ni partidaria”, concluye “Carmen”.