13 de junio 2022
La Universidad de la Nueva Sorbona, en París, otorgó un doctorado honoris causa a Dora María Téllez, historiadora y comandante guerrillera, presa política del régimen de Daniel Ortega desde hace un año, condenada a ocho años de cárcel por presunta “conspiración” contra el régimen dictatorial de Nicaragua.
Este lunes 13 junio Téllez cumple un año de estar encerrada en una celda de confinamiento solitario en la cárcel del Chipote, mientras en celdas separadas se mantienen en aislamiento sus compañeras de Unión Democrática Renovadora (Unamos, antes MRS), Tamara Dávila, Ana Margarita Vijil y Suyen Barahona.
Téllez fue honrada por l´université Sorbonne Nouvelle que le otorgó el doctorado honoris causa con la aprobación del Ministerio de Europa y Asuntos Exteriores de Francia, según una comunicación que esa prestigiosa casa de estudios le hizo llegar a su familia el pasado 19 de mayo.
“Con este título, la Nueva Sorbona quiere rendir homenaje a su excepcional trayectoria política y científica, y a su contribución al compromiso social internacional”, dice la carta firmada por el presidente de esa alma mater, Jamil Jean-Marc Dakhlia.
La universidad parisina espera "reconocer su compromiso de toda la vida con la justicia social y la democracia, tanto en su país como en toda la región latinoamericana", indica el comunicado.
Esta prestigiosa casa de estudios también decidió honrar con un doctorado honoris causa, a la excanciller alemana, Ángela Merkel, entre otras personalidades.
La ceremonia de entrega está prevista a realizarse en París, Francia, una fecha entre el 28 de noviembre, el 9 de diciembre o el 14 de diciembre de 2022. En una entrevista en el programa Esta Semana, Óscar Téllez, reveló que su hermana Dora María recibió la noticia en la prisión, “muy honrada, con mucho beneplácito”, durante la octava visita que han tenido los presos políticos en un año. Téllez espera que para la fecha de la ceremonia, Dora María haya recuperado su libertad y pueda acudir a recibir el título en persona, aunque si para entonces continúa encarcelada por órdenes de Ortega y Murillo, tendría que designar a otra persona que lo reciba en su nombre.
Óscar, tu hermana Dora María Téllez, cumple este lunes un año de estar en una celda de castigo, en una celda de confinamiento solitario en la cárcel del Chipote. La viste este fin de semana. ¿Cómo se encuentra?
La visitamos a las 3:30 de la tarde. Ella es una mujer fuerte, física y mentalmente. Está bien mentalmente, está sólida mentalmente, y sólida en su posición también. Físicamente está bien. Ella no tiene enfermedades crónicas, entonces está bien.
La vi un poco mejor con respecto a la visita anterior. Creo que ha tomado un descanso, ha recuperado sus niveles de energía habitual, y está recuperándose paulatinamente de la quemadura que le produjo una pomada que le recetaron para un supuesto vitíligo producido por la falta de sol. A ella la atendió un internista, parece que los médicos que le diagnosticaron el vitíligo ya no la están atendiendo, y efectivamente, el médico, después de mucha insistencia, etc., la vio la subcomisionada encargada de ahí, y le recetaron antibióticos y ha comenzado a mejorar.
¿Cómo resiste la soledad, el aislamiento? Un año entero en una celda sin conversar con nadie, y además de un estado de penumbra.
Ella se muestra fuerte emocionalmente. Encuentra alternativas intelectuales para ir sobrellevando esa sensación de soledad, y de aislamiento, porque en esa galería, ella es la única que está aislada. Creo que ahora está aislado al que le dicen ‘Chino Enoc’. No sé cómo es que se llama este señor, enemigo de doña Chayo. Y, digamos, a pesar de estar en esas condiciones, ella está coherente, está lúcida, recuerda todo, tiene su sentido del humor prácticamente intacto, disfruta de las cosas que le contamos de la familia, de los amigos.
Durante la conversación, no noto un deterioro cognitivo. Yo no soy psiquiatra, ni psicólogo, pero no la noto ni distraída, ni perdiendo el hilo, ni siquiera la memoria, que a esta altura nuestra ya comenzamos a tener problemas de memoria. Entonces, en ese sentido, ella lo resiste. Por supuesto que le molesta la soledad, le molesta el aislamiento, le molesta la penumbra. Específicamente me dijo que cree que no ha perdido visión por la oscuridad, pero no hay manera de que eso no las afecte.
En el simulacro de juicio en que fue condenada en la cárcel, Dora María dijo: “Presa o libre, voy a seguir luchando”. ¿La siguen interrogando?, ¿La siguen inculpando por esos presuntos delitos de conspiración?
Según lo que ella me dijo ayer, el último interrogatorio fue hace como tres semanas, y no me dio muchos detalles del interrogatorio. Nunca le gusta darme detalles, porque los ve como intrascendentes, entonces no se detiene en darme mucho detalle. Ella dice que la han dejado tranquila, porque antes era a diario.
Esta condena ha sido considerada como una venganza política contra Dora María, y ha generado, no solamente un reclamo nacional, sino también una condena mundial en algunos círculos internacionales. ¿Está ella enterada de esa solidaridad?
