8 de abril 2020
Después de 11 años de trabajar en el Parque Industrial Astro Cartón, León —quien usa este seudónimo para protegerse— recibió su carta de despido el viernes pasado, en la cual le informaban de una suspensión colectiva. Y no fue el único, tres miembros más de su familia también fueron liquidados ese día.
“A eso de las dos de la tarde, el jefe nos reunió y nos dijo que la empresa nos agradecía por toda la labor que habíamos hecho en tanto tiempo; en mi caso yo tenía más de 11 años de trabajar allí, mi hermano tenía dos años y mi hermana tres años”, cuenta.
Según les explicaron la suspensión se debía al paro de producción en la empresa matriz, ubicada en Honduras, debido a las medidas preventivas que se están ejecutando por la llegada del covid-19 en ese país.
Cientos de operarios despedidos de zonas francas
En el último mes se han reportado más de 2000 despidos en las zonas francas de Nicaragua, mientras 49 000 trabajadores han sido enviados a sus casas a cuenta de vacaciones, señaló Sandra Ramos, fundadora del Movimiento de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas ‘María Elena Cuadra’ en el programa Esta Semana.
A la vez, Ramos cuestionó un acuerdo gestado entre los empresarios, el Gobierno y los sindicalistas, que acabó perjudicando a los trabajadores, pues en muchos casos fueron enviados a sus casas, sin goce de salario.
A León y sus familiares les hicieron firmar un documento de tres páginas en el que les explicaban la suspensión colectiva, un detalle de cuáles eran sus prestaciones y finalmente les pidieron firmar una hoja en donde dejaban constancia de que en la suspensión era de mutuo acuerdo. Sin embargo, a ninguno les entregaron copia de ese documento.
Tenemos que garantizar la comida
Cinco meses atrás la familia de León había sufrido otra baja laboral. Su mamá, quien también trabajaba en esa zona franca, fue despedida a causa de la crisis económica que surgió después de 2018.
“Después que la despidieron ella comenzó un negocio de venta de Rap Tor (bebida energizante) afuera de la zona, pero ya no le estaba resultado porque la gente no le estaba comprando. De hecho, la semana que nos corrieron, ella decidió dejar de llegar a vender”, cuenta.
Ahora la situación para todos es compleja, pues las oportunidades de conseguir otro empleo se han reducido debido a la crisis provocada por la pandemia. “Vamos a tener que alargar la liquidación, porque no sabemos cuánto tiempo vamos a estar así”, se lamenta.
Por el momento, los hermanos han acordado juntar el poco dinero que recibieron de sus liquidaciones para abastecerse de comida en los próximos meses.
“Nosotros no tenemos casa propia, vivimos posando. Yo no tengo familia, soy soltero, pero mi hermana y su esposo sí tienen una niña. Además, que mi hermano y yo tenemos deudas en las casas comerciales, pero, por lo menos yo, no voy a cancelarla porque eso significaría quedarme sin comer”, explica.
Esta familia guarda la esperanza de que cuando la pandemia acabe puedan recuperar sus trabajos, como ocurrió en 2018, cuando dejaron de laborar durante tres semanas debido a los tranques y protestas que explotaron en todo el país.
Sin embargo, las proyecciones para los próximos meses son duras, según explicó a Confidencial, el director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Textil y Confección (Anitec), Dean García, se espera que en junio ocurra una nueva ola de despidos debido a una reducción de la producción textil.
“La mayoría de los que trabaja ahí lo hace por necesidad, lo hace para darle de comer a sus hijos. Incluso, hay bastantes universitarios que dejaron de estudiar con lo de la crisis de 2018 y empezaron a trabajar en zona franca”, afirma León, uno de los operarios despedidos de las zonas francas.
“Me decían que era alarmista”
En la zona franca donde trabajaba León, se comenzó hablar sobre el coronavirus hace semanas. Primero se compartía información preventiva a través de los parlantes ubicados en el área de trabajo y cuando se confirmó el primer caso de covid-19 en el país, dispusieron de jabones en líquidos y alcohol en gel para que los operaron hicieran uso de ellos.
“Sí nos daban permiso de lavarnos las manos, pero nos decían que dejáramos de andar de alarmistas. A mí varias veces me regañaron y me dijeron que yo era un alarmista y un histérico porque yo decía que no se estaban tomando las medidas necesarias en este país”, recuerda.
En Nicaragua, a pesar que hay seis casos confirmados de covid-19, según el Gobierno, no se están tomando medidas estrictas para frenar la curva de la pandemia, como sí está ocurriendo en la mayoría de países del mundo. Esto podría agudizar el impacto del nuevo coronavirus en el país, a nivel sanitario y económico. Incluso, la directora de la Organización Panaméricana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, afirmó ayer estar preocupada por las acciones tomadas por el Estado.
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