12 de febrero 2019
Un análisis detallado del arsenal usado por el ejército de los paramilitares del régimen en contra de la población durante la rebelión cívica, demuestra el despliegue de al menos siete tipos armas de guerra empleadas, y también sugiere que la unidad de Tácticas y Armas Policiales de Intervención y Rescate (TAPIR) estuvo involucrada en la masacre.
El análisis fue realizado por el “Bellingcat”, un portal dedicado a realizar investigaciones periodísticas a partir de fuentes abiertas. Para analizar el arsenal paramilitar, “Bellingcat” se basó en diferentes videos de la represión, el informe final del Grupo Independiente de Expertos Internacionales (GIEI), y la investigación de Confidencial “Disparaban con precisión: ¡a matar!”, pieza que ganó el Premio Iberoamericano de periodismo Rey de España 2018.
“Bellingcat” se centra en dos de los episodios más brutales de la represión paramilitar: El ataque a la UNAN-Managua y la Iglesia de la Divina Misericordia el 13 de julio, y la toma de Masaya el 17 y 18 de julio. A partir de un detallado análisis de la prueba videográfica y fotográfica, “Bellingcat” identifica un despliegue de fusiles de guerra empleados por los paramilitares: AK-74, fusil de francotirador Dragunov, ametralladora PKM, y rifles M16. Pero también encontraron fusiles Remington 700, pistola Jericho 941, y cargadores de balas de tambor modelos soviéticos con capacidad de hasta 75 balas.
En los vídeos también encontraron que los paramilitares empleaban radio comunicadores marca MOTOTRBO (como la series DP4800, XPR 7000 y Tait TP8100). “Estas radios se venden para uso comercial e industrial, y existe evidencia que sugiere que la unidad TAPIR de la Policía Nacional ha usado radios similares en el pasado, como se puede observar en estos videos", afirma “Bellingcat”.
Hace unas semanas, el diario noruego Dagbladet publicó una entrevista con el comisionado y jefe policial, Francisco Díaz, quien aseguró que los paramilitares eran, en su mayoría, policías profesionales realizando labores encubiertas. El resto, dijo se trataban de “policías voluntarios”. Las declaraciones del consuegro de la pareja presidencial Ortega-Murillo deja claro la responsabilidad de la institución en la peor masacre cometida en Nicaragua desde la postguerra. El saldo fatal es de más de 325 muertos y miles de heridos, de acuerdo a organismos de derechos humanos.
“Uno de los videos muestra la conexión cercana entre la policía nicaragüense y los paramilitares. En el minuto 1:40 en el video, un hombre con uniforme negro aparece. La palabra “POLICÍA” está escrita en blanco en su espalda. En el minuto 1:50, el hombre da la vuelta y empieza a caminar. Cuando lo hace, un parche en su manga derecha se hace visible brevemente. El parche parece ser el de la unidad TAPIR de la Policía Nacional”, detalla “Bellingcat” en un video sobre la masacre de Masaya. “El parche del hombre con uniforme de policía en el video (izquierda) parece ser el de la unidad TAPIR de la Policía Nacional”.
El análisis de “Bellingcat” agrega que un arma común las manos de los paramilitares eran escopetas tipo Mossberg 500.
“La investigación de Confidencial ofrece aún más evidencia que el gobierno del presidente Ortega estaba resuelto a ponerle fin a las manifestaciones de cualquier manera. El uso indiscriminado de las armas en las manos de grupos paramilitares y de la policía hizo el tipo de heridas descubiertas por Confidencial no sólo posibles, sino prácticamente inevitables”, concluye “Bellingcat”.