10 de noviembre 2016
Familiares de los tres fallecidos este domingo en la comunidad La Magdalena, en Ciudad Antigua, Nueva Segovia, niegan la versión policial que vincula a las víctimas con narcotráfico, y aseguran que se trata de una persecución política. En conferencia de prensa, la familia denunció que desde 2012 José Nahum Mendoza, uno de los fallecidos, era hostigado por parte de la Policía y el Ejército. Desde hace 6 meses, Mendoza vivía “en el monte” a causa del acoso, dijeron su esposa e hijos.
“Desde 2012 que él protestó para que sus hijas pudieran tener cédula lo perseguían y lo golpeaban los del Ejército y la Policía. No tuvieron otra opción que abandonar su hogar, irse a sufrir al monte, dormir debajo de la lluvia, en el frío, en medio de los gusanos. Ellos fueron torturados. Queremos una aclaración de lo ocurrido”, expresó Nelda Mendoza, hermana de José Nahum y vicealcaldesa de Ciudad Antigua por el antiguo Partido Liberal Independiente (PLI).
Este seis de noviembre, día en que se celebraron las elecciones presidenciales, fueron descubiertos los cuerpos de José Nahum Mendoza, Margarito Mendoza y Armando Pérez López, este último de 19 años de edad.
El comisionado de la Policía Nacional, Francisco Díaz, dijo a medios oficialistas que los fallecidos fueron “encontrados con dos fusiles AK, una escopeta recortada, siete cargadores para fusil AK y una mochila con 40 libras (18,16 kilos) de marihuana en óvulos”. Díaz desvinculó el hecho al proceso electoral y aseguró que la muerte de estos se debió a rencillas entre grupos de narcotraficantes.
No obstante, los cuerpos de los tres hombres fueron encontrados con heridas profundas y señales de tortura, según muestran fotografías proporcionadas por sus familiares. En ellas se demuestran que los fallecidos fueron degollados, sus piernas fracturadas y que les fueron realizados cortes profundos en el tórax y la espalda.
Según los testimonios de las familiares, José Nahum Mendoza era un excombatiente de la contra y Margarito era su yerno. Sobre Armando Pérez López, el más joven, su madre asegura que no tenía pleitos con nadie y que se dedicaba a trabajar en el campo.
La cronología de los hechos
Wendy Mendoza, hija de José Nahum y esposa de Margarito, narró que el domingo, a eso de las 9 y media de la mañana, se escuchó una balacera en las tierras donde vive, justo una hora después que su marido había salido de su casa a trabajar y a dejar comida “a los que estaban en el monte”. La zozobra la invadió y lo único que supo durante el transurso del día fue que el Ejército pasó cerca de su casa. Según el relato de Wendy, su suegra vio a efectivos militares pasarla zona. Lucían sucios, como si vinieran de un combate, y portaban machetes.
Después, en horas de la tarde, oficiales de la Policía Nacional llegaron a la casa de Wendy, y le ofrecieron ir a reconocer el cuerpo de su marido. En realidad, al llegar a lugar la mujer se encontró con una sorpresa.
“Cuando me llevaron, cuál fue mi susto cuando que vi que no era Margarito si no mi padre, me desmayé, de ahí me dijeron te vamos a hacer un acta para que firmes, yo no se qué firme porque yo estaba como perdida. Yo pido justicia, porque a mí se me parte el alma lo que a ellos les hicieron, los asesinaron, los acuchillaron”, dijo la joven.
Lidia Fajardo, esposa de José Nahum, también escucho los disparos cerca de su casa. Ella pone en duda la versión de la Policía que dice que “solo encontró los cuerpos”. Fajardo asegura que su marido era un antiguo combatiente de la “contra” y que por eso era perseguido.
“Cuando sentí los tiros le digo a mis chigüines: oigan los disparos. Sentimos que tiraron dos granadas o bombas. Yo lo que pido es justicia, que se aclare todo, que la policía no diga cosas que no son. Si mi marido fuera un narco, nosotros no fuéramos pobres. Mis hijas tuvieron que migrar a Costa Rica y de lo poquito que ellas me mandaban para la comida y para los dos niños menores de edad, yo tenía que darle para que él sobreviviera. Ellos no son ladrones ni delincuentes”, aseguró la esposa de José Nahum
“¿Como puede decir Roberto Rivas que no hubo ningún problema en las elecciones, cuando hasta hubo muertos en nuestras comunidades?”, añadió Fajardo.
Fue hasta ese domingo en la noche, que la esposa de José Nahum pudo ir a reconocer el cuerpo. Mientras todo el muncipio se encontraba militarizado ellos no tuvieron penrmiso de bajar hacia el casco urbano. Fue hasta el día siguiente que los familiares lograron llevar a los tres hombres a Ciudad Antigua para ser sepultados.
