18 de septiembre 2023
El incremento sostenido de casos de dengue en Nicaragua evidencia el “fracaso” del Ministerio de Salud (Minsa), ante la prevención y control de la epidemia del dengue, que ubica al país con la mayor tasa de incidencia de América, valoran médicos epidemiólogos.
“Cuando cada año va subiendo (el contagio), quiere decir que las acciones de control han fracasado y que debe hacerse algo totalmente diferente, pues lo que se hace no muestra los cambios esperados”, opina el epidemiólogo Leonel Argüello.
El médico, quien fue director de Higiene y Epidemiología del Minsa, subraya que el dengue “es una enfermedad prevenible” y que Nicaragua cuenta “con todas las herramientas de salud pública para modificar su comportamiento”.
Hasta septiembre de 2023, Nicaragua acumula 94 576 casos sospechosos de dengue, la cifra de contagio más alta de Centroamérica. Mientras, la tasa de contagio por cada 10 000 habitantes es de 134, la más alta de América.
La tasa por habitantes de Nicaragua es mayor que la reportada por Brasil y Bolivia, los dos países que reportan más casos sospechosos de todo el continente, pero al tener poblaciones mucho más grandes tienen una tasa de incidencia más baja.
“Año tras año estamos presentando epidemias, durante el inicio del invierno, porque nuestras acciones como sociedad civil y Gobierno no son eficaces”, reflexiona Argüello.
“Carecemos de la facilidad de incorporar las lecciones aprendidas en los años anteriores”, añade.
Dengue tiene un comportamiento cíclico
La epidemia del dengue tiene un comportamiento cíclico de contagio. Cada cierto tiempo ocurre un alto brote de casos, luego hay una disminución porque se redujo el número de personas susceptibles a la enfermedad y luego vuelve el pico de infecciones, de acuerdo con especialistas en Salud.
“Por eso las epidemias ocurren cada tres o cinco años”, explicó a CONFIDENCIAL, en una pasada entrevista, el doctor Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En Nicaragua ocurrió el pico más importante de contagios en 2019, cuando fueron identificados 186 176 casos sospechosos de dengue y hubo 35 fallecidos. En los tres años siguientes el número de casos fue de 53 953; 36 741; y 97 541. Este 2023, hay una tendencia a superar los 100 000.
El incremento de dengue no es exclusivo de Nicaragua. La OPS alertó que los casos están subiendo en todo el continente, hay países que antes no reportaban contagios y ahora sí los tienen.
“El dengue se transmite a través del mosquito Aedes Aegypti. Este mosquito toma el virus de los pacientes infectados y los pasa a la gente sana. Es una epidemia estacional que se puede ver mayormente en períodos de lluvia”, explica el epidemiólogo Álvaro Ramírez.
Argüello señala que, al tener un comportamiento cíclico, se facilitan las intervenciones que se pueden hacer. “La mayor lucha antivectorial o antimosquito debe ser en el verano, si no se efectúan acciones en este tiempo, ingresamos al invierno con una gran cantidad de mosquitos y por tanto un mayor riesgo de la enfermedad”.
Minsa debe involucrar a población
Ramírez señala que esta es una epidemia en la que se debe involucrar a la población porque son quienes pueden evitar la reproducción del mosquito transmisor al eliminar los criaderos. Sin embargo, en Nicaragua se oculta la información y no se educa a la población.
“Esta es una enfermedad de transmisión vectorial que necesita implicaciones comunitarias. Si la comunidad colabora eliminando los criaderos de mosquitos, con la sanitización, la prevención de nuevos criaderos de mosquitos puede ayudar a reducir significativamente la epidemia y el número de afectados a nivel nacional”, explica el médico.
En consecuencia, se reduce el riesgo del contagio del dengue de tipo hemorrágico que pone en peligro la salud y la vida de los contagiados, reitera.
El dengue es una epidemia que no se puede erradicar, de acuerdo con la OPS. Sin embargo, sí puede controlarse y reducir su incidencia de casos a niveles bajos.
En Nicaragua, el Minsa reduce sus esfuerzos de contención a la abatización con BTI, una bacteria de origen natural que mata las larvas de los mosquitos antes de que puedan completar su ciclo de vida, y en las jornadas de fumigación. También, ejecuta algunas campañas informativas en los medios de comunicación oficialistas. No hay un mayor involucramiento de la población.
OPS llama a diagnosticar los casos de dengue
Este 15 de septiembre de 2023, la OPS emitió una alerta sanitaria respecto al incremento de casos de dengue, principalmente en Centroamérica y el Caribe.
En el informe, solicitó a los Gobiernos revisar los planes de preparación y respuesta, mantener las acciones de vigilancia, diagnóstico precoz y tratamiento oportuno de casos de dengue.
“El diagnóstico clínico oportuno, la identificación temprana de signos de alarma y el manejo y tratamiento adecuado de los pacientes es una de las medidas claves para evitar complicaciones y salvar vidas”, dijo la OPS.
La organización de Salud reveló que, hasta la semana epidemiológica número 36, Nicaragua reportó 94 576 casos sospechosos de dengue, de estos 2 797 fueron confirmados por laboratorio y 12 se clasifican como dengue grave.
“Los casos reportados son 83% superiores en comparación con el mismo periodo del 2022 y 1.87 veces superiores en comparación al promedio de los últimos 5 años”, alertó.
La OPS también pidió a los países miembros a fortalecer las capacidades de atención primaria de salud para que los sanitarios realicen un diagnóstico temprano y reconozcan los signos de alarma, como:
- Dolor abdominal intenso y sostenido
- Dolor a la palpación del abdomen
- Vómitos persistentes
- Acumulación de líquido
- Sangrado de mucosa,
- Letargo
- Inquietud
- Agrandamiento del hígado
Identificar estos signos de alarma, reiteran, reducirá “la cantidad de pacientes que deben ser remitidos a hospitales, evitando así la saturación de estas instalaciones y las unidades de cuidados intensivos”.
El organismo también enfatiza en que se deben intensificar las campañas de prevención de la población, por lo cual sugiere la creación de equipos locales que sensibilicen a la población porque “en muchos casos las campañas y mensajes nacionales no son tan efectivos como las iniciativas locales”.