29 de agosto 2023
Luisa se imaginó que algo andaba mal, cuando pagó una multa de tránsito de 800 córdobas, pero su licencia de conducir no llegó por correo a su casa. La infracción se la impuso un policía de Tránsito por supuesta “invasión de carril”, al reingresar a la vía después de detenerse a comprar queso en la Carretera Nueva a León, en Managua.
“Decidí ir a la Dirección de Tránsito Nacional para preguntar por mi licencia. Ahí me dijeron que estaba retenida, pero me tocaba tomar un curso de adiestramiento y manejo vial si quería recuperarla”, comenta.
Así, Luisa se enteró que acaba de ser “matriculada” en “la escuelita”, como llaman los conductores al curso de adiestramiento vial que imparte la Policía Nacional, a quienes reinciden en infracciones de tránsito.
Más de 2000 córdobas por tres horas en “la escuelita”
El curso de adiestramiento y manejo vial es una fuente directa de ingresos de la Policía Nacional. Pero conductores que han tomado este curso aseguran que la Policía también lo usa como un mecanismo de extorsión para captar dinero, paralelo a la recaudación por multas de tránsito.
Para tomar el curso, el conductor debe pagar 2165 córdobas en una ventanilla de Tránsito. El costo del curso supera el monto de 25 de las 31 multas más peligrosas establecidas por la Ley de Tránsito en Nicaragua, y es casi la mitad de los 5000 córdobas con los que se castiga la infracción más grave: conducir en estado de embriaguez extrema.
En la misma ventanilla donde paga el curso, el conductor se inscribe en el horario que escoja, o lo puede hacer directamente en el sitio web de la Policía Nacional. El curso dura tres horas y se imparte en las delegaciones centrales de Tránsito del país.
Los ingresos por los cursos en el centro de adiestramiento no aparecen detallados en el Presupuesto General de la República, como sí es registrado lo recaudado por multas de tránsito.
Recaudación por multas de tránsito con nuevo récord en 2023
Entre enero y junio de 2023, la Policía Nacional ha recaudado más de 172.5 millones de córdobas en multas de tránsito, que equivalen a más del 65% de la recaudación prevista para todo el año.
Esta tendencia indica que, al finalizar el año, el total recaudado será de unos 355 millones de córdobas. Con ello, el 2023 superaría en más de 58 millones el récord de 2022, cuando la Policía recaudó 286.4 millones de córdobas.
Los informes presupuestarios del Ministerio de Hacienda y Crédito Público y la Policía Nacional no detallan cuáles son las infracciones que aportan mayores ingresos, entre las 63 multas establecidas en la Ley de Tránsito o Ley 431.
Sin embargo, expertos en temas de seguridad pública estiman que la voracidad recaudatoria con las multas de tránsito tiene como único fin oxigenar las arcas del régimen y de su Policía sancionada.
La política de “mano dura” para imponer multas tampoco ha reducido la mortalidad por accidentes de tránsito. En 2021, la Policía Nacional reportó 830 personas fallecidas en las carreteras de Nicaragua. En 2022, esa cifra aumentó a 939 muertos.
Los alumnos castigados en “la escuelita”
Luisa recuerda que la multa por la cual la enviaron al centro de adiestramiento fue su tercera infracción en el año. En todo caso, asegura, la supuesta invasión de carril era la más grave de todas sus infracciones, y además “fue injusta”.
“Fue una experiencia desagradable. Estábamos como unas 50 personas. Eran dos personas que estaban a cargo del curso: una policía y un instructor de manejo, y los dos eran unos groseros. Uno va a esos cursos francamente a que te regañen y maltraten, más que aprender cómo manejar mejor”, valora.
Héctor fue otro alumno de “la escuelita”. Comenta que ya había escuchado de esta, pero nunca le había tocado asistir. Al igual que Luisa, le sorprendió el maltrato gratuito de los policías con los participantes.
“Te hablan todo perro por gusto y por nada. Lo peor es que incumplen la ley, porque esos cursos son para aquellos involucrados en infracciones graves, pero ahí había de todo”, comparte.
Dice que en su caso, una de las multas fue “por no guardar distancia” y otra “porque un policía me dijo que estaba mal parqueado, y eso que yo le expliqué que ya me iba a mover”, reclama.
Maltratos y gritos de parte de los policías
Luisa agrega que cuando le tocó asistir, muchos de los participantes alegaban que estaban ahí por una arbitrariedad de los policías de Tránsito. También que las multas eran de poca gravedad, y no ameritaban ser llevados a “la escuelita”. Sin embargo, lo que vivió después la dejó en “shock”.
