16 de noviembre 2019
Deshidratados y sin nada que comer se encuentra un grupo de ciudadanos atrapados en el interior del templo San Miguel Arcángel, en Masaya. El sacerdote Edwin Román, quien sufre diabetes mellitus, está con fuertes dolores de cabeza debido a la falta de alimentos y la insulina que necesita para controlar los niveles de glucosa en la sangre.
La Policía del régimen mantiene, por más de tres días seguidos, un cerco de hasta 300 metros a la redonda del templo católico, que está además sin suministros de agua ni luz, por decisión del Gobierno. Dentro de la iglesia se encuentra el padre con diez madres de presos políticos y una opositora en huelga de hambre. Junto a ellos están también dos opositores excarcelados, una defensora de derechos humanos, un empleado del templo.
Continúan las madres, Orando y en huelga exigiendo la libertad de los P.P. Aún rodeados,sin agua,sin luz, víveres y medicinas.Amenazados.Exijimos respeten nuestras vidas.10:36am.16-11-19.
— Edwing Román (@EdwingRoman14) November 16, 2019
“Soy diabético y amanecí con bastante dolor de cabeza, me siento deshidratado porque llevo tres días que no me alimento como de costumbre”, explicó el religioso a través de una nota de audio que logró filtrar la mañana de este sábado. Por otro lado, Román detalló que las madres que permanecen en huelga de hambre se encuentran bastante débiles.
De igual forma, la abogada de los presos políticos, Yonarqui Martínez, quien permanece atrapada en el templo, dijo que los retenidos están “relativamente estables” y urgió a la población que les hagan llegar suero oral, insulina, agua y algo de comer. “Seguimos sin agua, sin luz… y los oficiales están en todas las puertas de la iglesia evitando que alguno de nosotros salga”, subrayó.
Horas antes, Diana Lacayo, una de las madres en huelga de hambre, sufrió una crisis de asma, pero fue estabilizada por las otras personas que están en el templo.
Se acabaron alimentos
Martínez explicó que cinco personas aisladas no se encuentran en huelga de hambre, por lo que en un primer momento consumieron los pocos alimentos que el sacerdote tenía en su refrigerador y actualmente están deshidratados y aguantando hambre. El servicio de energía eléctrica tampoco ha sido reestablecido por lo que “ya no tenemos celulares encendidos”, dijo, al tiempo que pidió toallas sanitarias para las mujeres que están en la parroquia.
Durante la noche del viernes, el servicio de agua y energía eléctrica fueron restablecidos en el perímetro de la iglesia, pero el templo permaneció a oscuras mientras los oficiales antidisturbios mantuvieron el cerco policial.
El primer día y medio de huelga de hambre ha sido tenso para las mujeres y sus acompañantes, según confirmaron, debido al asedio policial. En la primera noche los policías golpearon las puertas de la iglesia de forma continua, y amenazaron con entrar y arrestarlas, informaron a través de mensajes de voz, desde sus teléfonos móviles, por lo que permanecen sin descansar.
La abogada explicó que el padre Román es la única persona que ha logrado comunicarse con la Arquidiócesis de Managua, quienes hacen gestiones al más alto nivel para que la Policía deje salir a los rehenes.
Fe solida
Una de las pocas personas que logró acercarse al templo de San Miguel fue el padre José Antonio Espinoza, de la parroquia San Jerónimo, en Masaya, quien llegó la mañana del viernes a dejar la inyección de insulina que el sacerdote Román se coloca todos los días; no obstante, cuando intentó regresar —con otros religiosos— para dejar agua y alimentos en el templo los oficiales de la Policía no los dejaron acercarse.
Por la mañana del viernes el padre Román “estaba bien, con una fe sólida. Él tiene muchos años de dar servicio a su pueblo, a sus feligreses, y siempre los apoya”, manifestó el padre de San Jerónimo, quien enfatizó que seguirá intentando llevar agua y alimento a quienes se encuentran atrapados en el templo porque “esa es la misión de la iglesia”.
El Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, denunció que las madres que se encuentran encerradas en el templo “están siendo amenazadas por la Policía que se les dicen que les van a sacar de la iglesia a la fuerza. Nicaragua una vez más no respeta el derecho a la protesta pacífica”, escribió en su cuenta de Twitter.
Es urgente la entrada de comida y medicina. Se les quitaron la energía y el agua. Se debe liberar a los presos políticos. Hoy nuevos 13 defensorxs de DDHH que intentaban ayudar fueron detenidxs, incluyéndose @AmayaCoppensNI beneficiaria de medidas provisionales de @CorteIDH (2/3)
— Paulo Abrāo (@PauloAbrao) November 16, 2019
Dieciséis detenidos
Trece jóvenes que llevaban agua a las mujeres fueron capturados por la Policía, y llevados a la cárcel "El Chipote", en Managua, señalada como centro de torturas del Gobierno.
La Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) indicó que 16 personas fueron arrestadas mientras intentaban llevar víveres a quienes permanecen atrapados en el templo de San Miguel. Los detenidos se encuentran en la Dirección de Auxilio Judicial, El Chipote, y posiblemente enfrenten un proceso judicial.
Tamara Zamora, madre de la líder estudiantil Amaya Coppens, quien se encuentra detenida, detalló que al momento que llevó alimento a su hija los oficiales de la Policía le dijeron que eran 16 detenidos en total, pero no le supieron explicar las razones por las que se encuentran detenidos.