Sí. Cuando la visitamos, siempre hacemos un repaso de la solidaridad, de los amigos que llaman, de los amigos que preguntan por ella; de las personas que oran, de las personas que aunque no oren le dedican sus pensamientos, le dedican sus energías, sus fuerzas vitales, a pensar en ella por las mañanas, por la tarde. Siempre hacemos un repaso de eso, y la solidaridad de los diferentes grupos que van surgiendo.
Esta semana se conoció que la Universidad de la Nueva Sorbona, en París, le ha otorgado un doctorado honoris causa a Dora María. ¿Qué dice la Nueva Sorbona para otorgarle este reconocimiento?
Ellos le enviaron una nota a Dora María el 17 de mayo pasado, en donde le decían que había sido distinguida, por decisión unánime de los miembros de la Academia y aprobado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, el doctorado honoris causa, básicamente por dos razones: por su contribución como cientista social, y por su lucha por la democracia y la libertad en Nicaragua y en la región. Eso dice, básicamente.
Ese es un doctorado que se le otorgó, además de ella, a otras cuatro personas, entre ellas la excanciller alemana, Ángela Merkel. Es un honor muy alto, me imagino. Bueno, no me imagino, ella me lo dijo. Para ella, e incluso para toda la familia. Creo que también es un homenaje a los presos políticos de Nicaragua, a los ciento ochenta y resto de presos políticos, para hacerlos visibles, para que la gente sepa cada día más de las circunstancias en las que se encuentran.
¿Cómo recibe Dora María esta noticia, este reconocimiento en la cárcel?
Lo recibió con beneplácito. Es decir, definitivamente es un alto honor académico recibir un doctorado honoris causa de a Nueva Sorbona (…), que es una prestigiosa y antigua universidad europea. Definitivamente es un gran honor.
El doctorado ya ha sido conferido, pero no se ha realizado la ceremonia de entrega. ¿Tiene esto una fecha? ¿Esperas que Dora María recupere su libertad para recibir ese doctorado?
Ellos van a fijar una fecha a finales de este año, entre finales de noviembre y comienzos de diciembre. Sería altamente deseable que ya para esa época ella estuviera libre y pudiera viajar a recibir el título de mano de las autoridades correspondientes de Francia, de la universidad. Pero en caso que no sea así, imagino que en algún momento ella va a tener que nombrar a una persona que lo reciba en su nombre. Y eso lo veremos en los próximos meses, porque todavía estamos a mitad del año, faltan algunos meses y las universidades, por lo general, se toman su tiempo. Son cinco personas las que reciben este honor, y me imagino que compaginan agendas para fijar una fecha definitiva, y que los demás temas nos serán comunicados posteriormente.
La condición de celda de castigo, de confinamiento solitario, en que se encuentra ella, y también por separado, Ana Margarita Vijil, Suyen Barahona, Tamara Dávila, ha sido objeto de condena mundial; pero, por el otro lado, hay instituciones como la Cruz Roja Internacional, el Vaticano o algunas otras instituciones de la Iglesia católica de Nicaragua, que no se han pronunciado sobre esto. ¿Qué expectativas tienen?
Yo creo que los que no se han pronunciado, ya no lo van a hacer. La Cruz Roja Internacional esa es más o menos su forma de operar a nivel internacional, porque no quieren que los asocien con ningún movimiento político. Ellos solo son, supuestamente, vigilantes de los derechos de los detenidos políticos, y hay una Convención que los rige.
En cuanto a la Santa Madre Iglesia, pues, hay pastores y pastores. Desde inicios de la Iglesia Cristiana hay diferencias, hay un Pablo y hay un Pedro, con dos visiones diferentes de la Iglesia. Actualmente tenemos un monseñor Álvarez, y otros señores que no son de grata recordación, que tienen actitudes diferentes frente a un hecho que ellos consideran que viola los derechos humanos, así que no creo que el Vaticano vaya a cambiar su posición. Ahorita está detenido un sacerdote por una acusación; monseñor Álvarez fue agredido y fue sitiado, y no creo que lo vayan a hacer. El Vaticano siempre está jugándose entre que es un Estado, y es una religión. Ellos van a permanecer así, callados, porque piensan que, de esa manera, no se enajenan más las relaciones, y tal vez en el futuro puedan jugar algún papel, pero yo no creo que eso cambie sustancialmente.
Pero ¿va a prolongarse este régimen de castigo, que el día de mañana cumple un año? ¿Debería suspenderse?
Los familiares de todos los presos políticos queremos que sean puestos en libertad, y en el caso nuestro, los reos que están aislados y en condiciones más duras, queremos que cese esa condición. Ella misma ha pedido durante el interrogatorio, que cese esa condición, que ella tiene derecho a visitas regulares, a los derechos que tiene un reo corriente en Nicaragua. Pero ellos no son reos corrientes. No creo que eso vaya a cambiar a lo inmediato, salvo que medie, o una negociación con el Gobierno actual, o que todo mundo reconozca y acepte la situación en la que vivimos, que son dos cosas totalmente diferentes y difíciles. Este Gobierno no da muestras de querer aceptar ninguna negociación; y por otro lado, todo mundo reclama su libertad, su derecho a opinar, a organizarse.