“Vino el instructor de civil, nos gritó y prácticamente nos mandó a callar. Nos dijo que ahí, ya no servía de nada lo que nosotros pensáramos y dijéramos, que éramos conductores reincidentes y que al que siguiera molestando, lo iban a sacar y dejar sin licencia”, relata.
El curso de adiestramiento y manejo vial de la Policía Nacional dura tres horas: una para estudiar la Ley de Tránsito; otra para discutir en grupos ciertos puntos de la ley, y la última para un debate sobre estos puntos, referidos principalmente a las infracciones de tránsito.
“A mí me habían dicho que ponían videos de accidentes. No sé si será en otros cursos, pero ahí sólo pasamos hablando de la Ley de Tránsito. Te la tratan de rempujar como remedio, después de que te obligan a comprarla ahí mismo. Pero no veo cómo van a resolver los problemas de los accidentes de esa manera”, cuestiona Héctor.
Negocio con la venta de la Ley de Tránsito
Cada edición de la Ley de Tránsito se vende a 150 córdobas en las estaciones policiales. La editorial a cargo de su reproducción exclusiva es Servicios Culturales Nicaragüenses (SENICSA) y actualmente oferta la “séptima edición actualizada”.
Luego de culminar “la escuelita”, a los asistentes les explican que pueden conducir con el voucher del pago del curso como licencia, hasta que su permiso de manejo les llegue a sus casas por medio de Correos de Nicaragua.
A Luisa y Héctor les llegó dos días después de asistir al curso. Según les explicaron, su conteo de multas empezaba de cero. Pero, si en el transcurso del año calendario volvían a ser multados tres veces, tendrían que repetir el curso.
Uso arbitrario de Ley de Tránsito para justificar adiestramiento
La Ley 431 para el Régimen de Circulación Vehícular e Infracciones de Tránsito no detalla el procedimiento del centro de adiestramiento, pero si bajo cuáles parámetros se establece la retención de la licencia.
Los testimonios de los conductores que han asistido a este curso revelan que la Policía aplica estos parámetros de la ley de forma arbitraria.
El artículo 24 de la Ley 431, sobre la reincidencia de infracciones, establece que estas se determinan si el conductor es multado durante un año calendario por:
- Tres infracciones de mayor peligrosidad
- Seis infracciones peligrosas
- Una combinación de los dos tipos de infracción, hasta en un número menor de cuatro.
Especialistas en seguridad pública coinciden en que la tercera causa es torcida por los agentes de tránsito, al aplicar de forma arbitraria infracciones de peligrosidad por acciones que no lo ameritan, como ocurrió a Luisa y Héctor.
Este artículo también añade que, en los primeros tres casos de reincidencia y retención de la licencia, el conductor está obligado a asistir a un curso de adiestramiento y manejo vial. Esa es la única mención a “la escuelita” que existe en la ley.
Pero en la práctica, si un conductor es multado tres veces en un año calendario, sin importar el tipo de infracción, la Policía le retiene su licencia de conducir y lo fuerza a asistir a “la escuelita”.
Curso se suma a abusos de agentes de tránsito
La aplicación arbitraria de las infracciones, para obligar a los conductores a asistir a “la escuelita”, se suma a las constantes denuncias ciudadanas sobre abusos cometidos por agentes de tránsito.
Yader relata cómo en una carretera, cuando iba a San Rafael del Sur, un policía lo multó porque supuestamente había “pisado” una línea continua. El problema, de acuerdo al conductor, es que no había una línea continua.
“Yo le dije que ahí no había ninguna línea y el policía me dijo: ‘Ahí hay una línea. Lo que pasa es que no la han pintado, pero ahí sí hay una línea. Si no la viste, salado’ y procedió a ponerme la multa”, denuncia.
A Luis también lo multaron porque supuestamente iba a exceso de velocidad.
“Estábamos en una carretera abierta y el policía me dijo que el máximo de velocidad era 45 kilómetros por hora, y que yo iba a 80. Le dije que en primer lugar no había ningún rótulo que advirtiera eso, y además que era absurdo, que cómo iba ir en una carretera a 45, más cuando no había lugares poblados cerca. Me respondió que podía reclamar donde me diera mi gana, y me multó”, narra.
Más de 210 000 multas de tránsito en lo que va de 2023
En el primer semestre de 2023, hubo más de 183 000 multas por infracciones de tránsito, según reportes de medios de comunicación, basados en los informes semanales que la Policía solamente brinda a los medios de propaganda de la dictadura orteguista.
En ese mismo período, la Policía reportó 425 personas fallecidas y más de 22 600 accidentes de tránsito.