Ambas mujeres (Wendy y Lidia) denuncian que desde que ocurrieron los hechos no han vuelto a sus casas por temor a represalias y aseguran que sienten miedo de que el Ejército o la Policía tomen venganza por sus declaraciones.
“Somos un municipio en contra del gobierno”
El alcalde de Ciudad Antigua, Henry Quiñonez, reitera que todas las pistas apuntan a que este hecho fue un operativo combinado entre la Policía y el Ejército, a los que acusa de montar además un cerco para que nadie pueda pasar a las montañas donde ocurrieron los asesinatos.
“Antes del tiroteo ellos ya estaban en los cerros, ellos fueron los que cometieron estos asesinatos en coordinación con la Policía, que ahora está diciendo que fue un encuentro de dos grupos de narcotraficantes, esto ya es el colmo, por lo menos hubieron esperado el silencio de la noche, pero lo hicieron a principio del día a las 9, 10 de la mañana. Hasta el día de hoy no hemos podido ir a donde fueron los asesinatos, yo no sé qué diablos están custodiando, ¿será que están esperando que llueva para que se borren todas las evidencias? Es algo vergonzoso, están actuando como delincuentes”, declaró Quiñonez.
El alcalde sostiene que toda la comunidad de Ciudad Antigua está indignada por lo ocurrido y que denuncian que los fallecidos tienen suficiente reconocimiento social que certifica que no se trata de narcotraficantes.
“La policía como máxima autoridad que investigue, que se ponga al frente Aminta Granera, que ella personalmente vaya al municipio de Ciudad Antigua”, reiteró el alcalde, quien además denunció que también ha recibido amenazas de muerte.
Por su parte, la vicealcaldesa Mendoza, asegura que la negativa de dar cédulas de identidad a los pobladores de la zona, ha causado olas de indignación. Al igual que su hermano, dice Mendoza, hay centenares de personas en su comunidad que no pertenecen al partido gobernante, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)
“Nosotros somos un pueblo en contra del gobierno, en nuestro municipio, las cédulas no se entregaban por motivos político. Mi hermano protestaba por cédulas, pero si eso es una obligación del Estado. Denunciar lo que está mal no es delito. Simplemente por no pertenecer al partido, por participar en el reclamo de la cédula como cualquier ciudadano desde entonces empezaron a perseguirlo, a cuestionarlo a vigilarlo. Aquí en Nicaragua a la excontra la van matando. Mi hermano, mi familia, fueron combatientes de la Resistencia nicaragüense. Ellos estaban en la montaña”, indicó Mendoza.
CENIDH: “No se puede desvincular del contexto electoral”
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) acompaña a las víctimas durante todo el proceso de denuncia. La presidenta de ese organismo, Vilma Núñez, adelantó que preparan un informe con todas las pruebas y los testimonios, para dejar registro de lo ocurrido y enviarlo también a isntancias internacionales. Además enviarán una carta a la Primer Comisionada Aminta Granera, para presionarla a que investigue los hechos.
Según Núñez, la muerte de estos tres hombres no puede desvincularse del proceso electoral que se realizó justo el día del ataque. En las comunidades, inmediatamente que se dieron los hechos se cerraron las Juntas Receptoras de Votos y se retiró a los fiscales de la zona.
“Nos llama poderosamente la atención que hayan escogido ese día para realizar este acto criminal. Nosotros consideramos que fue un mensaje de intimidación para el resto de la población, porque circulaban rumores que iban a hacer actos de protesta en horas de voto, no se puede desvincular este hecho del contexto electoral, por que la Policía se había comprometido a garantizar la tranquilidad y la seguridad de toda la población en ese día”, manifestó la presidenta del CENIDH.
Asimismo, Núñez señaló las incongruencias de las declaraciones policiales y asegura que ya es hora de que las autoridades informen claramente sobre lo que está pasando en las comunidades rurales de la zona norte del país.
“Ha quedado demostrado la mentira y el engaño con que la Policía quiere cubrir todos los hechos que se dan, diciendo que lo que hay es delincuencia común. Han quedado en evidencia que la represión y la situación de exclusión que vive el país, está lanzando a la gente a los antiguos miembros de la Resistencia a rearmarse. Ante la imposibilidad de vivir tranquilamente han tomado la decisión de irse a vivir al monte”, indicó Núñez.
Por su parte, la vicealcaldesa Mendoza demanda que la Organización de Estados Americanos (OEA) presione para que la Organización Mundial contra la Tortura realice una investigación independiente sobre el caso.