27 de abril 2022
La justicia del régimen orteguista declaró culpable al exdiplomático y reo de conciencia, Edgard Parrales, en una audiencia desarrollada en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), El Chipote. La Policía trasladó a Parrales desde su casa -donde permanece bajo arresto domiciliario- a la cárcel, lo ingresó a una celda, le impuso el uniforme de presidiario y sujetó sus manos con bridas, informó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
La Fiscalía alineada al régimen orteguista solicitó ocho años de cárcel para el exdiplomático y la lectura de sentencia será el 5 de mayo. En el juicio, a cargo de la judicial Nadia Camila Tardencilla Rodríguez, titular del Juzgado Segundo de Distrito Penal de Juicios de Managua, Parrales participó como testigo y aseguró que: "yo soy inocente, me avala una historia de vida y de compromiso en la defensa de Nicaragua”, expresó.
"Fue una cátedra de derecho, diplomacia, dignidad y coraje donde demostró su inocencia", señaló el Cenidh a través de su cuenta de Twitter.
Parrales, de 79 años, se encuentra bajo arresto domiciliario desde el 25 de febrero, tras tres meses de encierro en El Chipote, que agudizaron sus problemas de salud preexistentes. El exrepresentante de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) del Gobierno sandinista en los años ochenta es acusado de “conspirar para cometer menoscabo contra la integridad nacional” y “propagación de noticias falsas”.
El lunes 22 de noviembre de 2021 fue capturado por civiles y trasladado a El Chipote, como parte de la última ola represiva del régimen orteguista contra líderes políticos y cívicos, que cuestionan su ilegitimidad en el poder. Su caso se suma a otros 52 reos de conciencia capturados durante 2021, y en su mayoría, condenados durante el primer trimeste de 2022 por “menoscabo a la integridad nacional” y “propagación de noticias falsas”.
Una treintena de líderes opositores, cívicos, campesinos y estudiantiles pagan sus penas, tras procesos judiciales plagados de irregularidades, en El Chipote bajo tortura y aislamiento.
Alto riesgo de salud del exdiplomático
Desde su captura, la familia del exdiplomático expresó temor por el agravamiento de su salud, ya que Parrales requiere una colonoscopia especializada porque tiene problemas digestivos crónicos. Desde hace diez años le extirparon el intestino grueso, tiene diverticulitis y una hernia.
El régimen orteguista anunció el cambio de medida cautelar- de prisión a casa por cárcel- argumentando razones humanitarias, pero no brindó un informe sobre la salud del reo de conciencia.
El pasado 4 de abril, el Cenidh alertó que “el arresto domiciliar no es garantía de salud y vida para el doctor Edgard Parrales”, ya que el juez no autoriza el ingreso de sus médicos para que le brinden el tratamiento adecuado y realicen los exámenes que “garanticen su vida”.
“El doctor Edgard Parrales está corriendo peligro. Exigimos al régimen Ortega Murillo lo libere de inmediato, antes que los daños sean irreparables, de no hacerlo y no permitir la atención médica especializada, será responsable de lo que le pueda pasar”, señaló el organismo de derechos humanos.
Después de la muerte del general de brigada en retiro, Hugo Torres, de 73 años, como preso político del régimen, familiares y organismos de derechos humanos han demandado la urgente liberación de los presos políticos, sometidos a tortura, aislamiento, hambre y frío. Agregaron que mientras permanezcan en prisión, les deben respetar sus derechos. A la vez, han demandado el cambio de régimen carcelario, especialmente, para los mayores de 60 años por el riesgo de salud que implica la prisión.
El 19 de febrero, el régimen pasó a casa por cárcel a los presos políticos Arturo Cruz, de 68 años; Francisco Aguirre Sacasa, de 77; y José Pallais Arana, de 68; todos ellos condenados por “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”. Poco tiempo después, Parrales y el también exdiplomático y preso político, Mauricio Díaz Dávila, de 71 años, fueron enviados a arresto domiciliario.