Los informes semanales de la Policía, de julio al 13 de agosto, suman otras 75 personas fallecidas y más de 2670 colisiones y 27 725 infracciones de tránsito.
Sin embargo, estas cifras pueden ser mayores, debido a que hay semanas en la que la Policía no divulga informes sobre las incidencias relacionadas con el Tránsito Nacional. Reportes extraoficiales, a los que CONFIDENCIAL tuvo acceso, reflejan que la cifra real de fallecidos supera los 590.
Según los informes de la Policía, las principales causas de accidentes son conducir en estado de ebriedad, exceso de velocidad, desatender señales de tránsito, aventajar en línea continua e imprudencia peatonal.
Recaudación por multas de tránsito aumentó 377.5%
La política de multas de tránsito a granel se ha traducido en un aumento constante de la recaudación por infracciones en Nicaragua. Es tal el aumento, que las proyecciones de recaudación son incorporadas por el régimen orteguista al Presupuesto General de la República.
Entre 2012 a 2022, la recaudación por infracciones de tránsito aumentó 377.5%, al pasar de 59.9 millones de córdobas, a 286.4 millones. Esto sin incluir los 172.5 millones recaudados en el primer semestre de 2023.
En esa década, la única vez que el régimen se quedó corto en sus proyecciones de recaudación fue en 2018, cuando esperaba 278.4 millones de córdobas, pero sólo recaudó 186.6 millones. La razón: la dictadura concentró las operaciones de la Policía en la represión y masacre contra las protestas ciudadanas de ese año.
Multas de tránsito: alternativa financiera a sanciones
El aumento constante de la recaudación por multas de tránsito está inmerso en la política de voracidad recaudatoria del régimen orteguista, que toca todos los niveles y está instrumentalizada principalmente por las alcaldías, la Dirección General de Ingresos, y de Aduanas.
“La aplicación de multas de tránsito por parte de la Policía y su incremento sustantivo durante los últimos años, más que a una estrategia de prevención de los accidentes, está relacionada con un objetivo recaudatorio”, explicó uno de los especialistas en seguridad pública consultados.
“Esto especialmente desde que la Policía fue sancionada y tiene que asegurar los recursos financieros para su funcionamiento”, añadió.
El 5 de marzo de 2020, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a la Policía Nacional, por su papel en el “grave abuso de los derechos humanos” que persiste en Nicaragua bajo la dictadura de Daniel Ortega.
Las sanciones golpearon directamente las arcas de la Policía, que vio restringida sus capacidades financieras y operativas, y tuvo que apostar a otras alternativas.
“La recaudación de impuestos a través de las multas, beneficia directamente a la Policía porque recibe un porcentaje de lo que se recauda”, añadió el especialista.
Dictadura aumentó velocidad recaudatoria de las multas
Otro especialista en temas de seguridad pública explicó que la política de voracidad recaudatoria por medio de las multas de tránsito tiene tiempo de ser implementada por la Policía, incluso desde mucho antes que fuese golpeada por las sanciones de Estados Unidos.
“Es parte de una drástica política recaudatoria, pero no de ahorita, sino de hace mucho tiempo, incluyendo las administraciones anteriores a Ortega. Lo que ha pasado bajo la Administración de los Ortega-Murillo es que han impreso mayor voracidad a las recaudaciones por multas de tránsito, porque descubrieron el valor recaudatorio que tienen”, opinó.
“Por eso ves grandes operativos sobre las principales vías a partir de los viernes y que persisten todo el fin de semana, porque son los días en que la gente sale a beber licor y saben que generan mayores cantidades de multas”, agregó.
Castigo con multas de tránsito no resuelve crisis de accidentes
El primer especialista consultado resaltó que, la ausencia de estrategias coherentes y educativas para fortalecer la educación vial en los conductores, evidencia la simple ambición recaudatoria detrás de esta política punitiva de multas a granel practicada por la Policía.
“Se ha probado a través de diferentes estudios realizados por reconocidas instituciones internacionales que las medidas punitivas como las multas, no contribuyen a disminuir y prevenir los accidentes de tránsito”, expresó.
“Eso se resuelve principalmente con educación y acciones preventivas de seguridad vial. Esas son las mejores alternativas y solución a la plaga de accidentes que vive Nicaragua”, añadió.
Una efectiva estrategia de educación vial trasciende al curso brindado por la Policía por medio del centro de adiestramiento.
“Al final, estás pagando más de 2000 córdobas sólo para que te regañen, y logres recuperar tu licencia”, lamenta Luisa, quien ahora se angustia cada vez que ve a un agente de tránsito. No tiene ganas de volver a pasar por otra “escuelita”.